miércoles, 30 de enero de 2013

MAL SUEÑO

No soporto recordar bien a bien la pesadilla que hizo que dejara de dormir a la 1 y media de la mañana y me pusiera, triste, a escuchar los quejidos de la ciudad dormida. Lo cierto es que ella -y la pesadilla, literal, siempre es femenina- me levantó con sus garras de humo, removió con su mefítica intrusión mi sueño mor, bañó con su helado vaho de fantasma mi cuerpo de muerto durmiente, y me hizo que me vaya tambaleando al baño para mirarme al espejo y descubrir que ahí estaba todavía, reflejado el rostro del que antes dormía...Para alejar malos recuerdos, o malas memorias del mal tiempo del mal sueño del mal ronco, me tomé un vaso de agua (o un vaso con agua, porque no sé como chingados se diga), recé un "Pater Noster, qui es in caelis, sanctificétur nomen Tuum", etc., y acerqué la biblia y traté de seguir con el salmo 125, pero Dios o su leviatán forzó a mi mano a escribir estas palabras de exorcismo: Sólo te pido una cosa, mal sueño, déjame dormir otro ratito, y ya tú si quieres concederme vivir entero hasta los noventa...

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