viernes, 26 de julio de 2013

SAN BERNARDINO: UN SANTO PATRONO PODEROSO DEL PUEBLO DE TAHDZIU

La villa de Peto, propiamente hablando, tiene 2 fiestas anuales. Una es para mayo, en honor a las Tres Cruces de Dzonotchel; y la otra, la más importante, comienza para finales de diciembre y termina en los primeros días de enero, y es en honor a la Virgen de la Estrella. En la época del chicle, las fiestas de mayo de las Tres Cruces de Dzonotchel marcaban el inicio para la entrada a las monterías de los chicleros, y la fiesta de diciembre entroncaba con la vuelta de los chicleros de la selva: la trashumancia anual de los chicleros empezaba enfiestada, y terminaba nuevamente enfiestada de guaro, hembra y pelea.
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Años atrás, en los últimos días de la fiesta anual a la virgen de la Estrella, el último gremio que hacía la procesión por las calles del pueblo, era el que conformaban los chicleros. Esos tiempos se han perdido. Lo que no se ha perdido, entre la población de la villa, es la poca importancia que se le da a la fiesta de las Tres Cruces de mayo: no es la fiesta que congrega a la población. Por el contrario, desde que tengo uso de razón, la fiesta más importante, para los petuleños, aparte de la fiesta de fines de año, es la fiesta en honor a San Bernardino de Siena, en el pueblo cercano de Tahdziu. Por azares de jurisdicciones políticas arbitrarias, para el siglo XX Tahdziu se sustrajo jurisdiccionalmente de Peto, para convertirse en un municipio “independiente”; aunque sin embargo, la relación cultural, económica, política y social que la villa de Peto ostenta con este pueblo, así como con Chacsinkín y Tzucacab, me han hecho ver a esta parte sureña de Yucatán como una región propia, fronteriza. Estos cuatro pueblos –Peto, Tzucacab, Tahdziu y Chacsinkín- formaron durante la segunda mitad del siglo XIX, parte del partido fronterizo de Peto, y actualmente, la antigua relación cultural, económica y política, sigue presente en más de un sentido: Peto vendría siendo, en esta visión histórica de larga duración, como un pueblo central rodeado de pueblos dependientes como Tzucacab, Tahdziu y Chacsinkín; e incluso esta influencia de la villa es posible de observar en pueblos repoblados en el siglo XX en el territorio de Quintana Roo con familias campesinas de la región, en una línea que se extiende de Peto hasta José María Morelos.
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Pues bien, una de esas influencias fundamentales, para la vida cotidiana de los pueblerinos –para la sociedad maya de la región, sin descartar a las familias mestizas-, es la influencia de los patronos de los pueblos. San Bernardino, el patrono de los tahdziuleños, sin duda extiende su fuerza también entre los pueblerinos de Peto, y esta influencia –que es más que religiosa-, en varios casos, traspasa las fronteras de esta región sureña, llegando hasta pueblos lejanos, como es el pueblo de Tecoh, cuya nota del viaje de la mitad de esta villa hasta Tahdziu, para mayo de 1940, inserto ahora.
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Diario de Yucatán, domingo 19 de mayo de 1940. Tecoh, 18 de mayo.
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PARA TAHDZIU.- Desde anteayer comenzaron a salir para la lejana población de Tahdziu, del municipio de Peto, numerosos devotos de San Bernardino, patrono de ese lugar. Los ferrocarriles han estado proporcionando los coches necesarios para los viajeros, y se ha ordenado la expedición de pasajes de viaje redondo.
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Si en anteriores años la afluencia de viajeros ha sido de importancia, la de ahora puede decirse que ha superado, pues según cálculo, viajaron más del 50% de las familias de esta villa. El retorno será el martes y el miércoles de la semana entrante.

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