Este “Forito Social Mundial” (las comillas son necesarias porque ni es Foro, pero sí una pasarela de imbéciles de buena voluntad nacidos a los dos lados del charco atlántico; ni hay propuestas sociales, pero si, sí que sí, las cascadas apologéticas de la chaladez voluntarista son infaltables) en donde se cacarea hasta el desgañitamiento afónico consignas esperpénticas a modo de paladas sepultureras contra el sistema capitalista, el demonio neoliberal y los malos de arriba causantes de la crisis financiera para los de abajo, y se prenden inciensos advocatorios para el advenimiento del Socialismo del Siglo XXI (¿cómo se come ese chorizo?, ¿el descongelamiento progresivo de Siberia por el calentamiento global, le ha dado hálitos de vida a la pesadilla totalitaria trasplantada en "Nuestras sufridas Américas"?, ¿habrá Gulags tropicales en él?), no es más que una idónea vitrina para que el verborraico teniente coronel Hugo Chávez, su marioneta boliviana, el indígena lector de Mao Evo Morales, el aburguesado ex líder sindical Lula da Silva, el obispo huarachudo Fernando Lugo, y el ex tecnócrata Rafael Correa (que no obstante contar con un PhD en economía de la Universidad de Illinois, Estados Unidos, está abocado a hacer polvo la economía de ese país a base de recetas financieras salidas de la cabecita de un mandril oriundo de Barinas Venezuela), afinen y apunten sus hueras y estridentes retóricas contra el infaltable Chivo Expiatorio causante de todos nuestros males sociales, de todas nuestras sufridas desgracias latinoamericanas: Los Estados Unidos –que ellos apelan como “El Imperio”- y sus brazos financieros como el Banco Mundial, el FMI, la OMC y otras estribaciones financieras conocidas como las “trasnacionales” que envenenan el ambiente, que envenenan el mundo con sus gases y toxinas de muerte; y que polucionan, quiebran, pudren y devastan las flacas economías nacionales.
Estos cinco exóticos personajes de la izquierda carnívora (no obviemos a la guapa presidenta argentina y a su “montonero” peronista marido), dos de ellos –Chávez y Evo- con pretensiones dictatoriales democráticas a base de enmiendas constitucionales, aún no comprenden que no con buenas intenciones se da de comer al hambriento, de vestir al harapiento, sino con una reestructuración a fondo de la economía nacional que traspase la absurda semántica de sus calenturientos discursos; y con una férrea regularización fiscal y jurídica de los países, no cerrada al libre mercado y cimentada por la incesante lucha democrática.
Chávez ha dicho que fue el primero en mentar, posterior de la caída del muro de las ideologías asesinas, en el Forito del año 2003 de Porto Alegre, al nuevo “Socialismo” del Siglo XXI que, bien mirado, no es otra cosa que un proyecto –posiblemente convertido en más que proyecto en los próximos días- de dictadura vitalicia para Venezuela vestida con los ropajes socialistas. Como dice la nota de abajo de La Jornada que comento, este fofo Forito, mal que nos pese a nosotros los anarquistas borgeanos, ha perdido su esencia desde que involucionara, de vitrina antisistémica de los Movimientos Sociales en una primera instancia –el caso paradigmático de esta fase: el Movimiento Indígena-, a gangosa pasarela chocarrera en la que, con olímpica impudicia, los botafumeiros turistas revolucionarios de los dos lados del charco atlántico, no se cansan de rendirle orgásmica pleitesía a los cinco idiotas de buena voluntad entronados por la barbarie populista.
Estos cinco exóticos personajes de la izquierda carnívora (no obviemos a la guapa presidenta argentina y a su “montonero” peronista marido), dos de ellos –Chávez y Evo- con pretensiones dictatoriales democráticas a base de enmiendas constitucionales, aún no comprenden que no con buenas intenciones se da de comer al hambriento, de vestir al harapiento, sino con una reestructuración a fondo de la economía nacional que traspase la absurda semántica de sus calenturientos discursos; y con una férrea regularización fiscal y jurídica de los países, no cerrada al libre mercado y cimentada por la incesante lucha democrática.
Chávez ha dicho que fue el primero en mentar, posterior de la caída del muro de las ideologías asesinas, en el Forito del año 2003 de Porto Alegre, al nuevo “Socialismo” del Siglo XXI que, bien mirado, no es otra cosa que un proyecto –posiblemente convertido en más que proyecto en los próximos días- de dictadura vitalicia para Venezuela vestida con los ropajes socialistas. Como dice la nota de abajo de La Jornada que comento, este fofo Forito, mal que nos pese a nosotros los anarquistas borgeanos, ha perdido su esencia desde que involucionara, de vitrina antisistémica de los Movimientos Sociales en una primera instancia –el caso paradigmático de esta fase: el Movimiento Indígena-, a gangosa pasarela chocarrera en la que, con olímpica impudicia, los botafumeiros turistas revolucionarios de los dos lados del charco atlántico, no se cansan de rendirle orgásmica pleitesía a los cinco idiotas de buena voluntad entronados por la barbarie populista.
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