sábado, 25 de julio de 2009

Cosas


Las cosas (entiendo por “cosas” a el universo entero, la materia y antimateria, los estudios filosóficos y los estudios populares, el rapto de Proserpina y la estupidez de las masas, la mujer amada y la insignificancia de la mujer deseada, mas un largo etcétera que no logro abarcar) existen porque yo –ser deleznable propenso a la melancolía sin ocaso- lo contemplo. Luego todo es imagen, y los pensamientos son la recreación de esa concatenación innúmera de varias imágenes que vulgarmente nombramos como vida. Yo tengo conciencia de esta imagen, es más, yo estoy dentro de esta imagen. Lezama escribió sobre la “conciencia de ser imagen”. Borges cuestionó a los hados: ¿Quién contemplará esta calle? Si no la contemplara, ¿dejaría de existir?
Para otros, la realidad es esa imagen vista en la ausencia: se que existe, la veo en el recuerdo indirecto de los otros, pero no es parte directa de mi ser. ¿Quién contemplará a este universo, a su descomunal magnificencia, el día en que el último hombre baje al Hades de la nada? ¿Quién? Acaso Dios. Y a Dios, ¿quién lo contemplará? Abro mis sentidos a esta mezcolanza infinita del ser aparente cuando me doy cuenta de que mi existencia se disgrega. Soy la encrucijada donde se encumbra la nada.

No hay comentarios:

Archivo del blog