domingo, 25 de agosto de 2013

SOLDADOS DE LA VIRGEN


En las entrevistas que he realizado a lo largo de este año, me he topado con sorpresas, como estos dos relatos que inserto, donde se señala cómo una "patrona" dejó su nicho en los momentos en que los rebeldes de Chan Santa Cruz querían tomar a su pueblo, y cómo los defensores de este pueblo se habían convertido, por unos momentos, exactamente en eso que Kevin Gosner tituló a su célebre libro. Se habían convertido en soldados de la virgen enfrentados con los soldados de la Cruz Parlante. Sin duda, tal vez los dos relatos sobre la virgen saliendo de su nicho, repartiendo parque y alentando a la población para la defensa de Peto, podríamos verlo como, más que un mito o "invento de curas", como una forma de ideología yucateca alentando generalmente a las clases populares de Peto para la no emigración y abandono de la población. 

En más de una ocasión que se supo de la enésima invasión de Santa Cruz u otro grupo rebelde de las selvas orientales (para 1874 se habló de una supuesta “horda” de combatientes arranchados por los rumbos del pueblo desolado de Tituc haciendo la guerra a pueblos de la frontera de forma independiente a Santa Cruz), la poca gente de la región –población maya en su mayoría- optaba o amenazaba con el despoblamiento de la región hacia zonas más propicias y seguras. Puedo concebir que estos relatos de la virgen sean formas de resistencia con que las élites pueblerinas apelaron al sentimiento religioso de la mayoría de la población indígena de la región.

Primer relato, narrado por don Raúl Cob
Entonces, que tres veces vinieron, tres veces quisieron entrar aquí los indios en ese tiempo, me dice mi papá; porque este camino de la escuela alta y el camino que va por “la placita”, por el hospital, es el único camino que había, es el único camino de entrada a Peto para ese tiempo, es el camino real. Entonces, por ahí venía el enemigo, desde lejos se ve que están viniendo. Es el único camino que entraba a Peto, dice mi papá. Las casas, solamente las que estaban así sobre una esquina de la plaza principal, no había más casas en esa época. Entonces, un día, cuando los indios entraron, entonces fue cuando actuó también ella…Entonces, que vieron, que están viendo que entre la guerra, entre el humo que está haciendo la guerra, había una señora que pasaba con su manto lleno de puros tiros, de puros cartuchos, repartiendo a la gente, a su gente aquí de Peto, que no se le gasta (termina) el parque; dando, repartiendo parque esa señora, ahí entre la guerra andaba repartiendo cartuchos para las carabinas. Eso se dio, y es cuando entonces los indios dijeron que no, que no podían ganar Peto. Que vieron eso los indios y gritaron que aquí no podían porque en Peto no se gasta el parque, ellos se rindieron porque los tiros de ellos se gastaban, pero de los de Peto no se gasta porque está repartiendo cartuchos la señora. Una señora alta, que era la virgen de la Estrella. Por eso Peto, desde mucho tiempo no se ganó. Todos los pueblitos de Chacsinkín, de Tahdziu, todo se quemó, están quemadas las iglesias de esos pueblitos. Porque ellos [los rebeldes], desde que entran, queman la iglesia. Es lo único que hacen, queman la iglesia. Y todos los santos los destruyen, pero acá no pudieron por la virgen. Ellos se dieron cuenta cuando vinieron, que no pueden porque nunca se va a gastar el parque de Peto, porque la virgen lo está repartiendo. Solamente Peto no fue ganado por los indios.
Segundo relato, narrado por Argelia Interián
Dicen que era la virgen que andaba defendiendo el pueblo cuando la guerra. Mi abuelo lo conversaba. Lo de la virgen fue cuando vinieron los uiniques de por ahí de Quintana Roo. Todos los pueblitos de Quintana Roo que se juntaron y querían entrar a agarrar a Peto, a quemarlo como hicieron en todos los lugares, pero acá no pudieron hacerlo. Y los niños, hombres, mujeres y viejos veían que una señora alta, bonita, con su vestido blanco, aunque estaban disparando, aunque estaban corriendo las balas de los uiniques, ella estaba andando repartiendo parque en el centro del pueblo donde se habían atrincherado los defensores del pueblo. ¿Pues quién humano anda así en medio de tanta pólvora? Entonces, cuando ya terminó la guerra de castas, que hasta los santos estaban guardados y toda la cosa, pero ella, la virgen, como está cerrada su iglesia no tuvo la ventura que no abrieran su iglesia para quemarla como hacían en otros pueblos los rebeldes. Y cuando abrieron la iglesia y fueron a ver en donde está la virgen, vieron que estaba lleno de humo el nicho, está lleno de humo, y toda la ropa de la virgen, y su falda, estaba todo disparado, con huecos estaba el manto. Entonces, se supo que era ella la que andaba repartiendo parque en medio del ataque. Y los indios, cuando supieron esto, dijeron: “No pudimos agarrar Peto porque hasta la patrona de ese lugar no le tiene miedo al mismo diablo”.

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