lunes, 24 de agosto de 2009

¿Misógino o despechado?


Por un feministo indignado

Ni lo uno ni lo otro. Misántropo, tal vez, pues con más de 6000 millones de bípedos paridores, el puñetero mundo no da para más, se cae a pedazos, pudriéndose a cada instante con dolencias animales en cada uno de sus cuatro costados terrenales. El título de este post se debe a que, del otro lado de mi pantalla, un comentarito pequeñito a un post anterior, salido de un “ordenador” de tierras gachupinas y cuyo anónimo autor (¿o autora anónima?) demuestra a escala apabullante su estólido desconocimiento de la poesía del “Tigre” Eduardo Lizalde (nadie lo, o la, obliga), eminente poeta mexicano que en días recientes festejaba ochenta años de vida.
El fragmento del poema precitado, como comprobará cualquier lector en ciernes, es de Lizalde (daría la vida por escribir dos “misóginos” versos de ese calado), y qué mejor homenaje puede uno hacerle, en la humildad que le debe a sus maestros tutelares, que compartirlo con los demás, incluido a fierecill@s feminist@s que no quieren “nada con el falo” (el entrecomillado es de otro poeta al que yo estimo en demasía, Nicanor Parra, chileno), como la (o el) dueñ@ de este blog (pinche aquí).
Fíjese, estimado lector, cara lectora, el prejuicio eurocéntrico que se carga la autora o el autor (o los mexicanos somos todos abúlicos comedores de elotes con el ADN de los tlaxcaltecas, o nos tachan de testosteronas ambulantes con bigote y cananas reptando hasta la indecencia uxoricida), en el siguiente texto que resalto:

“En el blog del mexicano Gilberto Avilez Tax, escritor de Chetumal, he encontrado esta perla (junto a otras muchas) en la que el joven homenajea al "tigre" de la foto en su 80 cumpleaños, y que me ha llamado la atención por lo bien que define en tan poco espacio un aspecto bien patente de la masculinidad por aquellas tierras”.

Y acto seguido, el texto de Lizalde: “Es prostituta vil,/ artera zorra, y ya tenía podrida el alma/ a los cuatro años. Pero su peor defecto es otro/: soy para ella el último/ de los hombres/.

Y al final, el autor o autora dicta cátedra freudiana sobre un supuesto orgullo numantino mío:

“En cuanto al titular de este post: ¿Misógino o despechado?... yo diría que orgulloso. Por otra parte cualidad muy masculina cuando hay de por medio amores no correspondidos”.

Sólo me resta escribir, teclado en ristre para salir en mi defensa y en la defensa de todas las que he amado hasta la perruna e infamante abyección, mi declaración de fe en forma de versos por la que “no me ha correspondido” (me reservo el nombre porque es tabú):

“Que otros se jacten de las mujeres que han tenido,
a mi me enorgullece la que no me ha correspondido”

Y estos últimos versos, no necesito decir que sí han sido alumbrados por mi zurda.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Admirado Gilberto: o no me he expresado bien, o por estas “tierras gachupinas” acostumbramos a decir las cosas de otra forma, que las entendederas demasiado “delicadas” con ciertos asuntos del nefasto pasado histórico de nuestros antepasados por esas hermosas tierras – como se desprede de otros posts de ese mismos blog - tergiversan a su antojo. De no haber admirado tus escritos, o estar molesto con ellos, nunca hubiera osado visitar tu blog ni siquiera se me hubiera ocurrido comentar absolutamente nada respecto al fragmento poético del insigne Lizalde dedicado a la “perra”, como otros cuantos más:
Hay un tigre en la casa
que desgarra por dentro al que lo mira.
Y sólo tiene zarpas para el que lo espía,
y sólo puede herir por dentro,
y es enorme:
más largo y más pesado
que otros gatos gordos
y carniceros pestíferos
de su especie,
y pierde la cabeza con facilidad,
huele la sangre aun a través del vidrio,
percibe el miedo desde la cocina
y a pesar de las puertas más robustas....

Y si uno de esos ángeles
me estrechara de pronto sobre su corazón,
yo sucumbiría ahogado por su existencia
más poderosa.
Rilke, de nuevo
Óigame usted, bellísima,
no soporto su amor.

Muerde la perra
cuando estoy dormido;
rasca, rompe, excava
haciendo de su hocico una lanza,
para destruirme.
Pero hallará otra perra dentro
que gime y cava hace veinte años.
Como podrás comprobar, mi “estólido” desconocimiento de la poesía de Lizalde no es tal, y si no lo he nombrado ha sido porque me parece que el apodo “el tigre”- sin más - era suficiente para quienes saben de su obra.
¡Ah!... perdona el tuteo pero cuando tu naciste uno ya andaba por esos mundos de hacía tiempo. Bien, a lo que íbamos. En cuanto a lo de que no quiero nada con el falo(del ínclito Parra), ahí si te doy la razón, pués teniendo el mío bien dispuesto no necesito de ningún otro. Así que queda aclarado(supongo) lo del sexo.
Oye, mira, de feminismo lo justo, que no de hembrismo, que esa es otra historia de la que ya he escrito bastantes artículos como para dejar clara mi postura al respecto.En cuanto al prejuicio eurocéntrico, las cifras de las estadísticas que sitúan a México como uno de los países con mayor tasa de violencia de género en toda América no me las he inventado, y por ahí iban los tiros de mi afirmación. Bien sé que no se puede juzgar a la totalidad de la población por el mismo rasero(cosa que no he hecho), que las horosas excepciones hablan por si mismas, pero tambien es verdad que la fama de un pueblo se la forja el mismo con sus acciones; no es fruto de la casualidad.
Te confieso que cuando entré en la página y leí el fragmento poético, la primera reacción fue sonreir y pensar recordando: “Mira que bien define Lizalde la idiosincrasia masculina”... Esto lo tengo que hacer visible para que algunos que todavía no lo conozcan tambien sonrían. Pero, por lo visto, mis intenciones han sido mal interpretadas. Que le vamos a hacer...
En cuanto a lo de cátedra freudiana, en todo caso sería Ouspenskiana o Gurjieffiana, que ya el pobre Sigmund está mas obsoleto que los mecheros de pedernal. Y el orgullo a que se refiere el escrito no se refiere a ti, admirado Gilberto, sino al protagonista de los versos, ese hombre que podría soportar cualquier cosa excepto ser para ella el último de los hombres, ¿que otra cosa es eso mas que orgullo masculino?.
Respecto al pareado del final estoy completamente de acuerdo contigo.
Si por un casual te ha sentado mal mi post, que no pretendía otra cosa que dar a conocer un poema y, de paso, tu blog, me lo comunicas y estaré encantado de retirarlo.
Un saludo
Wizfun.

Anónimo dijo...

Que no daría por ser esa “zurda” pero lastimosamente me doy cuenta que, aunque de vez en cuando te acuerdes de mí… esa zurdita ya ocupa tu corazón.

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