sábado, 25 de julio de 2009

Cosas


Las cosas (entiendo por “cosas” a el universo entero, la materia y antimateria, los estudios filosóficos y los estudios populares, el rapto de Proserpina y la estupidez de las masas, la mujer amada y la insignificancia de la mujer deseada, mas un largo etcétera que no logro abarcar) existen porque yo –ser deleznable propenso a la melancolía sin ocaso- lo contemplo. Luego todo es imagen, y los pensamientos son la recreación de esa concatenación innúmera de varias imágenes que vulgarmente nombramos como vida. Yo tengo conciencia de esta imagen, es más, yo estoy dentro de esta imagen. Lezama escribió sobre la “conciencia de ser imagen”. Borges cuestionó a los hados: ¿Quién contemplará esta calle? Si no la contemplara, ¿dejaría de existir?
Para otros, la realidad es esa imagen vista en la ausencia: se que existe, la veo en el recuerdo indirecto de los otros, pero no es parte directa de mi ser. ¿Quién contemplará a este universo, a su descomunal magnificencia, el día en que el último hombre baje al Hades de la nada? ¿Quién? Acaso Dios. Y a Dios, ¿quién lo contemplará? Abro mis sentidos a esta mezcolanza infinita del ser aparente cuando me doy cuenta de que mi existencia se disgrega. Soy la encrucijada donde se encumbra la nada.

jueves, 23 de julio de 2009

Lamentación por una perra: Homenaje al tigre en sus ochenta rayas


(Fragmento)
Es prostituta vil,
artera zorra,
y ya tenía podrida el alma
a los cuatro años.
Pero su peor defecto es otro:
soy para ella el último
de los hombres.

martes, 21 de julio de 2009

Son 80 millones los pobres que hay en el país, afirma especialista



El incremento en el precio de los alimentos fue el factor central del aumento de la pobreza en México en los dos primeros años de gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa, afirmó Julio Boltvinik, investigador de El Colegio de México, quien estimó en 80 millones el número de habitantes en pobreza, de acuerdo con su método de medición de este fenómeno.
El especialista en temas de desigualdad precisó que la expansión de la pobreza entre 2006 y 2008 no abarcó la recesión económica de México, la cual comenzó a finales del año pasado, mientras que la Encuesta nacional de ingresos y gastos de los hogares se levantó entre el 21 de agosto y el 17 de noviembre, por lo que difícilmente pudo captar cabalmente el impacto de la crisis en las diferentes variables económicas y sociales del país.
El informe bianual sobre la distribución de los ingresos y los gastos de la población reveló que, en términos de dólares, en el país los hogares más pobres vieron reducir su ingreso real en casi 14 por ciento en los dos primeros dos años de esta administración. La percepción corriente de 10 por ciento de la población más pobre disminuyó en promedio de 6.75 a 5.83 dólares por día.
La mayor pérdida del ingreso se debió a la caída en las remesas y las transferencias gubernamentales de las cuales vive prácticamente la mitad de los hogares en México, explicó Guillermina Rodríguez, especialista de la división de Estudios Económicos y Sociopolíticos del Grupo Financiero Banamex-Citigroup, al analizar las causas por las cuales 50.6 millones de personas en el país, 47.4 por ciento de la población, se encuentran actualmente en condiciones de pobreza de patrimonio.
En 2008 la mitad de los hogares en México recibió algún tipo de transferencia, cifra que se eleva a 67 por ciento en el decil más pobre. Sin el rubro de transferencias los ingresos promedio de los hogares hubieran sido 10 por ciento menores a los observados (23 por ciento en el decil más pobre).
Guillermina Rodríguez afirmó que aun con la caída de los apoyos gubernamentales y las remesas, sin esas transferencias, apuntó, “estos ingresos contribuyeron a que la situación no haya empeorado todavía más”.
La disminución en los ingresos de los hogares y los recientes incrementos en precios de los commodities o materias primas afectaron los patrones de consumo, coincidió en esto con Boltvinik Guillermina Rodríguez.
En 2008, puntualizó, el gasto monetario promedio de los hogares mostró una disminución de 12.7 por ciento con respecto a 2006. Los rubros más castigados fueron los de salud y educación y esparcimiento, mientras los gastos con menores retrocesos se localizaron en alimentos (-0.1por ciento) y vivienda y combustibles (-1.7 por ciento). Los gastos en estos dos últimos rubros, además, incrementaron su participación en el total: en el caso de alimentos, la proporción pasa de 29.4 por ciento en 2006 a 33.6 por ciento en 2008, mientras que el de vivienda y combustibles lo hace de 8.9 a 10.0 por ciento, respectivamente.
Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la pobreza patrimonial se define como la “insuficiencia del ingreso disponible para adquirir la canasta alimentaria, así como realizar los gastos necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación, aunque la totalidad del ingreso del hogar fuera utilizado exclusivamente para la adquisición de estos bienes y servicios”.
Esto quiere decir que a casi la mitad de la población mexicana no le alcanzan los ingresos para cubrir las necesidades básicas de alimentación, salud, vestido, vivienda y educación. En este sentido, el incremento en la emisión de tarjetas de crédito por parte de la banca en los pasados dos años puede haberse convertido en un instrumento para completar el ingreso y el gasto.
Según los reportes del Banco de México, entre julio y septiembre de 2006 y el tercer trimestre de 2008, la emisión de tarjetas bancarias de crédito aumentó en 6 millones 117 mil 719, lo cual representó un incremento de 30.55 por ciento en esos instrumentos de uso generalizado para el consumo.
Sin embargo, de esas tarjetas nuevas sólo se utilizaron 3 millones 153 mil 283 para realizar compras de mercancías y pagos de servicios. La encuesta sobre ingresos 2008 indicó que el gasto de los hogares en alimentos fue de 33.6 por ciento en promedio para todos. Pero esa proporción se elevó a 46.1 por ciento en el 20 por ciento de los hogares más pobres.
Por su parte, Julio Boltvinik señaló en entrevista que los resultados de la encuesta “corroboraron las previsiones de que con el alza de los alimentos básicos se iba a ir al cielo la pobreza, como calculaba el comité técnico del Coneval”.
Boltvinik, colaborador de este diario, reconoció el mérito del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) al informar del agravamiento de las condiciones de pobreza de la población en los dos años recientes. Añadió: “en principio es correcto y sólo hay que saludar positivamente el hecho de que tanto el Inegi como el Coneval reconozcan esta verdad y la den a conocer, porque en el pasado, cuando eran desfavorables las cifras, las ocultaban, y ahora son desfavorables para el gobierno y sin embargo las publicaron”.
El ex diputado perredista criticó que esos resultados se dieran a conocer después de las elecciones del 5 de julio pasado. En este sentido, expresó: “una cosa que quisiera comentar es que se esperaron a que pasaran las elecciones. Eso no fue lo que hicieron en 2003; ese año la encuesta de 2002, que resultó favorable y que bajaba la pobreza de 2000 a 2002, hicieron un gran escándalo por ahí de mayo de 2003 para favorecer, obviamente, al PAN en las elecciones intermedias de aquel año”.
–¿De qué número de pobres estamos hablando en México?
–El número de pobres abarca algo así como 75 por ciento de la población nacional, es decir, 80 millones de habitantes.

SU GUERRA


En lo que va de la mitad del sexenio de Calderón, los números de muerte de SU GUERRA, librada con suma estulticia contra cárteles michoacanos, del Golfo, Beltranes (¿es posible creer en ello después de las revelaciones de el Tuta, Servando Gómez Martínez, involucrando a Genaro García Luna con los zetas y los hermanos Beltrán Leyva), exceptuando potentados como don Chapo, menos conocido como Guzmán Loera, arrojan la cuantiosa cifra de más de 12,000 caídos por las metrallas narcas y militares. ¡Peor que la guerra de Afganistán!, dicen algunos miembros de una apacible tertulia que frecuento en noches caliginosas.
Hace pocos días, un arzobispo de Durango había dado el pitazo de que por allá, por el rumbo de Guanaceví, subiendo unas lomitas, vivía el Chapo. Nadie le hiso caso. El poder del fuego de Loera compra voluntades de todo tipo: judiciales o periodísticas.
El año pasado, para la fiesta del Grito, en Morelia, dos granadas de fragmentación silenciaron, con muertos y espantos indigeribles entre la muchedumbre apiñada en el zócalo de esa ciudad, los campanazos independentistas.
En Zacatecas, el 16 de mayo de este año, 53 zetas se fugaron del Cereso de Cieneguillas sin pegar un solo tiro. Y si hablamos del ámbito peninsular, el 29 de agosto del año anterior, algo nunca visto en la Península, el descubrimiento de 13 descabezados por los zetas en montes de Chichí Suárez, le fastidió la tranquilidad a los peninsulares por varias semanas.
En diferentes zonas y franjas de la república, como Chihuahua, Tamaulipas, Durango, Michoacán, el supuesto monopolio de la violencia del Estado se ha resquebrajado, afantasmado: la única violencia ha pasado a ser, en esos puntos, la de las armas narcas; la jurisdicción estatal se ha trocado a jurisdicción narca donde se vive en una cultura de lo imprevisto, de la muerte pegada a las cachas. Los censores gringos, sin diplomacia, nos tacharon como un estado fallido, aunque las poderosas armas de la narco insurgencia son obtenidas en las ferias allende el Bravo.
El ejército en las calles, el ejército policiando en ciudades, sierras, villas, pueblos y retenes. Los derechos humanos que se violan con fruición militaer, pero eso, dicen los defensores del orden a secas, es un efecto colateral de toda guerra. La guerra. Michoacán es una zona intransitable, y García Luna, el señalado por La Tuta como capo infiltrado de los Beltrán Leyva en el Supremo Gobierno calderoniano. Ahí lo tiene don Calderón, su escenario de violencia y su capo para personal servicio de la Guerra, SU GUERRA.

jueves, 16 de julio de 2009

Chingadalupe


Chingadalupe, es decir, la perfección de la carnalidad. Puta y virgen, la hipocrecía hilarante. Una entrada del blog de Roger Bartra, escribía lo siguiente:


"En la calzada de los Misterios de la ciudad de México, casi esquina con la calle Talismán, apareció pegado a la pared un extraño collage. Fue fotografiado por un periodista el 12 diciembre del 2007. Lo reproduzco aquí porque me parece que tiene relación con lo que he llamado, en mi libro La jaula de la melancolía, el mito de la Chingadalupe: “una imagen ideal que el macho mexicano debe formarse de su compañera, la cual debe fornicar con desenfreno gozoso y al mismo tiempo debe ser virginal y consoladora”. No dudo que algún Juan Diego trasnochado decidió realizar el collage para proyectar sus paradojas eróticas, en las que mezcló lo divino con lo carnal. Lleno de fervor, unió su atracción por las pelirrojas con su pasión por la virgen de Guadalupe. Es una curiosa incorporación de la muñeca Barbie en la tilma sagrada. Habría que apresurarse a rescatar esta obra, antes de que sea destruida por las furias fundamentalistas".

miércoles, 15 de julio de 2009

Rescoldos catrachos


"La democracia se mide por la participación del pueblo en el ingreso, la cultura y el poder, y todo lo demás es folklore democrático o retórica…”
Pablo González Casanova, La democracia en México.


El domingo 12 pasado se cumplieron dos semanas del forzado exilio empijamado del presidente hondureño, Manuel Zelaya, y creo que es posible, en la raquítica mesura que nos otorga la subjetividad de la ideología, sacar algo en limpio de los hechos.
A pregunta expresa de Aristegui, quien le pidió que indicara en qué se distinguía el golpe de estado en Honduras, que qué de nuevo traía el río de esa asonada para imaginar salidas posibles, Enrique Dussel respondió que el brete hondureño es “una situación nueva realmente”, porque los golpes de estado, en los sesenta y setenta, hubieran sido una noticia cualquiera, pero que en estos momentos son completamente extemporáneos, se encuentran fuera del tiempo y fuera de “la madurez democrática que va adquiriendo Latinoamérica, además de la política exterior de Obama, al parecer distinta a la de Bush. El mismo Obama, horas posteriores del golpe, señaló su ilegalidad y declaró que sentaba un “precedente terrible” para la región, no obstante que, hasta ahora, no ha roto relaciones diplomáticas con el gobierno de facto ni ha desmantelado el considerable enclave militar yanqui en ese país centroamericano. En este punto, Chávez reclamó a Obama el retiro inmediato de sus soldados de ese país, el congelamiento de las cuentas y propiedades en territorio gringo de los golpistas, más la cancelación de las visas de esa enferma Señora Oligarquía golpista, que en la ilegitimidad de su origen a punta de fusiles, intenta montar “la democracia que quiere imponer el gobierno yanqui a los pueblos de América Latina”.
Contrario a la lectura dusseliana de la situación, algunos conocidos voceros de las oligarquías latinoamericanas, como Alvarito Vargas Llosa, la justificaron de una forma por lo demás cínica e indefendible. Omitiendo la frase hueca “club de chavismo”, Zelaya intentó, y eso que fue un intento nomás, forzar el aparato estatal hondureño y algunas estructuras sociales de su malhadado país, el segundo más pobre en el continente después de Haití (como el de elevar el sueldo a los trabajadores entre 60 y 100%, con beneplácito de los sindicatos y la esperada molestia de los empresarios).
Otros han dicho que lo de Honduras es un caso “sui géneris” de irrupción de la “democracia” por medios antidemocráticos en el país catracho. O que, tal vez, el acto de gorilismo acaecido en la capital hondureña fue, efectivamente, un golpe de Estado aunque justificadísimo; pero, eso sí, un golpe “light”, levecito, por no decir “postmodernito”, ya que todo el aparato estatal (Congreso, Corte, Militares, ¿población en general?) repudiaba los intentos de Zelaya por perpetuarse en el poder; y que no ha habido, como sucediera en Argentina con Videla y en Chile con Pinochet, secuelas macabras de muertes tumultuarias: Zelaya –dicen los neofascistas- no se ha echado en las bolsas de su pijama más de un mártir para condimentar su causa “democrática” de petrificarse en el poder. Lo cierto es que los adversarios del “Fox hondureño”, ellos sí bien petrificados desde luengos tiempos en el pináculo de la injusta distribución de los panes y los peces, copan todos los poderes, tanto públicos como fácticos, siendo La Iglesia, en ese país conservador, de gran relevancia por lo que implica de reaccionaria en sus increíbles opiniones de los hechos, al negar “galileanamente” lo evidente.
Aguilar Camín (Milenio, 1 de julio), intelectual del capital mexicano, y Sergio Sarmiento (Reforma, 1 de julio), pluma prostibularia de Salinas Pliego, aunque reconocen que hubo actos de Gorilato, minusvaloran, empobrecen, mueven “escépticamente la cabeza” cuando observan que las defensas a ultranza de la democracia hondureña, paradójicamente recae en las manos (o los micrófonos) del “dictador” Chávez y su camarilla de segundones chavistas. El colmo de todo esto, según Aguilar Camín, es que este ramillete de presidentes chavistas truenan su indignada protesta haciendo coro al presidente dinástico Raúl Castro, “el demócrata sucesor del gobierno de Cuba”.
Sarmiento, seguidor (a modo, ¡desde luego!) de la desfasada doctrina Estrada, se daba “golpes” de pecho, horrorizado porque el presidente mexicano “desechara” dicha vejestoria doctrina y se posicionara del lado de Chávez, la escenografía de sus epígonos, las impugnaciones irrelevantes de la Comunidad Internacional y los ambiguos planteamientos de la presidencia de Obama, al rechazar el golpe; y remachaba su objeción con la cita respectiva a Estrada: “México no se pronuncia en el sentido de otorgar reconocimientos, porque considera que ésta es una práctica denigrante que hiere la soberanía de otras naciones”.
Un artículo publicado recientemente en Reporte Índigo, y firmado por Mary Beth Sheridan (“La verdadera amenaza”), hacía eco de las propuestas de Varguitas Llosa y de todo el espectro de la “inteligencia” neoliberal. Sheridan, demostrando amor al pensamiento uniformado, conjeturaba: “Pero soldados con escudos y bayonetas no representan la principal amenaza a la democracia de América Latina...” Es decir, no los esbirros uniformados de la Señora Oligarquía catracha, sino unos personajes grotescamente populares, la maldición caudillista empotrada en un discurso patéticamente antiestadounidense y ribeteado de un “marxismo tropical”, son los verdaderos peligros para la región: “En años recientes, líderes autoritarios elegidos por sus pueblos han colmado los tribunales de justicia con simpatizantes, han realizado elecciones dudosas y han restringido la libertad de prensa…”, escribía Sheridan, en clara referencia al ex golpista Hugo Chávez y a su camarilla de profetas menores. Sheridan terminaba la idea del “peligro” que representan las ¿radicales democracias? para las mentes formales de los demócratas representativos, citando a un conocido think tank, Jeffrey Davidow: “Las amenazas en contra de la democracia de AL –y no quiero de ninguna manera minimizar lo que está pasando en Honduras– no son aquellas que vienen de los golpes militares, si no de los gobiernos que están ignorando el equilibrio de poderes eliminando a otros elementos del gobierno…”.
Ya se sabe: la verdad hegemónica, mediática, si la provocan, es capaz de hacer puta hasta a la madre Teresa de Calculta con tal de demostrar su poder: lo del golpe, dicen los corillos de la prensa reaccionaria y del seudo-pensamiento neoliberal, su fin –el apuntalamiento de la democracia burguesa del mercado, formal, formalísima esa democracia folklórica o retórica, salvada del peligro reeleccionista de Zelaya, y útil, utilísima a la privatización de la vida y la muerte propuesto por la Señora Oligarquía catracha, apéndice del gran capital-, justificaba todos los medios, incluso hasta el descalabro de la farsa de una democracia folklórica que no da de comer a la mayoría de sus hombres y mujeres. Aclarando la situación, hay que señalar que Ella, la Señora Oligarquía hondureña, no reconoce que la única que en verdad se ha perpetuado en el poder es Ella, únicamente Ella. Zelayas o Michelettis, el nombre es lo de menos: únicamente lo que cuentan son los gruesos intereses de esa emperifollada madame, que no puede tolerar verlos en peligro bajo la férula de un traidor de la “gente bonita” como Zelaya, pretendiendo éste disculparse de su fortuna maderera haciendo interesada causa (la “bondad” chavista de los petrodólares, ¡hágame el favor!) con el socialismo del Siglo XXI. Los medios, actualmente, hablan de cierta “normalidad” hondureña, al restablecerse las “garantías individuales” en aquel país (me pregunto si en verdad las ha habido) desde el 12 pasado. Pero, como se preguntaba Nelson Ávila, ex colaborador del gobierno anterior al gobierno golpista actual, habría que preguntarse a ¿cuál normalidad se refiere uno?, si lo que hubo “fue un golpe de Estado y lo que hay es una dictadura”: la primera dictadura del Siglo XXI creciendo bajo la omisión (y por ende, el tácito reconocimiento) del gobierno de Obama. La carcamal Señora Oligarquía, troquelando sus denarios de judas, ha entrado en una nueva fase de empoderamiento, suprimiendo ya toda consulta popular, criminalizando pensamientos populares a nombre de farsas democráticas y parlamentarias.

lunes, 13 de julio de 2009

El sueño de la razón

“Cuando llegaron las féminas a la puerta de la señora, lo único que se dejaba oír, en esos comienzos de la mañana, eran los gritos desesperados de una mujer enculada, vez enésima, por su ayo…” escribe Wichita, creador de un modo impracticable de seducción femenina. Nuestro escritor, sin más preámbulos de presentación, es un suertudo libertino trotamundos.
De joven, Wichita recorrió a conciencia la totalidad de Europa (la oriental y occidental) revisando puteros, tascas, bibliotecas inmensas, salones de la bonhomía de élite en donde recalaban disímbolas personalidades del mundo, tanto artístico como político, con lo mejor y lo peor del pensamiento humano. Tuvo la fortuna de escuchar, en Madrid, a cuchilleros salidos de un cuento genial de un Homero argentino, proferir estrofas completas del “Martín Fierro”, mientras fumaban hojas finas de tabaco deslucido, al mismo tiempo que escabullían sorbos pequeños de mate aguado. Una adolescente bruja de encantadores ojos le descorrió, de un sólo pálpito de intuición, los velos acerados de su destino fatal: “Tu serás un viejo de noventa años al morir, y el mundo entero te olvidará”.
En París, bajando a leves trancos la calle en declive donde compartía piso con una estudiante surafricana lectora voraz de los escritos de Nietzsche, se le ocurrió, sin previa reflexión, que el mundo y la historia del hombre eran, ambos, un burdo drama de farsa endiablada escrita por un borracho rapsoda inglés, que molía a golpes a su mujer hermosa y que ésta le ponía el cuerno con el ayo que cuidaba de sus mismos hijos y preñaba, en noches de luna inacabada, la vulva húmeda de la señora, mientras el vate, de nombre William, reñía con el tabernero del pueblo el precio exagerado de los litros de vino que se embuchaba.
Una mañana, el tabernero, escribe Wichita, puesto el torso de tal modo que se dijera que intentaba abarcar con los brazos su prominente vientre sanchopancesco, comedidamente, previendo el mal carácter del vate y sus alardes de riña por cosas insulsas como de quítame de allá esas pacas, le sugirió que hiciera bien las cuentas, que el saldo del vino de lo que aquella noche y parte de la madrugada había tomado, arrojaba trescientos chelines, y que como buen amigo y admirador de los elegidos al parnaso, no contabilizaba el arriendo del culo de la ramera Gertrudis. El vate, molesto, le apostrofó:
–Bien, si a esas trácalas vamos, mi querido Pigmalión chupaescrotos, estaos seguro, follón atragantado de vil asnalidad, ganapán morcilludo y usurero, que yo no os pagare ni un puto chelín, ni aquí, ni en el útero de tu puta madre –.
Y la riña empezó.
Wichita vio cómo su personaje principal, que en estos momentos se estaba creando en los meandros abstrusos de su mente indomable, iba siendo linchado por el gordo del tabernero y por los hijos de éste (gordos como su padre, pero ágiles como la prostibularia gacela de su madre), quienes encontrándose detrás de una cortina que separaba la parte de la tasca del resto del lamoso caserón, escucharon cómo el hacedor de sus días objeto era de las puntiagudas pullas del esmirriado rapsoda, que no paró de proferir sus chácharas soeces aún cuando de su bocaza maldita manaba suero rojo entremezclado con pintas de bilis, eccemas de gastritis reventadas, lascas de dientes desportillados y mentadas afónicas de poeta ahogado en sus propios vómitos hemoptísicos.
Allí quedó el pinche poeta, muerto y descalabrado por una plancha de casi media tonelada de grasa y mierda humana. Nadie lloró por él. El corrompible ministerio publico que efectuó la averiguación previa, sobornado con 1000 pesos por el gordo (dogma de la aldea: nadie resiste 1000 pesos del gordo de la taberna) y valiéndose de un compinche del servicio médico forense, dictaminó –contraviniendo los principios generales de derecho en materia procesal penal –, que no había ningún delito que perseguir, que el poetastro murió, según el parte médico, de una trombosis coronaria que se le presentó de improviso debido a la sobreexcitación del cuerpo al alcohol, y a efecto de esto, se le produjo un esputo incontrolable de sangre, posteriormente la obstrucción de las vías pulmonares, seguido de un desfasamiento cerebral, que lo llevó, finalmente, a un fulminante paro cardiaco. Y repitió el ministerio: No hay delito que perseguir.

Arriba del Sena, en medio del puente, Wichita prendió un cigarro de mariguana y se dispuso a acabar su relato:

Justo en el momento en que el poeta entregaba su alma a la nada –Wichita no cree en Dios–, su mujer, por órdenes expresas del ayo, se ponía a cuatro patas como una cariñosa perra en estro, alzaba los faldones, y mostraba un culo terso y maduro. A lo largo de él, la vertical raya, sinuosa y profunda, lo dividía a la perfección.
A la mañana siguiente, la gente de la aldea, niños, hombres, los viejos y el cura, al enterarse de la nueva, sin mostrar signos de compasión en sus gestos y palabras, siguieron, como de costumbre, con sus rutinas establecidas desde tiempos inmemoriales. A las mujeres, lo primero que se les ocurrió, fue ir de inmediato a consolar a la joven y apetecible viuda. De ella, pensaban: “pobrecita, tan guapa y joven que es, para quedarse fría por las noches”. Del difunto se resumían a decir que era un hijo de puta que escribía bonito.
Cuando llegaron las féminas a la puerta de la señora, lo único que se dejaba oír, en esos momentos de la mañana, eran los gritos lastímeros de una mujer que, en esos precisos momentos, iba siendo enculada, vez enésima, por su ayo…

Descripción de V


El filósofo ambulante, Gilberto Vilax, quiere hacer, en sólo una frase, la descripción de su “amada móvil”, de nombre V. Duda una eternidad, y mejor recurre a los poetas (esto es un axioma que deberían seguir todos los que andan en cuitas amorosas, en estos malhadados tiempos en que la fama y el crédito de la poesía se encuentran, literalmente, por los suelos de la ignorancia), encontrando en un soberbio poema de Gonzalo Rojas, la exacta muestra de la sustancia de V. A continuación, se transcriben los versos, después la reflexión:

¿O todo es un gran juego, Dios mío y no hay mujer
ni hay hombre, sino un solo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en partículas fugaces
de eternidad visible?

La descripción de V es esta: “Partícula fugaz de eternidad visible”…

“Quiero ser sincero –afirma el ex guerrillero Vilax, ahora filósofo de las costumbres pueblerinas–, la belleza de V es inefable, inenarrable, pero no impoetizable. No tengo actos sino sólo palabras para expresar, a duras penas, la perfección estética de su belleza. En fin, no escribiré aquí que su desdén hacia mí es lo que me devolvió la fe en el otro: ese otro, otredad perfecta, alteridad que, en definitiva siempre es otra, la mujer eterna. Rojas lo redescubrió. Rojas llegó hacia lo hondo descifrando la condición humana: la solitaria presencia del hombre frente al silencio de lo que perpetuamente le rodea: ‘estrellas de hermosura, partículas fugaces de eternidad visible’. V es eso, sólo eso, la partícula fugaz de lo eterno, el pedazo de paraíso que mis paganos ojos jamás podrán contemplar”.

jueves, 9 de julio de 2009

Experiencia (CORRUPTA) probada: el regreso del PRI rumbo al 2012


“La democracia no es más que un abuso de la estadística…”
Jorge Luis Borges
“El PRI, quesque renovado, en realidad en el fondo sigue siendo el mismo.”
Frase oída en una casilla electoral.

Una petición de principio para empezar la discusión: en el fondo del ser del mexicano, en esos recovecos del alma de nuestro pequeño, grande, afligido, carcomido o cacarañado ser antipriísta, es posible que se encuentre, aguardando bajo el fango creador, medrando entre desechos autoritarios de los días fatídicos, cebándose con taquicardias y rompimientos brutos del corazón ensangrentado, un furibundo PRI de las cavernas trajeado como matón de horca y cuchillo y coronado su hocico por un mostacho carranclán.
El PRI, orgullo y oprobio de nuestra condición subdesarrollada, de nuestro deseo democrático insatisfecho, garante y baluarte de la élite derechista en el país (empresariado, Alto Clero, Slim, etcétera, lo que en jerga sociológica se conoce como factores reales de poder), ha vuelto. Nada de extraño tiene eso: era pronóstico cantado de que el PAN caería de sus cumbres ineptas de nueve años sin sentirse en el poder, de que el indescifrable PRD sería tasajeado por sus broncas de perrera municipal, de que Obrador desembocaría en una soledad chontalpeña, de que el PRI, en fin, volvería con el ropaje de cándida oveja aullando engaños, falacias chillantes, coheterías de la nada para los crédulos de siempre: “Experiencia (corrupta) probada: yo se gobernar”.
Pero, ¿en realidad regresó el PRI el domingo pasado de la mano de las urnas del desacreditado IFE? Y otra pregunta: ¿alguna vez tuvo la sensatez de largarse? El PRI vencedor de Beatriz Paredes ¿es el PRI nacionalista de Lázaro Cárdenas, o es el mismo que desde 1982, hasta la fecha con Calderón, y de la mano de Salinas de Gortari, pusiera en marcha el plan privatizador del Estado mexicano, es decir el neoliberalismo a más no poder?
El PRI, arguyo la siguiente hipótesis, como el dinosaurio del cuento de Monterroso, ¡nunca se fue!: En su letargo cuasi cadavérico de nueve años transcurridos bajo la égida estúpida de su continuador, el PAN, el Partido siempre estuvo ahí, calladito, tomándose su tiempo, velando armas, concentrándose en la férrea espera disciplinaria, desperdigado en gubernaturas feudales, en municipios, en colonias, en líderes charros de no se qué (de peluqueros, de estudiantes, de taxistas, de falenas, de jefas de manzana, de narcos, de iniciativas privadas entreguistas), columpiándose en sus andamiajes de la impunidad antidemocrática soldados por más de siete décadas, vivaqueando en una cultura y subcultura política mexicana de la indiferencia ciudadana, de la falta de discusión de los problemas sociales, del resguardo en el tabú del “eso no se dice”, fortificándose en una considerable cantidad de connacionales del México rural que no dividen gobierno de las siglas del Partido creado por don Plutarco.
Pero el viejo PRI, que es, al fin de cuentas, el Nuevo PRI, y que en sus siglas esencializa el negro ser del mexicano, llegó con carro completo de sus vacaciones de nueve años, con maquinarias mapacheras reviviendo muertos y haciendo votar hasta a las piedras del camino, pudriendo teóricos libres sufragios con mesianismos de salvación nacional ante la sangría narca y la sangría de la enésima crisis económica nacional. El viejo PRI, que es el Nuevo PRI, llegó para demostrarle, al generalito Fecal y a sus pusilánimes panuchos, que él, de la mano de los judas Gamboa Patrón y Míster Beltrones, sí que sabe cobrar las cuotas del prostíbulo Los Pinos: “Experiencia (corrupta) probada: yo se gobernar”.
Otra segunda petición de principio para generar posibles pesquisas ontológicas al estilo quién fue primero, si la gallina o el huevo, es la siguiente pregunta: Si el PRI esencializa el pusilánime ser del mexicano del montón, cabría cuestionarse entonces que quién inventó a quién realmente: ¿Si el PRI inventó a los mexicanos del montón o los mexicanos del montón inventaron el PRI? El monstruo, como sabrán, siempre se devora a sus creadores: ¿Quién devorará a quién?
Ese ex-cadáver de partido que nos asentó sexenios opresivos como el de Díaz Ordaz y sus Tlatelolcos homicidas, Echeverría y sus guerras sucias y ahítas de sangre, Zedillo y sus Acteales, recientemente Peña Nieto y sus Atencos, el día de hoy, encumbrado como “primera mayoría” en el país de la minoritaria minoría (dispénseme el pleonasmo) que siguió la farsa democrática del domingo 5 de julio pasado, se dispone a hornear, en el fuego creador del marketing televisivo, su bolillo Peña Nieto o su telera Paredes Rangel para cantarnos quedito al oído en 2012, sus bajos instintos por llegar a la Sillota, sus intenciones de poder por el poder sin más recato que el otorgado por los plazos electorales: “Experiencia (corrupta) probada: yo se gobernar”. Y ya ahí, bien apoltronado en la Sillota (hipótesis que, en lo personal, espero que no se concretice), a ver quién lo vuelve a sacar.
Lo malo es que, para remediar la caótica situación a que nos ha orillado el Neo-panismo calderoniano en los últimos tres años (¿Qué nos ha dado Calderón en este trienio?: Sangre, inseguridad, sangre, violencia, sangre, una presidencia ilegítima y otra legítima, sangre, violaciones tumultuarias de mujeres indígenas por el ejército en campaña y asolaciones de zonas zapatistas en Chiapas, sangre, militarización y empoderamiento del Ejército, sangre, sangre…), el votante mexicano, en vez de tomarse el desenfriolito necesario como el que tomara el 55% de los mexicanos que se abstuvieron de votar (¿votar para qué?, ¿para legitimar a la mafia en el gobierno?), o el histórico 5.8% de los que anularon su voto, ha ingerido toda la tira de pastillas del más potente raticida: se ha tragado el discurso de que ellos, los que integran el PARTIDO QUESQUE RENOVADO, sí lo representarán en San Lázaro, que el Partido sí está cerca de sus intereses cotidianos, que el PARTIDO sí que sabe qué es lo que en verdad quiere, que el PARTIDO es el Partido del pueblo, para el pueblo y por el pueblo (pero sin el pueblo, pero eso no se dice), que la justicia será pareja en sus manos (léase bien, ¡EN SUS MANOS!), que la deuda histórica de medio México viviendo en la pobreza no es asunto del PARTIDO (ese partido, esos cuadros de partido que generó esa injusticia social por más de siete décadas), que ellos sí que saben gobernar y por eso me andan jodiendo con sus discursitos baratos, exigiéndome mi voto comunista aunque yo a priori no les crea y haya escrito, el pasado domingo, en la boleta, el siguiente auto de fe de un convencido de la pudrición del sistema político: ¡CHINGUEN A SU MADRE TODOS INCLUIDOS!
Porque, como lo ha indicado Lorenzo Meyer, en las altas cúpulas ralentizadas de poder, no hay nada que diferencien a PANISTAS O PRIÍSTAS. Olas rojas u olitas azules, la tonalidad de la camiseta es lo de menos: el miasma es lo que queda, la podredumbre es lo que persiste a costa de esperanzas vanas de los que han depositado sus votos en las urnas del domingo pasado: el status quo se inmoviliza cuando la cofradía azul –con una presidencia calderoniana literalmente muerta desde el domingo pasado- dispone desde hoy todo lo necesario para cederle el poder a la cofradía tricolor en 2012, esto con el fin de que todo quede como antes. Para que unos, el “México imaginario”, la clase política (tricolores, azules, rojos, amarillos, verdes) y “la gran coalición de derecha” del alto clero, del alto empresariado y de todos los que de algún modo salen beneficiados con la ruina republicana y sus hipocresías institucionales como el Ejército mismo, ganen todo sin perder nada; y otros, el maremágnum del descontento social omitido del discurso bonito de los políticos de derecha (y de algunos de seudo izquierda), ese “México profundo” canalizado por el Obradorismo y subsistiendo en el descontento crónico, en el hambre crónica, en la exclusión política, social, económica, educativa crónica, siga igual o peor que como está: negado, ninguneado, execrado, vilipendiado, mientras que en el banquete de los elegidos, la hartura se refocila y la satisfacción idiota saca su prominente barriga del empacho. En 1910, este mismo cuadro social que se observa en 2010 (el de la minoría viviendo como si México fuera Francia versus el de la muchedumbre hambrienta pisoteada en su dignidad), fue el caldo de cultivo para que Villa y Zapata pudieran cabalgar seguidos por las innumerables huestes de “los humillados y ofendidos” levantados en armas contra el sistema porfirista, el primer modelo liberal antecesor del neoliberalismo actual.
Crisis financiera, crisis política, guerra abierta contra el enorme peligro que implica la narcoinsurgencia (El universal, 5 de julio), déficit y baja credibilidad de las instituciones de la República mexicana en ruinas, agrandamiento de la brecha de las desigualdades sociales, el entronizamiento de este Partido (PRI), que significa, para muchos, los ideales traicionados de Zapata, Villa y Cárdenas, es el cuadro macabro con el que daremos bienvenida al año 2010 para “festejar” (¿festejar?, ¿qué tenemos que festejar cuando los reaccionarios nos gobiernan, cuando la intransigencia de las sotanas tienen más peso que las movilizaciones ciudadanas?) el primer centenario de la Revolución traicionada…Malos augurios para la nación mexicana éste triunfo del Partido que apesta a violencia…

miércoles, 8 de julio de 2009

El sistema se reestructura



Y lo malo es que, cuando prendí la tele, el pinche dinosaurio había vuelto...

lunes, 6 de julio de 2009

Un poemita cafeinómano


A Citlali, con intransigencia soberana

Noche navegable
Soberbio jardín de negra tierra labrantía
El sol en su caída sorprende a tu obstinado armazón de hierbas.
Frutos esquivos, hojas del polvo rutilante.
He aquí el silencio brotando de sus levaduras,
Habitando la luz de sus crepúsculos,
El bordoneo de cigarras en los ramonales de la tarde.
Los negros días se disuelven en la noche sin estrellas.
Los lotófagos se acuestan con una joven terriblemente bella.

viernes, 3 de julio de 2009

23 razones para anular nuestro voto




Porque:
1. Los votos convencionales construirán gobiernos estatales, ayuntamientos, congresos locales, jefaturas delegacionales, asamblea legislativa y una Cámara de Diputados que no tendrán el menor incentivo para rendir cuentas.

2. Los votos nulos cuentan como mecanismo de protesta, sobre todo si se levanta una encuesta de salida —como ha sugerido Federico Reyes Heroles— en la cual se puedan enlistar los motivos de la insatisfacción.

3. Los votos cuentan desde hace muy poco, en efecto, pero esa no es razón suficiente para argumentar que el sistema electoral no puede ser mejorado usando la anulación como presión. Sin duda es mejor que los votos cuenten porque en el pasado no era así, pero sería mejor aún que lograran producir una representación real que actualmente no existe y la anulación busca impulsar.

4. Existen diferentes opciones, pero las diferencias ideológicas entre los partidos —a la hora de gobernar— suelen sucumbir ante la presión de los poderes fácticos, como ocurrió con la Ley Televisa, la ley de “acciones colectivas”, la iniciativa para aumentar las multas que puede cobrar la Comisión Federal de Competencia, la reforma energética que dejó sin tocar al sindicato de Pemex y tantas más.


5. Es una falacia que los partidos se diferencíen notablemente a la hora de llegar al poder, sobre todo cuando la priización —el clientelismo, el corporativismo y la impunidad— afecta a todos.

6. Resulta una elaboración intelectual insostenible argumentar que la democracia electoral mexicana merece ser defendida sin modificaciones sustanciales que asegurarían la representación y la rendición de cuentas.

7. La derivación política de esa construcción intelectual recuerda a los discursos priistas en defensa de la “democracia a la mexicana”, que se reducía a la simple rotación de élites dentro del PRI. Ahora otros partidos participan en la rotación y el mecanismo se ha vuelto más competitivo, pero la falta de representación real, fundacional persiste debido a la inexistencia de la reelección.

8. La anulación cuenta como un instrumento válido para sacudir, presionar, exigir, y empujar a la profundización democrática que los partidos tanto resisten.

9. La anulación o el voto independiente son una forma de participación que se diferencía de la abstención.

10. La anulación se alimenta del humor público ante la persistencia de una democracia mal armada que funciona muy bien para sus partidos, pero funciona muy mal para sus ciudadanos.

11. El voto nulo tendrá tantas vertientes y pulsiones como el voto “normal”; habrá quienes anularán su voto para exigir las candidaturas ciudadanas y quienes votarán por el PRI en busca de “agua y paz”, la promesa difusa de Fausto Zapata en el DF.

12. El voto nulo expresará —en efecto— hartazgo, desencanto y malestar; el primer paso para diagnosticar lo que le falta a la democracia mexicana e impulsar los cambios indispensables.

13. El movimiento nacional en favor del voto nulo sin duda necesita articular una plataforma mínima de demandas consensadas, que traduzcan el agravio en propuesta. Pero el agravio existe y es legítimo; basta con ver la última encuesta del periódico Reforma en la cual el 79 por ciento de los encuestados cree que los partidos actúan siguiendo sus propios intereses. Sólo el 12 por ciento piensa que vigilan los intereses de los ciudadanos que representan.

14. Los padres y las madres del voto nulo sin duda tienen en común eso: malestar. Ese malestar que es componente fundamental de la democracia participativa, en la cual los ciudadanos se organizan para componer algo que no funciona o exigir derechos que han sido negados. Subestimar ese malestar es no entender la realidad del país.

15. Votar construye la punta del iceberg civilizatorio, pero anular el voto también lo hace. Constituye un acto de deliberación tan válido como el voto tradicional, y representa una forma de participación política pacífica, ciudadana, que bien encauzada puede contribuir a ampliar las libertades conquistadas durante las últimas décadas.

16. El mundo de la representación real aún no se logra en un país que no ata a los legisladores a las demandas y preocupaciones de los ciudadanos. Es cierto, hay más pluralidad política, pero eso no es suficiente. Y no queda claro que los ciudadanos puedan mejorar la democracia mexicana tan sólo votando, ya que las demandas pendientes son ignoradas por los partidos una vez que llegan al poder.

17. El voto ha sido un instrumento inmejorable para ampliar el ejercicio de las libertades. Pero no es el único instrumento. La política no puede ni debe transitar exclusivamente por la votación por o la participación en un partido, aunque Felipe Calderón y otros crea que es así. Las democracias funcionales se nutren de muchas fuentes de participación que buscan precisamente obligar a los partidos a hacer suyas demandas que de otra manera ignorarían.

18. Y sí, los que llaman a anular el voto tendrán que organizarse más allá del 5 de julio, pero eso no significa que deberán hacerlo en un partido. Quienes sugieren eso demuestran una visión demasiado estrecha sobre el funcionamiento de la democracia.

19. El voto nulo tiene el tufo del desprecio no a la política como actividad en sí, ya que el movimiento está haciendo política al convocar y organizar como lo hace. Lo que el voto nulo critica es la forma prevaleciente de hacer política partidista en México hoy.

20. El voto nulo no implica un acto de abandono de la plaza; de hecho busca ocuparla en nombre de una ciudadanía a la cual se le han negado derechos que forman parte de las democracias exitosas del mundo; derechos como la capacidad de sancionar a un diputado y removerlo del poder, las candidaturas ciudadanas, el plebiscito, el referéndum, y la revocación del mandato, entre otros.

21. Los preocupados por la vida política del país están obligados a generar diagnósticos y propuestas de reformas, fórmulas de organización, agendas que graviten sobre la toma de decisiones, mecanismos de rendición de cuentas. El problema es que los primeros en asumir esa responsabilidad deberían ser los partidos, pero no lo hacen. No tienen el menor incentivo para modificar la situación política actual. Y precisamente por ello, el voto nulo está intentando crear una trama civil que eleve la presencia de las organizaciones y las propuestas que emergen de la sociedad.

22. Los propios partidos han incorporado a sus listas a ciudadanos no afiliados a ellos, pero es no basta para modificar el andamiaje institucional, ni para permitir las candidaturas ciudadanas independientes que podrían airear al sistema.

23. Porque como escribe Milan Kundera, “todo lo que es puede no ser”. Y ojalá lleguemos al momento en que lo que es deje de ser. Espero que un día nos encontremos con partidos obligados a representar ciudadanos, elecciones que sirvan para algo más que rotar élites o familiares, un Congreso plural que no se doblegue ante los poderes fácticos en cada negociación legislativa, una división de poderes real y súmele usted.
Esperanza marchitaAhora bien, si usted quiere tachar la boleta en favor de un candidato en vez de anular su voto o votar por “Esperanza Marchita”, hágalo. Está en su derecho. Piense, sin embargo, en que probablemente jamás volverá a ver al diputado por el cual votó porque —en este sistema democrático trunco y parcial— usted no le importa.

jueves, 2 de julio de 2009

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