miércoles, 30 de septiembre de 2009

Poema a Fabiola Campomanes


Tengo que hablaros de Fabiola,
yo tengo que hablar de una sola Fabiola,
esa Fabiola vedada a mi vista,
como el poema de niebla bajo el susurro de la hierba.

Yo soy un pobre mendigo de horas afónicas
que escribe, a altas horas de la madrugada,
versos con ripios amorosos a mi fijeza televisiva.
No me molestes, pinche lagartija,
a un mísero mendigo de Fabiola no le interesa
ser conocido por las Fabiolitas del montón.

Me preocupa sólo una cosa:
que mi mejor poema a Fabiola no está hecho,
que mi ideología es contradictoria
(veo Telerisa en todo el pinche día),
que mi tiempo rancio e indeleble.

lunes, 28 de septiembre de 2009

En defensa de las putas


No satanicemos o anatemicemos un trabajo cualquiera, como es el trabajo cualquiera de una puta, en libertad para acostarse o desacostarse con quien quiera. Los lenones y la trata de blancas son otra cosa, hechos delictivos a los que sólo nos resta repudiar. No así el caso de las Putas. Porque las putas tienen derechos, también las putas tienen eso que le falta a muchas señoritas de la "sociedad": dignidad. Y como no es mi intención satanizar a las florecillas, sino de contextualizar un hecho social que se da aquí y en el mesmo Vaticano (en todos los lugares se cuecen habas), y a riesgo de que a este defensor de oficio de las livianas de oficio, la mala leche o la doble intencionalidad de la mojigatería mocha lo ubique como “cliente” asiduo de una mesalina o similar doncella casquivana, escribo la presente misiva, que he denominado, defensa poética de las putas del solar pueblerino.

El pasado 26 de septiembre, leía sin asombro una nota decimonónica escrita en el siglo XXI por el –aquí el rigor de conciencia nos insta, hermanos míos, a santiguarnos antes de decir- Diario de Yucatán, en el que se sataniza una función social que, si se regulariza como debiera ser por el ayuntamiento (lo que no se hace), no suscitaría ningún tipo de problemas. Me refiero al digno trabajo de las sexoservidoras en la Villa, a las que sin eufemismos delicados, es preferible llamarlas como son: putas. Todos los prejuicios de un tejido social, como son los prejuicios mochos, oscurantistas y altamente hipócritas y tartufos, como los prejuicios mochos, oscurantistas y altamente hipócritas y tartufos de la poblada petuleña, se sintetizan en las machistas e ignorantes opiniones de una regidora de salud de este desquiciado municipio. Transcribo unas perlas en el que se liquidan posibles derechos laborales de las sexoservidoras en lugares ad hoc para realizarlos:

a) “Ese tipo de lugares no deben estar en la comunidad ya que son un riesgo para la salud de mucha gente, sobre todo porque no cuentan con un registro y no son supervisadas por salubridad”. El riesgo, habría que escribir de una buena vez por todas, es la ignorancia olímpica de una población estupidizada por su doble moral nauseabunda.

b) “Además se sabe que son mal vistas por la sociedad y por eso se clausurarán” [¡Increíble este! ¿razonamiento? La regidora dice que una casa de citas es mal vista por la “sociedad”. Y me pregunto: ¿A qué sociedad se refiere?, ¿a la de las sotanas y chupacirios?, ¿a las de las beatas malolientes de naftalina que no saben qué es un condón y por eso nadie las gana en parir 15 hijos, o lo que la fértil voluntad de Dios decida?, ¿o a la sociedad destrozada de las sexoservidoras, en su mayoría indígenas, forzadas por injusticias sociales, la falta de oportunidades en un medio donde te piden como mínimo licenciatura para sobrevivir, mientras el marido machista la ha dejado con dos críos? Hay que ser rigurosos en nuestros conceptos].

c) “…la gente que acostumbra a ir a esos lugares [que] tome consciencia de que ponen en juego su vida y la salud de sus familias”. La carne es débil, dicen los Evangelios, y nadie pida a la pobreza de espíritu, declarar su cuaresma infinita llamada abstinencia por el catecismo decimonónico del padre Ripalda: ¿No sería, pregunto, mucho más importante una mayor educación sexual, una difusión de la cultura de la prevención, que no abstención, una rigurosidad en la vigilancia de esos dos prostíbulos señalados por la nota, que en vez de decirnos, casi-casi, que el Sida se pega con un simple saludo?

Me acuerdo de la famosa redondilla de Sor Juana, en el que la décima musa, argüía “de inconsecuentes el gusto y la censura de los hombres que en las mujeres acusan lo que causan”. Dice así el poemita:

“Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis…
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal la haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?

Y aquí no quiero citar los boleros de Agustín Lara, pero sí el poema en que Sabines se hace de la idea de canonizar a las putas (a todas, terrestres y extraterrestres), y que me sirven de argumentos poéticos en mi defensa sin restricciones de las putas de la aldea:

“Das el placer, oh puta redentora del mundo, y nada pides a cambio sino unas monedas miserables. No exiges ser amada, respetada, atendida, ni imitas a las esposas con los lloriqueos, las reconvenciones y los celos. No obligas a nadie a la despedida ni a la reconciliación; no chupas la sangre ni el tiempo; eres limpia de culpa…No engañas a nadie, eres honesta, íntegra, perfecta; anticipas tu precio, te enseñas…Eres la libertad y el equilibrio; no sujetas ni detienes a nadie; no sometes a los recuerdos ni a la espera. Eres pura presencia, fluidez, perpetuidad…”

Repito: si no hay que satanizar, ¿por qué no canonizar? Al fin y al cabo, el oficio más viejo del mundo, no son de las pobres putitas sino de los ensotanados que hablan en nombre de la fe, la verdad y la voz divina. Y esos (que lo digan sino Marcial Maciel y su pederastas de Cristo) sí que son peligrosos. Peor, ¡incluso!, que la peste mezclada con la lepra.

jueves, 24 de septiembre de 2009

El riesgo de guerra

Por John Saxe-Fernández

“La lucha global por la distribución de los recursos naturales ya está en marcha… La guerra ha sido el medio favorito usado por las grandes potencias para satisfacer sus necesidades de recursos. Si se gesta otra guerra mundial el conflicto más probable que enfrentará a las potencias será sobre los elementos de la sobrevivencia. El petróleo, desde luego, pero también el hierro, cobre, uranio, cobalto, trigo y agua”. Esta fina percepción de Richard Barnet (The Lean Years, Simon & Schuster 1980) es de peso cuando crece el agotamiento del petróleo convencional (peak oil), fundamento de la economía capitalista hasta nuestros días. La meta sería transitar hacia otro orden económico y socio-energético, sin una guerra general termonuclear (GGT): las guerras por los recursos pueden ocasionar incontrolables procesos de intensificación con empuje bélico terminal. Ya la carnicería por el petróleo de Irak lleva más de millón 300 mil bajas civiles, mientras Estados Unidos persiste en ampliar las guerras transfronterizas, desde Afganistán/Pakistán hasta Colombia/Ecuador (2008).

A primera vista la desactivación de Obama del despliegue antibalístico en Polonia y la República Checa, que Bush y Gates plantearon como defensa de Europa ante un ataque de misiles iraníes, aminoraría las tensiones y ofrecería más tiempo para la toma de decisiones en el uso de armamento nuclear y balístico. La proximidad a Rusia de un despliegue antibalístico cuya función es neutralizar una réplica aniquilatoria ante un primer ataque de Estados Unidos, acortó el tiempo disponible, haciendo necesario automatizar una respuesta contundente (Launch-on-Warning) ante ingresos balísticos al espacio aéreo ruso. La fragilidad en la disuasión conlleva un grave riesgo de guerra: el objetivo real e irresponsable del despliegue antibalístico fue anular la reacción rusa ante un ataque en pos de la reserva petrolera iraní. Se trata de lo que desde estas páginas calificamos de "acoso estratégico", como el "cerco" que Estados Unidos erige (Cuarta Flota, Plan Colombia e Iniciativa Mérida, bases etc.) en torno a los vastos recursos –petróleo, gas, minerales, agua, biodiversidad– de Brasil, Venezuela, México, Centroamérica, Bolivia, etc. En el caso ruso el despliegue antibalístico fue el equivalente al acto de guerra que habría significado si Moscú colocara en Chihuahua y Alberta componentes de un sistema nacional antibalístico ¡para "defender a Norteamérica" de un posible ataque de Corea del Norte!

Aunque la desactivación del despliegue antibalístico no es asunto menor, los vientos de GGT arrecian: Estados Unidos y la OTAN aumentan la tensión en el Mar Negro con todo tipo de provocaciones desde Georgia, mientras Gates plantea un "nuevo plan de defensa coheteril" en tres fases: en 2011 con interceptores SM-3 desde el este del Mediterráneo; en 2015 se mejoraría ese sistema y operaría, según nuevos planes, desde Polonia y la República Checa, y en 2018 actuaría otro despliegue "más poderoso", contra cohetes de alcance medio e incluso intercontinentales, parte de una "nueva arquitectura estratégica" en sustitución del despliegue antibalístico. (Ver R. Rozoff y B. Gagnon globalresearch.ca). Todo según la Casa Blanca, contra "la amenaza" iraní, pero con Rusia y el petróleo en la mira. Esta reconfiguración estratégica sigue planteando una amenaza grave a la paz. El general Vladimir Dvorkin ya advirtió que "todo depende de la escala de tal sistema". Si incluye "una multitud de infraestructuras de lanzamiento" y dispositivos orbitales, entonces "amenazaría el potencial ruso de disuasión nuclear".

El riesgo de GGT aumenta. A la presión militar de Estados Unidos sobre Medio Oriente, el Cáucaso y África, se agrega América Latina. Raúl Zibechi (ircamericas.org) muestra que la crisis del petróleo llegará mucho antes de lo previsto: “la primera evaluación detallada de más de 800 campos de petróleo en el mundo con tres cuartas partes de las reservas mundiales, llegaron a su punto máximo mientras que la tasa de disminución –de la producción– es casi el doble del ritmo calculado hace apenas dos años”.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Un concierto no resuelve 50 años de estupidez castrista...


En una de sus Reflexiones, el compañero dictador en retiro, Fidel Castro Ruz, en dos párrafos solamente, que dedicaba a hablar sobre temas que le corresponden en exclusiva a Quijotes de su caldado (el cambio climático, que, según el barbudo, lo obliga "a escribir" sin dilaciones, ya que es "un peligro que amenaza no sólo la paz, sino también la supervivencia de nuestra especie"), no se dio tiempo de glosar a fondo lo que sucedió el día 20 pasado de convivio musiquero en la plaza de la Revolución en La Habana, más propio de infantes o soldados rasos periodísticos; sin embargo, Castro despachó unas cuantas palabrillas del concierto dado por Juanes (un musiquillo capitalista oriundo de la infame Colombia de Uribe el ultra facha), la voluminosa y durobilísima Olga Tañón, un putón español y unos grupos musicales autóctonos. Trascribo al barbudo:

"El pueblo cubano, especialmente su magnífica juventud, demostró ayer (domingo) que aún en medio de un bloqueo económico es posible vencer obstáculos inimaginables", dijo Castro en una columna publicada el martes en la prensa estatal.

"Me habría gustado hablar hoy del extraordinario concierto 'Paz sin Fronteras', celebrado en la Plaza de la Revolución 'José Martí', hace 24 horas, pero la porfiada realidad me obliga a escribir sobre un peligro que amenaza no sólo la paz, sino también la supervivencia de nuestra especie".

Y acto seguido, explayó su catarática pluma metiéndose en temas que hasta los mismísimos geofísicos rehuyen, ya que Castro no se anda con medias tintas, mientras que el cartucho de su Montblanc se agota como por ensalmo.

En unos de los comentarios sobre el concierto dado en la plaza de la tiranía (es decir, en la de la revolución petrificada, trocada a tiranía hermanística),en donde abundó loas, ditirambos, apologías del espanto, el "pa'alante siempre, Fidel", los ¡cachunes cachunes, rarás!, ¡a la vio, a la bao!, ¡Hasta la Victoria, siempre!, y otras charadas de igual jaez, una opinión mía preguntaba a los epígonos del marxismo tropical:

¿Y después del concierto, qué coños hacer? Pues es sabido, se sabe, que es estúpido pensar que un concierto de un musiquillo capitalista vaya a resolver los cincuenta años (discúlpenme, pero hay que hablar sin eufemismos)de imbecilidad castrista, que se auna a los 50 años de testarudez del Imperio. Una relación simbiótica: bloqueo, dictadura; dictadura, bloqueo. Tan es insignificante ese concierto en el que las caderas cubanas salieron a relucir en toda la visibilidad de su dureza, que el prohombre de Birán (hablo del dictador en retiro, por si no me entiende la plebe voluntarista) ni siquiera le dedica más de dos parrafitos, y eso de pasada nomás, un trámite cuasi burocrático al que había que sustanciar sin demora. En fin, ni la trova del sibarita Silvio Rodríguez, ni los poemas de Retamar, el son de Compay, por no hablar del tabique del Das Kapital, han cambiado en nada la situación de imbecilidad recíproca entre la dictadura y el Imperio de la democracia. Todo es Realpolitik, y Castro y sus barbas y sus lacayos lo saben de sobra...El que diga lo contrario y crea que con esa patraña de concierto va a cambiar en algo la triste situación de Cuba, que el pueblo cubano al fin va a poder comer con dignidad (ni el anti-condón Wojtyla hizo nada cuando llevó a su Puta a La Habana), o una de dos: o está JUMADO, JUMADÍSIMO, o es un señor PENDEJO, PENDEJÍSIMO...

Yoani Sánchez, bloguera desde La Habana, no es lo uno ni lo otro; es, sí, una más, de las miles de personas, fastidiadas de que no haya lo mínimo en Cuba, que la consigna del bloqueo siga siendo escudo protector del mar de imbecilidades de la dictadura familiar. Después de Juanes, Yoani escribe que amanecerá como cada lunes....que "el peso convertible seguirá por las nubes, Adolfo y sus colegas tendrán otro día tras las rejas en la prisión de Canaleta, mi hijo escuchará en la escuela que el socialismo es la única opción para el país y en los aeropuertos nos seguirán pidiendo un permiso para salir de la Isla".

viernes, 18 de septiembre de 2009

Feliz primeros 25, diario del pueblo. ¿Qué chingados de "bicentenarios" vamos a festejar, señora "soberanía"?


Por Julio Boltvinik

En estos días en los que se han puesto en marcha los festejos por el bicentenario de la independencia, la pregunta evidente es: ¿qué independencia festejamos, si lo único que falta para hacer aún más patente nuestra dependencia total es que se instalen bases militares de EU en el país? Es evidente que dada la descomposición nacional, la presencia creciente de la violencia impulsada por la supuesta guerra contra el narcotráfico, la prevalencia cada vez mayor de un Estado de no derecho, que se vienen a sumar a la falta casi absoluta de autodeterminación nacional, éste es un aniversario que no merece festejarse porque suena a burla, a paradoja, que nuestros gobernantes festejen una gesta heroica que buscaba lograr lo que ellos todos los días se encargan de desmantelar.
En agudo contraste, este año, y sobre todo esta semana, se festejan 25 años de circulación de La Jornada, cuya creación constituyó, y la circulación de cada número constituye, actos de independencia, por lo que se trata de un aniversario que sí vale la pena festejar. La independencia de La Jornada se expresa de manera evidente en su carácter crítico, ante todo del aparato del Estado, sobre todo del Poder Ejecutivo Federal. Mantener ese carácter crítico a pesar de que, como bien dice Luis Hernández Navarro (La Jornada, 15/9/09), el poder combinado de anunciantes y gobierno(s) tiene gran capacidad de presión sobre los contenidos informativos de la prensa, es un enorme mérito, casi un milagro, cuya prueba más fehaciente es que se trata del único periódico de circulación nacional que mantiene sistemáticamente este carácter crítico.
Pero no es ésta su única virtud. Comprometerse con causas sociales y políticas es quizás la más importante. Como también señala Hernández Navarro, La Jornada no esconde sus posturas como otros diarios que pretenden ser imparciales. Es un periódico que se compromete con las causas de los débiles, de los movimientos populares, de la izquierda social y de la izquierda política. Que no obedece consignas, como otros medios impresos. Así, mientras éstos actúan como si López Obrador no existiese y no hubiese recorrido en los dos últimos años todos los municipios del país, La Jornada le da plena cobertura a sus recorridos.
En la sección especial de su página web, creada para festejar su 25 aniversario, se lee:
“La Jornada da entrada en sus páginas a las más distintas expresiones de una izquierda política en grave crisis, aquí y en el mundo, y en ella cada autor es respetado en sus perspectivas dentro de esa amplia gama que incluye el pensamiento progresista y de izquierda, reformista y revolucionario. Si con esa libertad se cometen errores preferimos cometerlos, sin que pretendamos imponer nuestra verdad a los que consideramos que están en el error. Optamos por la guerra de las palabras y de los razonamientos”.
Pluralismo en el interior de las fuerzas progresistas.
Antes de nacer La Jornada, en su número Bajo Cero, se expresa que, en el acto de convocatoria para crear el diario, se hizo el siguiente diagnóstico de la realidad del periodismo nacional:
“Después de caracterizar el momento político que vive el país, los oradores del acto, celebrado en el Hotel de México de esta ciudad, señalaron la acusada derechización de los medios informativos a los que, con algunas excepciones, dominan “el conservadurismo ideológico y la estrecha lógica mercantil, cuando no la alianza extranacional. Dada esa situación, dijeron, es imprescindible un esfuerzo de información y crítica”.
Es evidente la actualidad del diagnóstico. Salvo La Jornada entre los periódicos nacionales, y algunas excepciones en revistas y en noticieros de radio, la derechización y la lógica mercantil siguen predominando. Así se describió cómo sería el nuevo diario en el número Bajo Cero:
“Un diario tabloide, de 32 páginas, que ofrecerá abundante información breve, así como reportajes y entrevistas, documentos y crónicas de contexto. El diario combinará la información con la reflexión de fondo sobre los problemas de la hora. La Jornada consignará en sus páginas el movimiento de la sociedad, la realidad diaria y anónima de personas y sectores. Un diario que dé voz a quienes no la tienen. Un diario moderno y plural, abierto en lo ideológico y en lo político. Un diario crítico..., atento a los procesos que marcan la realidad diaria del país y las condiciones internacionales...”
La Jornada de hoy es formato tabloide y, contando La Jornada de Enmedio, duplica el número de páginas planeadas originalmente. Que yo sepa, no existe un mecanismo de evaluación sistemático de La Jornada, pero en términos generales podemos decir que la visión del periódico expresada en este párrafo se ha cumplido cabalmente. Ha dado voz a los que no la tienen, al menos mediante tres mecanismos: a) El Correo Ilustrado, ejemplo extraordinario de auténtica voz pública; b) a través de sus reporteros que entrevistan y narran lo que dicen los sin voz; y c) a través de los espacios de opinión, muchos de los cuales son cubiertos por líderes de la sociedad civil o que, por razones de su actividad, están en continuo contacto con los sin voz. Como dijo José María Pérez Gay en Casa Lamm (La Jornada, 15/9/09): podremos ver con orgullo que seguimos comprometidos y no hemos abandonado el proyecto original. Esto no quiere decir que no se pudiera mejorar, como todo en la vida.
Desde este espacio (con el cual he tenido el honor de acompañar más de la mitad de los 25 años de nuestro periódico, desde febrero de 1995) he querido colaborar en lo que Hugo Gutiérrez Vega identificó (en Casa Lamm el lunes pasado), como un propósito de La Jornada: la lucha contra la enajenación y la apuesta en favor de la inteligencia de nuestros lectores, a través del análisis de la información empírica sobre la pobreza y otras dolorosas realidades del país, y a través de la discusión de ideas, conceptos y teorías económicas y sociales.
Sin La Jornada, sin sus moneros, sin sus reporteros, sin sus fotógrafos, sin sus comentaristas, sin sus dirigentes, sin sus trabajadores, sin El Correo Ilustrado, sin sus editoriales, sin La Jornada de Enmedio, sin sus suplementos, sin La Jornada toda, no toleraríamos la podredumbre nacional; sentiríamos que triunfaron el despotismo electrónico y el PRIAN; perderíamos toda esperanza; sentiríamos que sólo queda callar y obedecer, o tomar las armas. Protejamos, cuidemos, promovamos, apoyemos a La Jornada, colaboremos con ella, para que llegue a los 250 años.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Sobre la poesía de Javier España


Lo primero que me llegó a mi mirada, de la innumerable lista de tropos y metáforas silenciosas que el poeta Javier España nos avienta, fue la intuición, no se si cierta o ilusoria, de que estaba tratando con un poeta definitivamente poeta.

Ser poeta, tener una actitud de poeta, o una simple visión poética de la historia y sus concomitancias, actualmente es dificilísimo. Y Javier España es uno de los poquísimos en poseerla, además de ser de los que no permiten concesiones al “facilismo” (palabra de Javier), poeta hermético, (estamos de acuerdo: el hermetismo dice más que lo puramente explícito, su carácter polisémico lo vuelve obra abierta, inacabada y posiblemente rectificable en cuanto a su interpretación, su discusión, su desentrañamiento por parte del lector. Un poema se hace a expensas del poeta, cierto, pero la poesía es el otro, Homero son los miles de Homeros a lo largo de la historia que han contemplado la caída de Troya y los cascos ligeros de Helena. Javier España son sus lectores), insoslayable con sus travesías de fuegos perseguidos, devastador con sus neblinas que ciegan, decapitan y humanizan a los ángeles; pero también, valeriano en su estructura, poco sentimental aunque erótico en su Agonía de las máscaras, Lezamaniano en sus dos mejores libros: Tras el biombo, suerte de espejo que murmura una vista metafísica, y el provocante e inmarcesible “Azul deseo de la esfinge". De “Azul deseo de la esfinge”, pienso que ahí se encuentra el mejor Javier España de su primera época (pues este articulillo no se refiere a "La suerte cambia la vida" y "Sobre la tierra de los muertos", dos poemarios de su segundo acorde poético): “como un cuerpo que gime conjeturas” voy adentrándome en su lectura con una suerte de vértigo verbal, ya que los hachazos poéticos andan como locos razonadores devastando la lógica consuetudinaria de la cotidianidad común. Llega un momento en que Javier nos dice “Solo un golpe de azar es la palabra…” pero, ¿será cierto? Esto lo digo con el fin de no seguir llenando, en las próximas líneas, este post con ditirambos y loas exclamativas (que por lo demás se lo merece, y no hay que regatearle nuestra admiración más humilde, que es el de leerlo con constancia, denuedo y atención), al modo como lo hacen los escribanillos periodísticos que dan la nota cultural sin saber por donde va la cosa literaria, o como dicen ¿dónde esta el meollo del asunto?
El meollo del asunto es que la poesía de Javier España, donde las significaciones instantáneas del lenguaje cotidiano pierden el presente del habla común, o el ahora de la comunicación funcional, para ensimismarse a la voz sosegada del poeta-lector, ensimismamiento que es un mundo de imágenes hilvanadas por el mismo lenguaje que reclama, con su ritmo de bahía cambiante, la “otra voz” que Octavio Paz descifró: la irreductible necesidad de destruir el significado en un juego de llamas verbales que se conjeturan en el poema asemántico, por ejemplo el siguiente, de título “Lección de sombra”, del libro “Azul deseo de la esfinge”:

Como un antílope en azul
la palma de la mano erige
su carbunclo de ser en agonía:
una lección de sombra crece
bajo la herida orante de las voces
que dispersa palabras marginales,
rudos vocablos de la muerte.

¿Qué decir? ¿Qué hacer? Los significados son un universo de posibilidades. Lo que me sorprende de la poesía es que siempre está floreciendo. Ya sabemos: El presente engendra el pasado o, como dijera Borges, el autor, en este caso Javier, engendra a sus precursores. Omitamos la genealogía poética de Javier para remontarnos a la cuestión siguiente: ¿Cuál sería la reacción del poeta ante la muerte? El poema líneas arriba no niega su origen. Es un poema de arcilla, de barro, de dolor ante la conciencia siempre inminente de la caída del hombre en lo desconocido: la muerte que se fragua en el instante y que constriñe a la mano a escribir los dictados de ¿la razón?: “una lección de sombra crece/ bajo la herida orante de las voces”.


En otro poema, del mismo libro, titulado Hegemonía, leo algo que, a un aguerrido lector de García Ponce y Jaime Sabines como yo, que no concibo a la vida sino como peso, ensanchamiento, nalgas duras de mujer, piel y tacto eréctil, leer un verso como el siguiente me produce molestia, pero una molestia amena, jocosa, disipable. He aquí el verso y el idealismo más lascivo que se podría concebir:

“Todo se prostituye en la materia.”

Similar al idealismo cristiano de Pablo, que llegó a escribir que el espíritu en sus deseos se opone a la carne. Por supuesto que España no es un asceta ni un moralista dogmático. Cuando él escribe esto, para nada nos recomienda poner el hábito, declarar nuestra cuaresma eterna, o pensar en la ataraxia. El piensa en la carne muerta, en el cadáver putrefacto de la musa que se gasta, que pierde lozanía, vigor sexual, que se destroza a sí mismo. Ya al principio de ese mismo poema, nos muestra que “El peso tutelar del polvo/ es la hegemonía de lo eterno..,/ Y pienso: lo que se prostituye es ¿el alma, el espíritu, la razón, la psicología, el ethos, el pathos, la conciencia, la inconciencia, la voluntad de poder ir al cine los domingos, la rabia de no hacer, qué es lo que se prostituye? ¿Hay alma, espíritu, razón, psicología, ethos, pathos, conciencia, inconciencia, voluntad en la desprestigiada humanidad?

La poesía de Javier España nos niega todo lo que ansiamos escuchar: nos niega el bálsamo de una poesía sesgada por el afán de decir lo obvio. Una poesía intransigente al lugar común y al discurso visceral de la ambición amorosa, el idilio narcisista del yo, el chiste ideológico de los proxenetas de la fe, o la razón infalible de la Historia. En entrelineas, escucho a Javier España decirnos: No hay utopías, por tanto, todo puede ser utopiable. Su lectura nos propone la necesidad de ruptura, la cuasi-fisiológica necesidad de violentar al status quo de la fraseología oficial con sus dobles vidas, sus dobles discursos, su bimoral que apesta. Porque sus versos, materia del tiempo hechos en el tiempo, pero al final de cuentas negadores del tiempo, nos invocan fugas, dilapidaciones en la plaza pública al mequetrefe fuego fatuo de los banales poetizos rollizos, lluvias combatiendo al síndrome del consumo totalitario en medio del tiempo obeso, de la noche gorda, de la musa con colesterol y almorranas anales; este tiempo trizado por la liviandad post-moderna, casquivano tiempo que vende su cuerpo en las esquinas del humo. En esta lapidaria sucesión de poemas, el delito mayor de España, considero, es el de golpear con su certero ponch de antiguo boxeador de la poesía, en el hígado flaco de sus lectores descreídos. Y créanme, hoy he salido noqueado.

martes, 15 de septiembre de 2009

Sobre un poema de José Emilio


Este es el poema de José Emilio Pacheco.


A continuación, esto es lo que pienso de esos versos:


No se ama todo en paquete, no se ama en bloque ni en estructuras monolíticas. A mí me fastidian las pecas de Monroe, pero me destroza la mirada el columpiar de las ancas de la morena de enfrente; me ensorbece la negrura de la noche sin estrellas, pero cayo cuando otros parlanchinan de la profundidad de una bahía que no sé conjugar sus olas morosas, porque soy de tierra adentro, de laja adentro para ser preciso en la geografía del corazón. Tres o cuatro ríos, o dos cenotes infranqueables, una ciudad de curb(v)atos imaginada, un edén subvertido por el desencuentro, dos o tres tardes con la belleza absorvente, ciertos pájaros rumiando vida en la ventana de la infancia, una población supersticiosa, un calor que derrite, dos silencios con la memoria olvidada del abuelo. Yo no amo a mi pueblo, pero daría la vida por esas frágiles cosas que he dicho. Como ves, mi patria no es objetiva: es una idea fija propensa a todos los radicalismos.

sábado, 12 de septiembre de 2009

El delito de ser indio



Por Miguel León-Portilla

A lo largo de los años y los siglos que siguieron a la conquista de México, el destino de los pueblos originarios fue siempre, y sigue siendo, en extremo adverso. De muchos de sus infortunios hablan los frailes cronistas desde el siglo XVI. Fray Bernardino de Sahagún escribió que "no quedó de ellos sombra de lo que fueron".

Y, si atendemos a los tiempos presentes, encontramos que las desgracias no han terminado. De los indios contemporáneos puede decirse que unos sobreviven en zonas de refugio con muy escasos recursos, como ocurre con muchos de los que habitan en gran parte del sur de México y varios lugares del altiplano central. De otros debe notarse que, sobre todo durante las últimas décadas, han emigrado, marchándose a las orillas de las grandes ciudades de México y también a algunas de Estados Unidos. Ahí perciben salarios muy bajos y se afanan en provecho ajeno, de diversas maneras, bien sea en el servicio doméstico o en otros trabajos nada apetecibles.

Pero, si es verdad que sigue siendo en extremo adversa la situación de los indígenas, se presentan casos en que parece que ser indio es un delito. A dos casos recientes quiero referirme, dados a conocer por La Jornada y otros periódicos el 15 de agosto de este año. Se presenta uno con el título de "La hija que Cirila perdió por no saber inglés"; el otro como "Doña Jacinta, presa de conciencia". El primero trata de la indígena chatina –grupo de aproximadamente 50 mil habitantes en el suroeste de Oaxaca– que cruzó sin documentos la frontera con el vecino país. Trabajaba en un restaurante chino de la ciudad de Biloxi, en el estado de Misisipi.

Acerca de ella se informa que su nombre completo es Cirila Baltasar Cruz y que tiene 34 años. Hallándose embarazada y a punto de dar a luz, acudió a un hospital acompañada por un miembro de su familia, quien, por saber inglés, podría fungir como intérprete. Recibida en el hospital, se rechazó la presencia del familiar y se le asignó una intérprete de español a inglés. Cirila, bien sea por tener un conocimiento limitado de la primera de estas lenguas, o porque la intérprete tampoco hablaba bien español, o por otra causa, no estableció adecuada comunicación con ella.

Poco después, a instancia de un funcionario del hospital, Cirila, que no tenía documentos migratorios, fue llevada a un tribunal. Ahí la intérprete declaró que la acusada le había dicho que quería entregar en adopción a su hija recién nacida y regresar a México. Por su parte, Cirila, como pudo, manifestó lo contrario, afirmando que nunca pensó en separarse de su hijita. No obstante, el fiscal del tribunal la acusó de grave negligencia que ponía en riesgo la vida de su hija.

La decisión del juez fue que Cirila, por ser inmigrante ilegal, no disponer de recursos económicos y no hablar inglés, debía perder la custodia de su hija, que fue concedida a una pareja estadunidense.

Puede decirse, a la luz de tales cargos, que su delito fue ser india.

El segundo caso ha ocurrido en México. Doña Jacinta es indígena otomí y en el estado de Querétaro ha sido acusada de intento de secuestro, nada menos que de un policía. Vendía ella refrescos en el mercado del pueblo de Mexquititlán, al que llegaron varios policías con el fin de investigar si ahí se vendía mercancía pirata. El pueblo reaccionó en contra y los rodeó.

Éstos, relativamente pronto, quedaron libres. Pocos días después se buscó a quienes los habían intentado "secuestrar". En una foto tomada por un policía el día del conflicto aparece doña Jacinta. Esa fue la prueba que se exhibió para detenerla. Llevada ante un juez, como en el caso de doña Cirila, fue interrogada. No pudo ella expresarse porque conoce muy poco el español.

El veredicto del juez fue que doña Jacinta, a la que no se concedió un intérprete, era culpable. Así, aunque inocente, fue condenada a 21 años de prisión. Su delito fue ser india que no pudo defenderse por carecer de recursos y no hablar bien español.

La nota periodística respecto del primer caso añade que la Secretaría de Relaciones Exteriores de México "anunció en un comunicado que Cirila ha sido víctima de discriminación y violación a los derechos humanos y que usará todos los recursos legales a su alcance". Informó, asimismo, que se investigan otros tres casos similares de niños mexicanos arrebatados a sus padres en circunstancias parecidas.

Respecto de la segunda acusada, Amnistía Internacional se propone defender a doña Jacinta. Casos son éstos de flagrante injusticia en contra de estas dos indígenas sin recursos y a las que se dio mal trato y han sido condenadas al no hablar inglés o español. ¿Es un delito ser indio?

lunes, 7 de septiembre de 2009

La imaginación y el poder



La imaginación nunca tomará el poder. Y es que cuando uno se vuelve poderoso, al mismo tiempo se vuelve gris, inimaginativo, y obtiene una careta de notario o de empresario preocupado únicamente por las variaciones macroeconómicas. La imaginación, por natural talante, repele toda entelequia que huele a mínima excrecencia de poder. La consigna –aberrante- de la imaginación tomando el poder es una consigna burguesa propia del desvarío de los seudorevolucionarios del Mayo francés. A la imaginación lo único que le interesa es el derrocamiento omnímodo de toda forma de poder. No me imagino a Borges siendo presidente de la Argentina. Esto lo entendió clarísimo el Che Guevara, el hombre que, de no haber existido Borges, hubiese sido el argentino más imaginativo del siglo XX latinoamericano. Guevara, por ser un artista consumado, su leitmotiv, el acicate que lo expelía a la lucha frontal contra la tiranía (llámese de Batista o el régimen militar de los gorilas de Bolivia), era la destrucción total del poder. Viendo de esta manera el proceder de este guerrillero, lógico es reconocer que no quería petrificarse en el poder, y por eso salió de Cuba, y por eso huyó de todo confort del poder; porque él, feroz anarquista, no podía, so pena de inmolarse, ser miembro de facto de un poder establecido.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Aforismos contra la Nada



A Célcar, ateo como yo que lucha por sus derechos de decir lo que piensa de ese monigote sin que un fanático le escupa a la cara la baba de su cielo.

Dios es el único problema que me urge resolver. Dios es una idea fija que por ningún motivo depongo. Sería absurdo no interesarse por esa entelequia de dictador unilateral.

Si existiera, Dios nos limitaría y nos determinaría, nos pondría un punto final con las categorías que a él –a la gran otredad solipsista y canalla, murmurante y fastidiosa- le convendría; nos estancaría y cosificaría. Por lo tanto, “Si Dios existiera, habría que suprimirlo” (Bakunin).

Querido Dios: protégenos de los que creen en ti.

¿Por los siglos de los siglos hasta que la pinche muerte los separe? ¡Qué absurda admonición de la hetaira de Babilonia!

Claro es que hay quienes
lucen cada vez más
un Dios venido a menos,
sordo,
mudo,
destartalado,
con accesos de asfixia
por ausencia de oxígeno,
de fe,
del templo construido en las entrañas.
Un Dios que el día menos pensado,
como un San Sebastián plagado
de puñaladas de duda,
puede finalmente perecer
entre estertores gregorianos…” Gonzáles Rojo.

No puedo seguir a los cristianos. Ellos van de rodillas, y yo voy a pie.

Una vez encontré a un cura masturbándose mientras leía la biblia.

Dios violó a María: Jesús fue producto de una violación.

Las prostitutas desempeñan la misma función que los curas, sólo que muchísimo mejor.

Jesús te ama
(y abajo, añadido con
plumón, pusieron:)
Lo siento, pero no
es mi tipo…

“No creo en un Dios que se queda sentado y callado ante todas las injusticias y crímenes que se cometen en su nombre...” Camus.

Me considero un clerófobo imbatible, inconvertible.

Una vez creí en Dios, pero me arrepentí.

“Dios: un todo arrancado a la nada por quien es poco más que nada”. Saramago.

Yo estoy consciente de que no soy cristiano, salvo que me bautizaron sin consultarme.

Dios, que castigas la fornicación, ¿por qué no haces la prueba? José Emilio Pacheco.

La biblia fue escrita por una pandilla de machos chauvinistas…Lisa Simpson.

martes, 1 de septiembre de 2009

1562/ Maní: Se equivoca el fuego


Por Eduardo Galeano (en Memoria de fuego I)

Fray Diego de Landa arroja a las llamas, uno tras otro, los libros de los mayas.
El inquisidor maldice a Satanás y el fuego crepita y devora. Alrededor del quemadero, los herejes aúllan cabeza abajo. Colgados de los pies, desollados a latigazos, los indios reciben baños de cera hirviente mientras crecen las llamaradas y crujen los libros, como quejándose.
Esta noche se convierten en cenizas ocho siglos de literatura maya. En estos largos pliegos de papel de corteza, hablaban los signos y las imágenes: contaban los trabajos y los días, los sueños y las guerras de un pueblo nacido antes que Cristo. Con pinceles de cerdas de jabalí, los sabedores de cosas habían pintado estos libros alumbrados, alumbradores, para que los nietos de los nietos no fueran ciegos y supieran verse y ver la historia de los suyos, para que conocieran el movimiento de las estrellas, la frecuencia de los eclipses y las profecías de los dioses, y para que pudieran llamar a las lluvias y a las buenas cosechas de maíz.
Al centro, el inquisidor quema los libros. En torno de la hoguera inmensa, castiga a los lectores. Mientras tanto, los autores, artistas-sacerdotes muertos hace años o hace siglos, beben chocolate a la fresca sombra del primer árbol del mundo. Ellos están en paz, porque han muerto sabiendo que la memoria no se incendia. ¿Acaso no se cantará y se danzará, por los tiempos de los tiempos, lo que ellos habían pintado?
Cuando le queman sus casitas de papel, la memoria encuentra refugio en las bocas que cantan las glorias de los hombres y los dioses, cantares que de gente en gente quedan, y en los cuerpos que danzan al son de los troncos huecos, los caparazones de tortuga y las flautas de caña.

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