lunes, 30 de marzo de 2009

miércoles, 25 de marzo de 2009

Diario de un Quijote apócrifo, segundo texto: Del sentimiento nacionalista

Es verdad: El nacionalismo no se quita ni con todas las tierras que le eches en su tumba. Es un vampiro que se alimenta de recuerdos, de imposibles lejanías, de tardes siniestras donde no es factible aprehender el ruido o el murmullo de una plaza de armas con esas personas reconocibles solamente para ti y unos cuantos nombres escritos en tu bitácora de viaje. En un mundo donde se tiende a globalizar todas las cuestiones (no sólo las enseñanzas y aberraciones de Occidente), los descerebrados de las grandes metrópolis autistas posicionan al nacionalismo como un contrasentido, un provincianismo de tarados, o como una reivindicación irrazonable de “lo nuestro” frente a “lo no nuestro”. Un mercado único que no logra subsanar esa desconfianza de los pueblos frente a él, implica una sola cosa: de que ese mercado huele a carroña. La integración de los pueblos, el desprovincianismo de aquellos, sería la monotonía aberrante, la luz monocolor con el que ven al mundo los muertos. Para monocolores, me quedo solamente con el monocolor utópico de la sociedad sin clases del marxismo de mis mayores.

martes, 24 de marzo de 2009

Diario de un Quijote apócrifo

He rescatado del olvido voluntario el Diario de un Quijote apócrifo”, especie de libreta de apuntes del ya lejano año 2003; año en el que, con dos décadas a cuestas, ya tenía bien definido –por no decir teorizado- lo que quería ser en este lapso de vida que me tocó morir: un escritor de tiempo completo, un investigador borgeano de la realidad y los meandros de la imaginación, un discernidor del “arte por el arte” wildeiano, arrebatado por el pensamiento puro e indiferente a las rispideces y desigualdades sociales.
Pero llegó, tenía que llegar, el telúrico año de 2005 cuando la intentona de desafuero a Obrador y las mefíticas elecciones del año siguiente –vorágine de “resentimiento social” con incendiantes discursos lapidarios contra las caníbales oligarquías comercializando su bastardo producto derechista a base de platillos televisivos que nos obligaban a tragar sin un puto bebestible. Y del cuasi nihilista lector hedónico y sibarita que era, ya no queda ni las cenizas cuando encontré, posterior al 2 de julio de 2006 -¡oh Marx!, ¡oh Lenin!- mi camino a Damasco de la conversión social que me ha llevado por todas las sendas del engagé y por todos los andurriales de la defensa indígena –raíz nuestra- y la causa del sur pobre que también existe; a entrarle al panfleto cáustico para la defensa de una dama, a enamorarme de díscolas antropólogas fumadoras de mariguana, leer con impúdica lujuria intelectual la literatura roja, verde, amarilla, negra, de todos los colores del espectro humano con la condición de que sean “anti sistemas”.
Hoy -más revolucionario que el Siete Leguas-, me paso los días planeando un método de salto cualitativo que, de aquí a 2010, devaste hasta las heces la estructura opresora de la oligarquía mexicana; un método que haga reventar el perro sistema al momento en que el mandril que esté en la silla –sea ésta municipal, estatal o federal-, haga llorar las campanas de Dolores cuando el segundo centenario de la Revolución de Independencia. Esa va a ser la señal. ¿Por quién doblan las campanas, Hemingway? Doblarán por aquellos a los cuales les habrá llegado su horita fatal.
Pero me he salido un poco del tema. Empecé diciéndoles que había rescatado del olvido voluntario una libreta de apuntes del 2003 ampliamente cínica, corrosiva, anárquica, cuyo autor –ese que era yo- veneraba más el inmenso mostacho de Nietzsche que la profética barba de San Marx.
Como tengo casi nada de lectores en este blog que se den su tiempito para leer los post que van saliendo de los dos únicos dedos que me son útiles para escribir en teclado, no me remuerde mi conciencia revolucionaria si les comparto unas aserciones y frasecitas de mi pasado nihilista…Ahí va, para mis detractores de la derecha, el primer escrito antirrevolucionario:
Sobre la Utopía
Me cuestiono, ¿qué es la utopía? Los discursos mayestáticos proponen utopías: La utopía libresca del discurso borgeano, cuando el argentino discurre su particular idea del paraíso como una inmensa biblioteca universal, intemporal, que contiene, en sus innumerables estantes, tanto el presente como el pasado y el futuro de todas las posibles escrituras del hombre. Y más: lo no escrito, que me parece lo mejor por escribir si mal no me acuerdo.
Todo hombre, al nacer, es un proyecto de utopía. Proyecto o no, todo hombre lleva en sus alforjas mentales su utopía propia, el bosquejo de ella. Entre los liberales –al cual me une estrechísimos amores constitucionales-, se encuentra la utopía de Popper, quien sustenta la utopía sociológica de la Sociedad Abierta. Pródigo, teoriza sobre ella, validándola, implícitamente, como la utopía por antonomasia, de universal talante. También los pitagóricos contaban con el reino del número como panacea de todos los males. Los sofistas, querámoslo o no los inflexibles platónicos, hubieron de sustentar, en sus incursiones nómadas por las calles de las polis griegas, sus contradictorias y lábiles utopías. Podría decirse que la historia del pensamiento se puede resumir en unas cuantas utopías.
La lectura

La lectura –hecha como visión amena, lúdica, jocosa vivencia, con resultados orgásmicos por encima de cualquier porno mecánica- es impúdica. ¡En guardia con los lectores de tiempo completo! Porque ellos vuélvense, a la corta o a la larga –y conste que hablo por mí, muy mucho de mí, ombligo o esfínter del mundo- descontentos con la realidad, imaginativos, descastados, caprichosos, palabra en una: intaxonomizables, radicales hasta la amargura, cruelmente insatisfechos.

sábado, 21 de marzo de 2009

Gabriel Ramírez










En el Correo fantasma del cuentista José de la Colina, leí el siguiente post sobre Gabriel Ramírez:
"Llega, me imagino que llega, un momento en que el pintor, después de haberse dedicado a poner sobre el lienzo o la tabla o el muro cualquier imagen o escena o momento del mundo visible, decide darnos a ver alguna variante de su modelo interior (André Breton dixit), algo de ese magma de colores y formas que laten con la esperanza de dejar el espacio abstracto de la mente para pasar a la concreción pictórica, y entonces el pintor, en este caso Gabriel Ramírez, empieza a pintar algo que no es identificable como copia de algún ser o alguna cosa que forme parte de la abigarrada belleza ya presente en el mundo, sino como eso que desde su interior estaba intentando ser nada más ni nada menos que pintura y ofrecer otra clase de belleza. “La pintura es cosa mental”, dijo Da Vinci mientras quizá estaba algo aburrido de retratar el rostro más sonriente que hermoso de la Gioconda (que, la pérfida, tal vez sonreía burlándose de él), pero me parece que el león Leonardo debió añadir: La pintura no es cosa abstracta, es cosa siempre muy concreta, pues es visible y tangible, se hace con materiales como la tela, el óleo, el pincel, la espátula y la acción fisica del pintor. (Y hasta Jackson Pollock lo habría aplaudido.)
Así que ahora Gabriel Ramírez, ¿temporalmente?, se ha puesto a hacer nada más pero nada menos que pintura, que su música interior de formas y colores que quiere darnos a ver, y la suya es la manifestación de alegría tan recónditamente íntima como gustosamente obscena del artista que, allá en su Mérida de blancos y azules (y de los sabrosos papadzules) pinta desde la hamaca en que se balancea, y en el momento en que su mano con pincel se acerca al cuadro pone una pincelada y otra y otra, y así sigue infinitamente pinceleando, tan sólo por el puro placer de pintar".

Un lector del blog de de la Colina, se refería de esta forma a la pintura del yucateco:

"Ramírez vive en Mérida, y ahí, en la capirucha cha, se olvidaron de él.Contemporáneo de García Ponce, Felguérez y Rojo, sólo unos cuantos hablan de su pintura. Todos los cielos y mares yucatecos, además de las angustias, viven en cuadros".
La verdad, es que tiene toda la razón el que hiciera el comentario: todos los cielos y mares yucatecos, que hay muchos si se cuentan con el péndulo del corazón, además de las angustias, los rencores y rincones, el tendejón de la esquina, los viejos y los derruidos galpones de putas de los pueblos murmurantes de Yucatán, podrían encontrarse, tal vez, en los cuadros de sus artistas. De Gabriel Ramírez sobre todo, la arena y las jarcias de las barcazas de pescadores evolucionan con el aire de sus manos manchadas de arcilla.
Nota.- Nombres de los cuadros aparecidos después de la foto de Gabriel Ramírez en su estudio: 1) La ruta de las lagartijas. 2) El pajarito de Tito. 3) Desnudo 13.

viernes, 20 de marzo de 2009

Don López

"Católicos de Pedro el Ermitaño y jacobinos de la época terciaria que se odian los unos a los otros con buena fe..." así definió Don López Velarde, el primer poeta moderno mexicano según Paz, el maniqueismo excluyente que subsistía -y subsiste en sus descendientes- entre la clerigalla, o clericanalla (mochos para que me entiendan, meapilas, chupacirios, comeostias), y los comecuras anticlericales con el sulfuro de la intolerancia entre las manos predispuesto contra los intolerantes.
México dividido, país que le duele a pocos y que le vale madres a tantos...México troceado por abismales diferencias socioeconómicas, culturales, etnicas que subsisten como enemigos jurados en su seno. El México pobre del sur indígena y el México rico del norte blanco, ¿cuando se entenderán?

viernes, 13 de marzo de 2009

Florence y Jacinta


De la remota playa

Te mira con tristeza

La estúpida nobleza

Del mocho y del traidor.

En lo hondo de su pecho

Ya sienten su derrota.

Adiós, Mamá Carlota
Adios, mi tierno amor...

Y en tanto los chinacos

Que ya cantan victoria,

Guardando tu memoria

Sin miedo ni rencor,

Dicen mientras el viento

Tu embarcación azota;

Adios, mi tierno amor.




He seguido periodísticamente el caso de Jacinta, indígena de la etnia invisible de los hña-hñu o, en el rescoldo semántico colonial, otomí. Jacinta, kafkianamente, fue sentenciada a 21 años de cárcel en diciembre pasado, y al pago de una multa por más de 90 mil pesos, supuestamente por haber secuestrado a seis agentes de la AFI el 26 de marzo de 2006 en los callejones del tianguis de Santiago Mexquititlan, Queretaro, gobernado por el PAN.

Me he adentrado, también, en el otro peliagudo asunto jurídico, el de la rubicunda francesa Florence Cassez, miembro de una banda de secuestradores cuyo radio de acción se localizaba en Ciudad de México y Edomex, y a la cual el vedette de la política gala con ínfulas de "Luis Catorce" o "Maximiliano", el hombrecito Sarkozy, junto con su prostibularia esposa, la caca-fónica cantante Carla Bruni (o Mamá Carlota, según la clásica canción de don Vicente Riva Palacio compuesta para despedir para siempre, desde el puerto de Veracruz, a la ya locatis emperatriz Carlota), se obstinan y pujan por su liberación irrestricta, y se saltan trancas protocolarias y tal parece que le exigen al Miramón Fecal apresurar, para ese abyecto fin, el torcimiento de la torcida ley mexicana por parte de sus esbirros abogados, procuradores con cencerro, jueces de librea, secretarios actuarios vesánicos, ministerios públicos como mujeres públicas y cuantimás palafernaria imbécil que va por el mundo con toga y constitución bolseando a la vida.

Recordemos que Florence Cassez fue condenada -cosa juzgada, instancias agotadas, sentencia firme y resolutoria- a 60 años de cárcel por secuestro. El caso, para ser radicales en nuestras apreciaciones, es que esta "zuava" es una mierda blanca que se vino a embarraganar con un violador, asesino y secuestrador, y fue partícipe, miembra activa de varios hechos punibles que se le han comprobado. No hay duda de que los sesenta años tras la sombra son más que reslpaldados por su negro historiar.

Lo malo es que, con la llegada de Mamá Carlotay su Max Sarkozy a tierras de Anahuac, esta pareja imperial, que, al igual que Fecal Miramón, al no saber ni brizna de historia, creen que los mexicanos no tenemos memoria y como buenos barbados eurocéntricos, están convencidos de que la culpa de todo los males para Florence es únicamente la prefabricación de delitos fraguados por los corruptos mexicanos.
Max sarkosy, Mamá Carlota y Fecal Miramón, sin sombra de duda, estoy seguro de que no asistieron a clases de historia, o se saltaron los capítulos del libro de Clío cuando se hablaba de la Intervención Francesa a México, y así no pudieron leer el parte de guerra de don Ignacio Zaragoza ("Puebla, Mayo 5 de 1862.- Puebla a las cinco y cuarenta y nueve minutos de la tarde -General Ministro de la Guerra - LAS ARMAS MEXICANAS SE HAN CUBIERTO DE GLORIA), ni enterarse del adagio unitario de Negrete ("YO TENGO PATRIA ANTES QUE PARTIDO"), ni que este valiente general fue, junto con sus huestes de indios ZACAPOAXTLAS, columna vertebral para romper la ofensiva de los zuavos del general Lorence.
Traer a colación la historia mexicana referente a Francia, no es con el fin de hacer el reclamo extemporáneo contra la prepotencia eurocéntrica y sí para clarificar ciertos tópicos actuales:


1).- En primera, mal que nos pese, no tenemos a un Juárez en la Silla sino a un "Miguel Miramón" (personaje que se dio la impertinencia de malbaratar la soberanía mexicana a mediados del XIX a don Maximiliano) a todas luces destripador de nuestra parca soberanía nacional. De "Usurpador Huerta", Fecal ha involucionado a padrote de extranjeritos.


2).-En segunda, que el reconocimiento y valía que en su momento los liberales otorgaron a la enjundia amorosa de los indios ZACAPOAXTLAS por una patria mexicana con la cual no se identificaban salvo por el desprecio que los ladinos han tenido hacia ellos, patria mexicana que defendieron con sus vidas de las manos del "Extraño enemigo", que en esos momentos era el francés, primer ejército del mundo que fue derrotado por machetez, hocez, lanzas, hondas y cuerpos de las guerrillas ZACAPOAXTLAS, hoy se contrasta hondamente con el caso de JACINTA Y FLORENCE CASSEZ. Incluso en la prensa del corazón mexicana -corillo de la prensa gala y de toda la prensa extranjera-, vocez de pajarraco homosexuales y putas bien maquilladas han trabado amistad con el sufrimiento de la francesa. Del sufrimiento de Jacinta, nadie, salvo nosotros sus hermanos. Lo mismo podemos decir de la septuagenaria Susana Xocua Tezoco, nahua de Zongolica muerta por violación tumulturia por un Ejército asesino en nada parecido a las guerrillas comandadas por don Ignacio Zaragoza.

3).- Por último, de la cita de Negrete que se encuentra líneas arriba mejor ni hablemos, pues antes uno tiene a la mierda del PRI que a su patria; antes uno consigue la sotana del PAN que a la imagen de su patria; antes un es chuchista o en su defecto pejista, que mexicano.


Estos dos formas de proceder, creo yo, sintetizan a la perfección ese doble marchamo de esta "pendejada colectiva" que es México con sus ominosos miembros de la clase política, sus ministros "pozoleros" de la Suprema Corte, sus escribanillos a sueldo para justificar lo injustificable; esta "pendejada colectiva" que sólo sirve para producir, en su élite, a Miramones racistas, como racista es nuestra condición de Malinche.


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