domingo, 11 de octubre de 2009

El mundo no sabe dónde está su casa




Por Eduardo Galeano

Los terroristas han matado a trabajadores de cincuenta países en nombre del Bien contra el Mal. ¿Qué sería del Bien sin el Mal? No sólo los fanáticos religiosos necesitan enemigos para justificar su locura. También necesitan enemigos, para justificar su existencia, la industria de armamentos y el gigantesco aparato militar de Estados Unidos. Buenos y malos, malos y buenos: los actores cambian de máscaras, los héroes pasan a ser monstruos y los monstruos héroes, según exigen los que escriben el drama.

El científico alemán Werner von Braun fue malo cuando inventó los cohetes V-2, que Hitler descargó sobre Londres, pero se convirtió en bueno el día en que puso su talento al servicio de Estados Unidos. Stalin fue bueno durante la Segunda Guerra Mundial y malo después, cuando pasó a dirigir el Imperio del Mal. En los años de la guerra fría escribió John Steinbeck: “Quizá todo el mundo necesita rusos. Apuesto a que también en Rusia necesitan rusos. Quizá ellos los llaman americanos”. Después, los rusos se abuenaron.
Sadam Hussein era bueno, y buenas eran las armas químicas que empleó contra los iraníes y los kurdos. Después, se amaló cuando Estados Unidos, que venía de invadir Panamá, invadió Irak porque éste había invadido Kuwait. Bush Padre tuvo a su cargo esta guerra contra el Mal. Con el espíritu humanitario y compasivo que caracteriza a su familia, mató a más de cien mil iraquíes, civiles en su gran mayoría.

Bin Laden, amado y armado por el gobierno de Estados Unidos, era uno de los principales “guerreros de la libertad” contra el comunismo en Afganistán. Bush Padre ocupaba la vicepresidencia cuando el presidente Reagan dijo que estos héroes eran “el equivalente moral de los Padres Fundadores de América”. Hollywood estaba de acuerdo con la Casa Blanca. “El desprecio por la voluntad popular es una de las muchas coincidencias entre el terrorismo de Estado y el terrorismo privado". En esos tiempos, se filmó Rambo 3: los afganos musulmanes eran los buenos. En tiempos de Bush hijo, eran malos malísimos.

Henry Kissinger fue de los primeros en reaccionar ante la tragedia. “Tan culpable como los terroristas son quienes les brindan apoyo, financiación e inspiración”, sentenció. Si eso es así, habría que empezar por bombardear a Kissinger. Él resultaría culpable de muchos más crímenes que los cometidos por Bin Laden y por todos los terroristas del mundo. Y en muchos más países: actuando al servicio de varios gobiernos estadounidenses, brindó “apoyo, financiación e inspiración” al terror de Estado en Indonesia, Camboya, Chipre, Irán, África del Sur, Bangladesh y en los países sudamericanos que sufrieron la guerra sucia del Plan Cóndor.

El 11 de septiembre de 1973, exactamente 28 años antes de los fuegos de las Torres Gemelas, había ardido el palacio presidencial en Chile. Kissinger había anticipado el epitafio de Salvador Allende y de la democracia chilena, al comentar el resultado de las elecciones: “No tenemos por qué aceptar que un país se haga marxista por la irresponsabilidad de su pueblo”.

Mucho se parecen el terrorismo artesanal y el de alto nivel tecnológico, el de los fundamentalistas religiosos y el de los fundamentalistas del mercado, el de los desesperados y el de los poderosos, el de los locos sueltos y el de los profesionales de uniforme. Todos comparten el mismo desprecio por la vida humana: los asesinos de los dos mil quinientos ciudadanos triturados bajo los escombros de las Torres Gemelas, y los asesinos de los doscientos mil guatemaltecos, en su mayoría indígenas, que han sido exterminados sin que jamás la tele ni los diarios del mundo les prestaran la menor atención. Los guatemaltecos no fueron sacrificados por ningún fanático musulmán, sino por los militares terroristas que recibieron “apoyo, financiación e inspiración” de los gobiernos de Estados Unidos.

Todos los enamorados de la muerte coinciden en su obsesión por reducir a términos militares las contradicciones sociales, culturales y nacionales. En nombre del Bien contra el Mal, en nombre de la Única Verdad, todos resuelven todo matando primero y preguntando después. Alá es inocente de los crímenes que se cometen en su nombre. Al fin y al cabo, Dios no ordenó el holocausto nazi contra los fieles de Jehová, y no fue Jehová quien dictó la matanza de Sabra y Chatila ni quien mandó expulsar a los palestinos de su tierra. ¿Acaso Jehová, Alá y Dios a secas no son tres nombres de una misma divinidad?

La espiral de la violencia engendra violencia y también confusión: dolor, miedo, intolerancia, odio, locura. En Porto Alegre, el argelino Ahmed Ben Bella advirtió: “Este sistema, que ya enloqueció a las vacas, está enloqueciendo a la gente”. Y los locos, locos de odio, actúan igual que el poder que los genera.

Un niño de tres años, llamado Luca, comentó en estos días: “El mundo no sabe dónde está su casa”. Él estaba mirando un mapa. Podía haber estado mirando un noticiero.

Fecal es hombre de records: sus 15,440 superan ya a los 13 mil de la jibia Fox


Gustavo Castillo García

En lo que va del año se han registrado 5 mil 570 ejecuciones de acuerdo con informes de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). El número de personas asesinadas por presuntos vínculos con el crimen organizado durante el gobierno de Felipe Calderón ya superan las 15 mil 400, mientras que en toda la administración de Vicente Fox se contabilizaron 13 mil homicidios de este tipo.

Análisis gubernamentales estiman que la violencia generada en los últimos 10 días en los estados de Jalisco, México, Guanajuato, Michoacán y Guerrero, está relacionada con una lucha que el cártel de La Familia sostiene contra las bandas de los hermanos Beltrán Leyva y Los Zetas; en Chihuahua la disputa es entre el cártel de Sinaloa y el de Juárez; en Morelos, el de Sinaloa mantiene una lucha de territorios contra la gavilla de los Beltrán Leyva.

Los reportes oficiales refieren que en lo que va de octubre se han registrado 302 asesinatos, la mayor parte en Chihuahua, Sinaloa, Guerrero y Michoacán.

Los recientes meses de agosto (340) y septiembre (710) se han convertido en la época de mayor violencia no sólo en el año, sino en toda la administración del presidente Calderón, con reportes que superan inclusive los registros de 2008, cuando se contabilizaron 980 ejecuciones.

El titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, Genaro García Luna, afirmó el pasado 7 de octubre que "los niveles de violencia en el país producto de la guerra contra el narcotráfico se podrían mantener lo que resta de la administración del presidente Felipe Calderón".

Durante un foro organizado por The Economist, donde participaron mayoritariamente empresarios, señaló que la ola de violencia, "de acuerdo con la experiencia internacional, por una ofensiva contra el crimen organizado, tarda en descender seis años en promedio".

Nueve años, dos corporaciones


García Luna se ha desempeñado en últimos nueve años como titular de dos corporaciones de policía que han desaparecido ya, la Policía Judicial Federal y la Agencia Federal de Investigación. Asimismo, como titular de la SSP federal impulsó la extinción de la Policía Federal Preventiva.
Foto
Joven ejecutado de 14 disparos a quemarropa, en la calle Southern, en el municipio mexiquense de EcatepecFoto Alfredo Domínguez

El funcionario mencionó en el citado foro que la estrategia de Felipe Calderón contra el crimen organizado "es la adecuada, ya que se ha dotado de mayores facultades a la Policía Federal, y se busca mejorar los perfiles de sus elementos a través de una mejor capacitación, salarios e incentivos".

La Policía Federal tiene más de 30 mil elementos. En los últimos tres años prácticamente ha duplicado su plantilla, y el número de militares que participan en la llamada guerra contra el crimen ha aumentado de 30 mil a 45 mil efectivos.

El promedio diario de ejecuciones ha pasado de ocho a 18 en los últimos tres años, de acuerdo con las estadísticas de la PGR y la Sedena. Asimismo, la edad de las personas asesinadas oscila entre 20 y 35 años.

Los registros gubernamentales señalan que en 2006 se cometieron 2 mil 412 homicidios dolosos vinculados con grupos del crimen organizado; en 2007 la cifra llegó a 2 mil 500; en 2008 hubo más de 5 mil 300 personas asesinadas.

Por lo que respecta a las ejecuciones ocurridas en los últimos días, funcionarios de la PGR explicaron que en Chihuahua se mantiene la lucha por territorios de distribución y zonas de tráfico de estupefacientes hacia Estados Unidos, entre el cártel de Sinaloa y Chihuahua, lo que ha generado el surgimiento de bandas como Los Aztecas, que forman parte del grupo de sicarios que se conoce también como La Línea; mientras que el cártel de Sinaloa opera con un grupo que se ha identificado como Gente Nueva.

En los estados de México, Guanajuato, Guerrero, Michoacán y Querétaro la violencia ha sido generada por grupos de sicarios de los cárteles de Los Zetas y La Familia.

Mientras, en Morelos, según las fuentes consultadas, la disputa por el territorio se ha concentrado entre el grupo que dirigen los hermanos Beltrán Leyva y el de Sinaloa, aunque también existe presencia de La Familia.

sábado, 10 de octubre de 2009

Están ocurriendo milagros, justicia es amor, el zapatismo sigue vigente...Cardenal


Por Arturo Jiménez

Es un acierto haberle otorgado el premio Nobel de la Paz al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, considera el poeta Ernesto Cardenal, sacerdote de la teología de la liberación y antiguo sandinista que visita México para participar en la Feria Internacional del Libro del Zócalo.

“Me parece muy acertado, porque creo que ha ocurrido en Estados Unidos un milagro que nunca esperamos: un negro en la Casa Blanca. Además, hay un cambio de mentalidad en el pueblo estadunidense, que mayoritariamente lo eligió y que lo apoya de manera masiva.

"Todo eso son cosas que no pensamos que sucederían fácilmente. Como tampoco que fuera presidente un indio en Bolivia o un obispo en Paraguay. Esos también son milagros. Están ocurriendo milagros."

Cardenal (1925) dice que se siente "feliz" de estar de nuevo aquí, como cuando vino por primera vez a estudiar en la universidad, a los 18 años, o hace unos meses, para participar en el homenaje a Jaime Sabines en Tuxtla Gutiérrez y recibir un reconocimiento en Jalapa.

Ahora Cardenal acude para participar en la feria del Zócalo, en la que este domingo, a las 18:30 horas, dará un recital. Y hoy sábado, a las 5 de la tarde, se presentará el documental Ernesto Cardenal, de Modesto López.

Ajetreo en la plancha de concreto

Autor de los poemas Salmos u Oración por Marilyn Monroe, y de la utopía comunitaria en la isla de Solentiname, Cardenal habla en el saloncito de un hotel frente al Zócalo, desde donde se observan las enormes carpas blancas de la feria, que fue "abierta" este viernes.

Mientras el poeta charla con La Jornada, a las 13 horas de ayer, en la gran plancha de concreto ya comenzó a moverse el mecanismo de la feria.
Son decenas los asistentes, casi todos los estantes han sido cubiertos de libros, los foros están listos, los promotores como H. Pascal van y vienen. Figuras como el escritor Paco Ignacio Taibo II también son parte del ajetreo.
A los transeúntes les llama la atención las nueve esculturas monumentales de piedra, bronce o acero de Leonora Carrington, Juan Soriano, Fernando González Gortázar, Jorge Yázpik, Alberto Castro Leñero y Brian Nissen, colocadas a un costado del asta bandera.
En la entrevista, Cardenal adelanta que en el recital leerá "una pequeña antología" de su trabajo, desde las primeras épocas hasta las más recientes, comenzando por los poemas amorosos de su juventud.

"Fueron años de muchos enamoramientos. Y después, el amor a la belleza de las muchachas fue el que me llevó al amor a Dios, a una conversión a Dios."

Después leerá algunos poemas de cuando vivió como monje trapense en un monasterio, en Estados Unidos, hasta llegar a sus textos más recientes.

–¿Leerá algún fragmento de su poema sobre el Universo, que es también una forma de enamoramiento del cosmos y que leyó en Chiapas?

–Sí. Es un poema de más de 500 páginas. Es lo más nuevo y reciente, y es como la combinación de mi poesía. Mi poesía últimamente ha sido inspirada por la ciencia: una poesía científica, o una ciencia poética, haciendo poesía de la ciencia, o ciencia-poesía, como hay ciencia-ficción. Es a lo que más me dedico ahora, a leer sobre la ciencia y a inspirarme en la ciencia, a hacer poesía con la ciencia.

–Algunos científicos y poetas han llegado por esos propios caminos a la idea, concepto o figura de Dios. ¿Usted cómo combina estos tres territorios: su poesía, su fe religiosa o espiritualidad, y el amor a la ciencia?

La poesía siempre ha sido un camino a la mística, a la unión con Dios, con el Universo y con el autor de éste, con el creador. En griego la palabra creador se dice "poeta". Y poema, en griego, es "creación". Se habla del poema de Homero, y se dice "poyema". Es lo mismo creación y poesía, y Dios es el gran poeta, pues es el creador de todo, el poeta del cual procedemos nosotros, que hemos sido creados por él con el don de la palabra, de la poesía.

“Hay un científico inglés que dice que la ciencia es un camino más directo a Dios que la religión. Yo estoy de acuerdo con él, porque las religiones muchas veces han sido funestas para la humanidad, también dividen a la humanidad. No siempre la unen, como deberían, sino más bien la dividen con las guerras religiosas.

"Y la ciencia unifica a la humanidad con el estudio del conocimiento de la creación, o sea, también del creador. Por ello creo que estudiar la ciencia, obra de Dios, es también estudiar a Dios en su creación."

–¿Cuál es su visión de Honduras, donde parecía que se había llegado al menos a una democracia formal, pero se dio un golpe de Estado?

–Es un golpe de Estado que no debiera haberse dado porque pudieron haber destituido al presidente en una forma constitucional. De manera que no podemos defender eso.

–¿Y en Nicaragua, donde Daniel Ortega encabeza un gobierno distinto a los planteamientos del sandinismo?

–Lo que hay ahora es una tiranía, tiranía de una mujer, Rosario Murillo, quien es la esposa del presidente pero ella es la que manda también a Daniel Ortega. Aunque yo no puedo ahondar sobre esto por las represalias que me acarrean cada día, como ya me ha acarreado anteriormente, porque, como he dicho, es una tiranía.

–¿Ya descongeló el gobierno de Ortega sus cuentas bancarias?

–Siguen congeladas.

–¿Y cómo maneja el dinero del Premio Pablo Neruda que recibió en julio? ¿Hizo otra cuenta, pues necesita recursos para sus proyectos en Nicaragua, como el de los niños poetas con cáncer?

–No puedo revelar dónde está el dinero, porque me lo congelarían.

–¿Qué es lo que más le inquieta de todos los problemas actuales del mundo?

–El capitalismo. El único mal que tiene la humanidad es el capitalismo. La única solución es el socialismo. Sólo hay dos sistemas económicos: capitalismo y socialismo. Uno es propiedad privada y otro es propiedad común. El capitalismo es nada más el interés por la propiedad privada. El socialismo es la propiedad de todos.

Justicia es lo mismo que el amor


–La lucha de un mundo mejor lleva diferentes etapas, desde que surgieron el Estado, las clases sociales y la concentración del poder. ¿Qué hace falta agregarle a estas batallas en el siglo XXI? ¿Un sustrato espiritual, de amor, de humanismo? ¿Qué falta, ya que muchas revoluciones han fracasado?

–Pues simplemente la justicia, que viene a ser lo mismo que el amor. Pero estas desigualdades empezaron hace 10 mil años, hace poquísimo considerando que la humanidad tiene un millón de años. Y la humanidad moderna, actual, el homo sapiens, tiene 100 mil años. Así, desde hace 10 mil años es que hubo propiedad privada, civilización, agricultura, esclavitud e injusticia. Desde entonces ha venido la protesta también por la desigualdad.

–El movimiento zapatista al parecer también tiene un fuerte contenido espiritual.

–Exactamente. El zapatismo es la última revolución del siglo XX y la primera del XXI, y sigue vigente. Es una revolución prácticamente no violenta, sin armas y con fusiles que eran más bien de palo.

Cardenal comenta que continúa escribiendo y publicando. Por ejemplo, en México le han editado hace poco dos antolo-gías, en Cuernavaca y Jalapa. Y aprovecha el tema para hacer una denuncia.

"Tengo muchas ediciones pirata. La más reciente es una antología de mi poesía publicada en Venezuela por la editorial de un poeta que es el gobernador del estado de Anzoátegui, William Tarek. Lo hizo sin notificarme, sin darme a conocer un solo ejemplar, sin pagar derechos de autor y sin contestar mis reclamos. Tal vez la denuncia pública de un periódico de México lo haga que conteste."

miércoles, 7 de octubre de 2009

Sin palabras


Esto solo sucede en la tierra de los Curvatos, Chetumal. Ver a un gato bonachón columpiándose en una hamaca. Habría, supongo, declarar la guerra a los textos foucaultianos para ponernos a retozar nuestra inactividad cerebral, como este felis silvestris catus, que rumia su felinidad frente a las olas opacas de la tétrica bahía.

lunes, 5 de octubre de 2009

Murió Mercedes Sosa, la voz de los pueblos de América



Por Stella Calloni

Voz de los silenciados que desafió a la dictadura argentina
Se fue en un amanecer de primavera, como deseaba, dijeron sus familiares y pidieron despedirla cantando.

Perseguida por la censura, lanzó Hasta la victoria, uno de sus discos de mayor contenido social.

Argentina, 4 de octubre. Esta madrugada, rodeada de familiares y amigos entrañables, en paz y serenamente, murió Mercedes Sosa, la cantante argentina con mayor reconocimiento local y mundial. "Argentina se quedó sin voz", fue el primer anuncio de un final que, aunque esperado en los pasados días, nadie quería aceptar.

"Se fue en un amanecer de primavera, como hubiera deseado", dijeron sus familiares, quienes al difundir la triste noticia estaban rodeados de decenas de músicos, cantantes, periodistas, amigos que habían efectuado una vigilia, mientras miles de personas realizaban una cadena de oraciones por el milagro que suponía recuperar a quien todos llamaban cariñosamente La negra Sosa.

Al mediar la tarde en el Congreso, donde son velados sus restos, decenas de artistas y amigos comenzaron a cantar acompañados por el público, para responder así a la petición de la familia de que se la despidiera cantando. La emoción era incontenible. Una vigilia de canciones despide a Mercedes Sosa, a quien el país llora.

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, a quien acompañó junto a otros importantes artistas en un concierto en la Plaza de Mayo, en diciembre de 2007, declaró duelo nacional en homenaje a la cantante. La mandataria llegó esta noche al salón del velatorio acompañada de su esposo y la mayor parte de su gabinete, quienes se unieron a la concurrencia para corear una de las canciones de Mercedes Sosa, la presidenta no pudo contener las lágrimas y se retiró a un salón adjunto donde se encontraban familiares de la intérprete.

Miles ante el féretro

Miles de personas desfilan ante su féretro en el Salón de los Pasos Perdidos y desde muy temprano las colas son interminables. Este lunes sus restos serán cremados y sus cenizas esparcidas en su tierra natal, la provincia de Tucumán, en esta capital y en Mendoza, tres lugares muy queridos y significativos en su vida.

En un comunicado, su familia expresó que la voz de Mercedes Sosa "llevó siempre un profundo mensaje de compromiso social a través de la música de raíz folclórica, sin prejuicios de sumar otras vertientes y expresiones de calidad musical. Su talento indiscutible, su honestidad y sus profundas convicciones dejan una enorme herencia para las generaciones futuras".

Su hijo Fabián Matus, junto a los nietos, hermanos y sobrinos de la cantante pidieron recordarla "cantando".

El cantautor Víctor Heredia expresó que ella "fue sin duda la voz, la inmensa voz de los silenciados, de los que no la tenían durante la pasada dictadura militar que la condenó al exilio" en Madrid y París.

Evidentemente afectado, dijo que daba fe "de lo doloroso de su exilio, desde donde luchaba por recuperar el espacio democrático. Le dolía el país de los desaparecidos. Ella estaba tan dolorida que aunque tenía un gran éxito y la adoraban adonde iba no podía disfrutar como artista esos éxitos. Su necesidad era volver a Argentina. El dolor era tan grande que a veces se asfixiaba de pena. Eso fue lo que le hizo un daño irreversible. Su sensibilidad herida se mostró en su cuerpo".

Desde todo el mundo llegan mensajes, tanto de autoridades y personalidades como de organizaciones populares que la llaman "la gran voz de América Latina".

Mercedes Sosa fue de una admirable generosidad, una de sus cualidades más importantes; abrió las puertas a todos los nuevos cantantes y músicos que iban apareciendo. Sus últimos trabajos discográficos: Cantora 1 y Cantora 2 son un símbolo de esa generosidad. Elegía canciones para hacer conocer a otros cantantes y poetas en el mundo.

Mercedes Sosa fue velada en uno de los salones de la sede del Congreso de Argentina.

"He vivido volando como un pájaro, pero en aviones, lo que nunca me gustaba demasiado y a veces necesitaba descansos que no tuve. Nunca soporté la injusticia sobre los pueblos y elegí cantar para todos. Yo creo que fui una cantante reconocida porque hice esa elección, si no, hubiera sido una más. Pero elegí cantar lo que sentía de impotencia ante cualquier tipo de injusticia y porque nunca me encasillé en nada que me quitara esa libertad de amar a los pueblos del mundo", nos dijo a un grupo de periodistas y amigos en una charla reciente, al salir de un festival, donde miles la aclamaron.

"Para mí el exilio fue un corte, algo que se rompió dentro mí. En todo el mundo pude cantar y hablar. Me hicieron reconocimientos inolvidables, pero cuando volvía a la casa, a los lugares donde vivía, me atrapaba una soledad muy grande, muy intensa y una gran impotencia porque nadie podía parar el terror en mi país. Siempre dije que eso me comenzó a comer el alma y el cuerpo. Sufrí de lo que llamaron depresión encubierta y eso me llevó a enfermedades graves en algunos momentos. Pero nunca olvidaré cuando volví después de tanto tiempo afuera (en 1982) y me recibieron miles de personas que aún desafiaban a la dictadura. Y canté y fue uno de los conciertos más hermosos que recuerde", dijo entonces.

"Ella no se fue. Podremos escucharla siempre, porque esa voz jamás se perderá en nuestra memoria y en la memoria de los pueblos", declaró el músico Juan Falú. Sus primeras apariciones como cantante fueron en Mendoza, donde a mediados de los años 60 del siglo anterior formó el movimiento del Nuevo Cancionero, junto al ya fallecido poeta Armando Tejada Gómez; su esposo entonces, el músico Manuel Óscar Matus, y otros compañeros decididos a renovar las expresiones artísticas del folclor y también darle un contenido social "con belleza".

Canciones con fundamento, su primera producción


Apareció entonces su primer disco en un trabajo independiente, Canciones con fundamento, pero desde que cantó en el festival de Cosquín, en Córdoba, el más importante de música folclórica y su voz impactó, comenzó su verdadera carrera que la llevó por el mundo.

Grabó 40 discos. En 1972, perseguida por la censura de los militares, dio a conocer Hasta la victoria, uno de sus trabajos con mayor contenido social y luego la Cantata sudamericana, de Ariel Ramírez y el historiador Félix Luna.

En 1976, en plena dictadura, presentó un disco con canciones de Víctor Jara y Pablo Neruda, del cubano Bola de Nieve (Ignacio Villa) y de la peruana Alicia Maguiña, en un gran desafío, que la mostró en toda su valentía.

En 1977 realizó un homenaje a Atahualpa Yupanqui, y al año siguiente, durante un concierto en la ciudad de La Plata, fue detenida junto a más de 300 espectadores y debió irse al exilio, al que puso fin en febrero de 1982.

"Por ese recuerdo, por esa mujer de voz inmensa y que nunca dejó de estar en contra las injusticias y no olvidó jamás el sufrimiento de los pueblos, estamos hoy aquí cantando, llorando en música nuestros dolores y nuestro homenaje a la gran dignidad de una artista y una mujer digna", expresó la cantante Teresa Parodi.

A los que nazcan más tarde (fragmentos)



Por Bertolt Brecht

¡Realmente vivo en tiempos sombríos!
La palabra sincera es imprudente. Una frente lisa
revela insensibilidad. El que ríe
todavía no ha recibido
la noticia atroz,

¡Qué tiempos son estos, donde
una conversación sobre árboles es casi un crimen,
porque encierra un silencio acerca de tantas fechorías!
Aquel que anda tranquilo por la calle
¿ya no está más cerca de sus amigos
que sufren necesidades?

…Nada
de lo que hago justifica que coma hasta el hartazgo…


Me dicen: ¡Come y bebe! ¡Tendrías que estar contento de poder hacerlo!

Pero, ¿cómo puedo comer y beber cuando
le arranco al hambriento lo que como,
y mi vaso de agua le falta a un sediento?
Y a pesar de todo, como y bebo.

También sería con gusto un sabio.
En los viejos libros se dice qué es ser sabio:
mantenerse fuera de las disputas del mundo y pasar
sin temor el corto tiempo que a uno le ha sido deparado.
También, manejarse sin el uso de la fuerza,
retribuir el mal con el bien,
no satisfacer los deseos propios, sino olvidar,
significa ser un sabio.
Todo esto no lo puedo hacer.
¡Realmente, vivo en tiempos sombríos!

Por esto nosotros sabemos:
también el odio contra la bajeza
deforma los rasgos.
También la cólera contra la injusticia
enronquece la voz. Ay, nosotros
que queríamos preparar el suelo para la amistad,
no podíamos ser amables.
Vosotros, empero, cuando sea el momento
en que el hombre sea una ayuda para el hombre,
pensad con indulgencia
en nosotros.

viernes, 2 de octubre de 2009

"Con los pobres de la tierra": crítica y proyecto de liberación emancipadora de González Casanova


Por Pablo González Casanova

Palabras con motivo del 25 aniversario de La Jornada
Dedico estas palabras a los jornaleros y a los periodistas, que con su entereza y a veces con su vida, han defendido y defienden a la Patria y a la Humanidad. Las dedico también al fundador de La Jornada, Carlos Payán Velver y a la directora Carmen Lira.

Anda la “izquierda” preguntándose dónde se encuentra. Dice que está buscándose porque así como va, está perdida. Su inquietud parece razonable. Tal vez debiera preguntarse qué entiende por izquierda si quiere precisar lo que está buscando. No necesita ir muy lejos: Marcuse y otros han definido la izquierda tradicional como integrada por aquéllos que toman partido, en la lucha de clases, por los trabajadores, y en la lucha contra el imperialismo, con los pobres de la tierra. En cuanto a la izquierda más reciente, también hace suya, en un primer plano, la lucha por la libertad de expresión, incluidas las radios comunitarias; hace suya la lucha por la democracia, incluida aquélla en que gobierna el pueblo y no una oligarquía plutocrática. Asume la lucha por la mujer con todos sus derechos personales y públicos; por las juventudes y su futuro con universidades gratuitas, creadoras y abiertas; por la paz que no sea de sepultureros, por los pueblos oprimidos o discriminados, como los indios de México, para que no sean “excluidos” ni como pueblos ni como ciudadanos o comunidades, o dirigentes; por los derechos de los homosexuales, por los derechos de los niños y los ancianos.

Las luchas de la izquierda varían según situaciones concretas de dominación y de represión, de acumulación y explotación, de mediación e inmediación violenta. Algunas se dan en el mundo entero. Corresponden, en general, a proyectos por la emancipación humana en que participan los insumisos y rebeldes. Tenerlas presentes ayuda a saber dónde se halla la izquierda en los distintos países, incluido el nuestro.

Aquí sólo quiero apuntar cuatro problemas que en México se plantean a la izquierda: 1 ¿Cuál es la principal atadura o enajenación del país? 2 ¿Qué hechos o actos configuraron a la izquierda? , 3 ¿Qué hacer desde nuestra izquierda formal e informal?, y 4 ¿cómo organizarnos y articulamos desde nuestras distintas posiciones de lucha? Me referiré a la historia reciente como la mejor forma de conocer la historia emergente.

Ni la comprobación de las tesis que sostengo, ni la determinación precisa de los hechos que registro, ni las indicaciones puntuales sobre qué hacer y cómo hacerlo están a mi alcance y menos en el breve tiempo de que dispongo. Los hechos hablan, y nuestras experiencias futuras confirmarán o echarán abajo (y a la izquierda) este planteamiento. Aquí sólo pretendo desbrozar un cierto camino para encontrarnos y en el que la información e interpretación de los jornaleros será particularmente valiosa.

La principal atadura o enajenación del país es algo que apenas alcanzamos a ver en forma disgregada...La principal atadura del país es la ocupación de México. No me refiero a la ocupación como un hecho consumado, sino como un proceso actual y que el pueblo de México, como otros pueblos –incluido el de Estados Unidos--se encargarán de echar abajo. Se trata de una ocupación “integral” que los estrategas del Pentágono llaman también “dominación de espectro completo”. Abarca la ocupación de lo social, de lo político o gubernamental, de lo económico y administrativo, de lo cultural y mediático, de lo territorial y lo ecológico.

No se trata de una ocupación de México como la de l847, que Gilberto López y Rivas ha documentado cuidadosamente. Es la ocupación como privatización de todos los cimientos de la soberanía nacional. Combina la intervención “abierta” y “encubierta”, la “convencional” y “no convencional”, las de “efectos directos” y “efectos laterales”, “buscados” y “no buscados”; o supuestamente “no buscados”. Corresponde a un colonialismo o imperialismo postmoderno y financiero. Lo llaman globalización, y tiene redes de dominio en el interior y no sólo en el exterior de los países dominados.

La ocupación integral no se da de golpe. Se da lo largo de un imperceptible proceso en que el país va perdiendo más y más su capacidad soberana. Enuncio algunos hechos conforme me vienen a la memoria, o como aparecen en análisis anteriores. Ni siempre guardo un orden cronológico ni menos incluyo todos los datos significativos. Otros lo harán, o lo han hecho.

En las últimas décadas México asistió a un proceso cuyos enlaces sirven para atar cabitos. Privatizaciones y desnacionalizaciones de los bienes de la República (Re-pública)) y de la Nación, dieron lugar a una ocupación compartida por compañías extranjeras y mexicanas, y no sólo por empresarios, sino por funcionarios y líderes de la CTM y otros sindicatos oficiales, que forjaron desde entonces un estrecho lazo de poder, intereses y complicidades. Todos ellos vendieron, malbarataron y, también adquirieron, inmensas fortunas mal habidas con las que sellaron el pacto del complejo de poder hoy dominante en México, y que es parte de una red de dominación mundial, en esta región encabezada por Estados Unidos. La ocupación fue bautizada con uno de esos eufemismos en boga: Se le llamó“desincorporación del sector paraestatal”: Como se advierte, la expresión no dice lo que sus beneficiarios no quieren que se diga, y que tampoco les importa si se dice en una especie de cinismo institucional hoy reinante.

Desde los años ochenta del siglo pasado fueron privatizados y desnacionalizados la industria siderúrgica y los bancos, la industria azucarera y sus ingenios, las 12 unidades de que disponíamos para la producción de fertilizantes, los teléfonos de México, los ferrocarriles, los aeropuertos y líneas aéreas, las supercarreteras, las aduanas y más tarde, con los mismos y otros amaños la televisión y el control de los “medios”…y el petróleo, que dejó de ser “nuestro” precisamente en el momento en que representa un valioso “bien no renovable”.

Toda esta etapa tuvo antecedentes. Al adelgazamiento del Estado y la engorda de los señores del mercado contribuyeron muchas represiones y alianzas que se habían tomado desde los tiempos de los mineros de “Cloete” y “Nueva Rosita”, y de las luchas también indomables de los ferrocarrileros. Desde entonces México fue cambiando y adquirió un nuevo sentido que entre tropiezos se consolidó hasta ahora.

Los ferrocarriles nacionales y sus servicios de pasajeros fueron desmantelados. Eran como el símbolo del México anterior. Dejó de oírse cada vez más el silbido de los trenes y el barullo de las estaciones. Los militares empezaron a ser entrenados para la llamada “guerra de contrainsurgencia”, otro eufemismo de lo que antes llamaban “guerra interna”. En nuestras repúblicas la “guerra interna” es, por cierto, la guerra del ejército nacional contra su propio pueblo. La Secretaría de Hacienda preparó y operó el detonador social con el “equilibrio presupuestal” que entonces, como ahora, tomaba como una “constante” el escaso o nulo ingreso fiscal con que contribuía la codiciosa, “evasora” y “subsidiada”clase patronal, y que no podía ser castigado. Por supuesto, eso ocurría cuando aún no retomaba la ofensiva en que exigiría mucho más y sería ampliamente satisfecha en sus deseos. En los años sesenta la Secretaría de Hacienda hizo… admirables recortes a los servicios médicos y a las universidades. Hoy los repite. Hacienda le echó leña al fuego y provocó la llamarada del movimiento médico y del estudiantil-popular. Éstos empezaron a expresar un inhabitual descontento de las clases medias y los marginados urbanos, hoy nuevamente anunciado.

Cuando en 1968 estalló el Movimiento estudiantil--popular, gobierno y ejército ya estaban preparados. Combinaron la represión y la cooptación, con la confusión y la falsa radicalización que legitimaran la violencia gubernamental. Esto último no lo lograron. Tlatelolco produjo un rencor inolvidable, aunque de él muchos jóvenes de entonces ya se hayan olvidado. En la sierra y los llanos proliferaron movimientos guerrilleros de campesinos y juventudes rebeldes que no veían otra salida para hacerse presentes. El gobierno estaba preparado. Aplicó las técnicas de la “guerra sucia”… A la confusión de la izquierda mundial añadió “juegos de revoluciones confusas y violentas” en los que “quien manda” es el jugador que mueve, tanto a los “para-militares” como a los “para-revolucionarios”, y con quienes arma un galimatías en que cualquier protesta o rebeldía parece como de locos.

Con simulaciones virtuales y reales, el poder dominante envolvió a la juventud en crueles y desorientadoras batallas. Con sus técnicas de “escenarios en vivo” quitó al movimiento estudiantil-popular el apoyo de buena parte de la población, intimidada y escéptica. Por su lado, a la izquierda, ayuna de ortodoxias y en plena confusión ideológica postmoderna, el Estado le dio la bienvenida. La legalizó con la esperanza de cooptarla y con la seguridad de enredarla más de lo que ya estaba. La mayoría de los sindicatos eran oficiales y los obreros de las grandes empresas en que operaban estaban controlados por los líderes y grupos de choque que se apoyaban en la fuerza pública. Las clases medias y los marginados urbanos parecían los únicos capaces de escapar a todo control o a buena parte del control. Al no contenerlos, el gobierno intentó replantear la política social y nacional. Dio un fuerte apoyo a Universidades y servicios de salud, y aplicó medidas calificadas de “populistas” por izquierdas y derechas. Para cubrir los gastos, juzgó “imprudente”, o”impolítico”, realizar una reforma fiscal que afectara a los “sectores de altos ingresos”. Decidió aceptar ofertas --en boga mundial-- de préstamos con bajísimos intereses, –variables a discreción del acreedor-- quien por el momento le tendía su “tabla de salvación”. Así, empezó a subir la pendiente del endeudamiento externo más grande en la historia del país. Tras la sucesión presidencial el nuevo presidente continuó encontrando la oposición de tirios y troyanos. Su enfrentamiento con los empresarios ensoberbecidos lo condujo a nacionalizar la banca para escarmentarlos. El contragolpe de las finanzas y el capital fue brutal.

Todo mostró que el PRI ya no podía gobernar. Tenía que hacer concesiones. Tenía que “ser flexible” en una elección presidencial que abriera las puertas al neoliberalismo. A poco de haber ocupado el Mandato, el presidente Miguel de La Madrid desnacionalizó la banca recientemente nacionalizada y también la que de tiempo atrás pertenecía a la República. El neoliberalismo oficial, todavía encubierto, empezó la liberalización total del crédito y de las finanzas, cerco y espada de las trasnacionales y el imperio. El estado mexicano, cada vez más empresarial y avasallado, disminuyó hasta punto cero la posibilidad de orientar la política nacional y social de créditos e inversiones. Fue el principio de una “política del mal menor” “de lo posible”, de “lo menos malo” que lleva a “lo más peor”. En el sexenio siguiente se dio un “golpe de Estado electoral”. Como metáfora y como realidad, “se cayó el sistema”. Carlos Salinas de Gortari – inició “en grande” la política neoliberal. La “ocupación compartida” por oligarquías de yanquis y nativos se concertaría en los pasos a dar. La “iniciativa privada-unida”, la nacional-y-la extranjera “enlazadas”, se regodearon de su inmenso triunfo. Pronto darían nuevos pasos cerrando filas. Así surgiría la primera reforma del Estado oligárquico-tecnocrático--avasallado que haría suyas todas las instituciones y costumbres autoritarias del Estado anterior y crearía otras, más funcionales a sus propósitos. En vez del partido del Estado forjaría los “partidos de Estado”, funcionales al Estado neoliberal de los países dependientes, e iría asociando, sometiendo, eliminando cualquier brote de izquierda capaz de alcanzar algún objetivo de corto o largo plazo por la vía pacífica… y también por la violenta. Los partidos de izquierda no sólo dejaron de hablar en concreto de las medidas a tomar para la defensa nacional, sino para mantener los derechos de los trabajadores y de los campesinos. No todos sus miembros se habían “doblado o vendido” pero todos percibían su escasa o nula fuerza, y en buena proporción se daban a luchar entre sí para ocupar puestos de “representación popular” que significaban jugosas regalías o satisfacían vanas esperanzas.

Así se construyó la fuerza que permitiría a las megaempresas ocupar todo, o casi todo, en México. La izquierda electoral, que venía del PRI y del antiguo Partido Comunista, encabezada durante dos sexenios por el hijo del General Cárdenas, no sólo sufrió la bien subvencionada y organizada “derrota” electoral de 1988 en que los expertos del PRI contaron con los apoyos empresariales del PAN y con todos los “medios” de enajenación, conculcación y cooptación. Como todos los partidos de izquierda del mundo, la izquierda de México vivió y colaboró –con respetables excepciones-- por su autodestrucción ideológica, política, social y moral. Buena parte de ella perdió hasta la dignidad, esa arma de valor excepcional contra la corrupción. Quienes se salvaron de la debacle fueron y son muchos y se encuentran abajo, en medio y arriba de la pirámide social. No sólo son respetables. Son potencialmente más fuertes hoy por su moral de acero y sus nervios de hierro. Pero no logran dominar en los partidos ni cumplir en los gobiernos; ni hacer que sus partidos obedezcan las decisiones mayoritarias de quienes los eligieron, ni impedir que el grueso de sus representantes vote con la derecha leyes y medidas contrarias a los intereses de la nación, contrarias a los trabajadores, a los campesinos, y en general a los marginados, discriminados y super-explotados.

La descomposición de la política en México resulta cada vez más visible desde la elección electrónica de Salinas. Desde entonces apareció una nueva categoría: “la clase política”, que apoyó –hasta por unanimidad- las grandes medidas neoliberales. Tal es la gloriosa victoria de la democracia de pocos para pocos y con pocos, y no de los mejores… Tal es nuestra derrota.

Muchas otras se han dado en estos años. Todas desangraron la Independencia de México. Se perdió la Autonomía del Banco de México y de la política monetaria. Ambas pasaron a depender –discretamente-- del Banco Mundial, controlado por Estados Unidos y por las grandes potencias financieras. El Estado Mexicano perdió la posibilidad de controlar la política de divisas para defender su capacidad de pago de la deuda externa en formas menos inequitativas, o para controlar las inflaciones de los insumos necesarios a la pequeña y mediana empresa, o para controlar las “crisis de casino” que a tantos países han arruinado. México perdió la posibilidad de definir las políticas de Ingresos, y también las de Egresos. Éstas fueron diseñadas, cada vez más, --sin que hasta hoy nos demos del todo cuenta--, por los expertos de Hacienda y del Fondo Monetario Internacional auxiliados por funcionarios locales… El país perdió toda posibilidad de contener el creciente pago del “tributo colonial” que representa la deuda externa en dólares, varias veces pagada e impagable. Perdió la posibilidad de impedir el deterioro de la planta industrial salvo en aquellos casos en que estaba integrada, asociada o sub-contratada por las empresas transnacionales. Perdió hasta la posibilidad de conservar la planta industrial de unidades bien conservadas, pues fue obligado a abandonarlas o a dejar que se destruyeran para que las megaempresas trasnacionales vendieran plantas nuevas que no hallaban mercado. El gobierno se vio obligado, o inclinado, a acordar “difericiones” y reducciones de pago de sus ingresos por impuestos, así como a acordar crecientes inversiones en infraestructura que, con cargo al erario público, aumentarían la eficiencia (es decir las ganancias) y disminuirían los costos de las megaempresas. El país entero perdió la capacidad de convertirse en uno de los principales productores de petróleo y derivados del mundo. El gobierno des-estructuró sus institutos de alta tecnología – como el Instituto Nacional del Petróleo que contaba con numerosos ingenieros de nivel mundial a los que privó de recursos y expulsó velada o abiertamente, mientras contrataba expertos y servicios de los monopolios petroleros. Con esas medidas, deliberadamente, asfixió a PEMEX. No conforme con eso, le hizo pagar tasas de impuestos ¡superiores al 50%.de sus ingresos! Desnacionalizó a PEMEX, y lo sigue denacionalizando, entre privatizaciones disfrazadas de contratos de servicios con los grandes monopolios petroleros, y entre cuantiosas y rentables corrupciones de los líderes obreros con sus grupos de choque. A las pérdidas anteriores añadió la pérdida de la autonomía alimentaria. Permitió, e incluso alentó, la importación de semillas transgénicas mientras echaba abajo los derechos agrarios que la Constitución había reconocido a los campesinos en los años que siguieron a la Revolución Mexicana y, sobre todo, durante el período del general Lázaro Cárdenas. La regulación de la emigración de los mejores jóvenes, útiles a los empresarios y sectores medios de Estados Unidos, fue fomentada y controlada por Estados Unidos. La negativa de visas sirvió dos propósitos: dejar en la ilegalidad a trabajadores que entraban sin visa y que estaban inhabilitados para reclamar derechos iguales por trabajos iguales-, y no dejar que pasaran la frontera más “ilegales” de los que su industria y servicios necesitaban. Así, el imperio construyó ese otro piso del infierno transnacional, donde el necesario sufrimiento, les sigue pareciendo a los “ilegales” menos malo que el padecido en los pueblos abandoa, donde desempleo, hambre, enfermedades amenazan aún más su vida y la de su familia si no los abandonan sucesiva o definitivamente para irse a ganar algo en el “Norte”.

La pérdida de la autonomía financiera, acompañada del cogobierno que en los hechos impuso el PRIAN --o unión del PRI y del PAN, resulta poco cuando se piensa que algunas de las medidas fundamentales de la privatización, la desnacionalización y la ocupación de la República Mexicana fueron también votadas por la inmensa mayoría de los diputados y senadores del PRD y de la izquierda institucional, hechos que no cabe recordar sólo por explicable resentimiento sino para pensar bien y actuar mejor. En el terreno político, la debacle de la supuesta “transición democrática” empezó cuando el legislativo votó contra los derechos de los pueblos indios, es decir contra el único camino para alcanzar una democracia en un país donde todavía existen y se renuevan las luchas del colonizador y el colonizado.

La alianza de todos los partidos del México Criollo y Mestizo, incluso el que se dice de izquierda, privatizó además la televisión y los “medios”, armas poderosas de persuasión y educación por las imágenes, los sonidos, las palabras y las sinrazones. A poco los “medios” privatizados se voltearon contra sus generosos adversarios a los que hoy atacan con sonriente furor.

La pérdida del poder financiero y la sujeción implícita o explícita de todos los partidos políticos significó la muerte por asfixia de la educación en todos sus niveles. El “Poli”, “Chapingo”, la Normal, las normales rurales, la “UNAM” y más de treinta universidades públicas sufrieron –y están amenazadas de sufrir aún más-- recortes de presupuesto, mutilaciones de planes de estudio, acosos de grupos de choque, cercos de narco-menudeo, sindicalismo gansteril, en muchos casos, encargado de enseñar con el ejemplo, que la corrupción y “la transa” son el mejor camino del éxito. Con tan nobles principios, se dieron los elementos para formar nuevas generaciones de mexicanos funcionalmente analfabetos, moral e intelectualmente débiles, muchos de ellos drogados, o autodestruidos en su ética y en su capacidad de comprender y de amar, víctimas de una nueva personalidad festejada por la Televisión en la que destacan los “consumidores babosos”, que se azoran de los bajos precios y la alta calidad de las mercancías mientras dan saltos de felicidad por las bondades del Mercado. El sistema escolar se diseñó como fábrica de ciudadanos que ignoren la historia universal y nacional y con maestros a quienes se prohíbe enseñar filosofía, término que etimológicamente significa amor a la verdad. Prohibido amar la verdad y la vida. Prohibido también conocer la verdadera historia del pueblo mexicano y de la Humanidad.

El neoliberalismo significó también el abandono de la política social y del desarrollo nacional. Generó una cultura del cinismo frente a las acusaciones de robos y peculados gigantescos; un “a mí me vale” frente a las críticas y las protestas fundadas, razonadas, incluso de altos funcionarios oficiales. Practicó la violencia en el uso de la razón, la violencia en la interpretación y aplicación del derecho; la violencia en la falta de respeto a las garantías individuales, en la fingida guerra contra la corrupción y en una supuesta guerra contra el narcotráfico que hizo sus principales víctimas entre civiles, niños, mujeres, jóvenes y viejos, sobre todo cuando eran pobres o medio pobres. Al mismo tiempo que la escenificación de la guerra sembró el “espanto” dejó fuera de foco a los verdaderos beneficiarios encargados del “lavado de dinero billonario” del narcotráfico. Estos siguieron cómodamente instalados en los “segundos pisos” de los grandes bancos y en sus sucursales en Islas Caimán, Luxemburgo, Suiza, hechos todos que no sólo han denunciado las fuerzas de oposición o las organizaciones de la sociedad civil, sino los propios servicios de información del gobierno de Estados Unidos, del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional.

Al usar semejantes políticas, alentadas por las fuerzas de un imperialismo que se reserva el derecho de criticar y enjuiciar a sus aliados y subordinados, los gobernantes neoliberales de México, sentaron las bases de un “Estado Fallido” y también las de un “Estado Canalla”. La violación permanente del derecho por el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, la violación del derecho positivo, del derecho natural, de los derechos humanos y las libertades democráticas, no se diga ya de los derechos sociales; la aplicación del derecho para legitimar las acciones delictuosas de los amigos y validos y para criminalizar la información y la crítica a través de los “medios”, se convierte en el estilo neoliberal de gobernar de una llamada “Democracia consociativa”, cuyos soberanos del Imperio mañana aplicarán “el garrote” a quienes hoy corrompen con “la zanahoria”, medida que tomarán en México como las han tomado en Irak, en Afganistán, y en muchos otros países, cuando sus socios avasallados y entrenados ya no le sirven para continuar la expansión de su poder y de sus mercados. Por lo pronto, el Imperio los prepara con base en los manuales de la política y la “guerra de baja intensidad”, que ahora se libra contra “el terrorismo”, “el narcotráfico”, o “el fundamentalismo”. Alienta a expertos en terrorismo (que a veces lo traicionan), deja hacer y deja pasar al narcotráfico (fuente de otros negocios), subsidia los cultos del cristianismo del miedo – de muertes y de fuego--, todo –entre otros fines--para aterrorizar a los pueblos y privarlos de valor cívico, de voluntad de lucha; de comunicaciones, de informaciones, de organizaciones. Incluso arma teatros de revolución limitada para que los gobiernos alebrestados “entren en razón”.

Un peligro manifiesto amenaza a México: la inmensa “muralla de la ignominia”, construida a altos costos a lo largo de más de cuatro mil kilómetros de Frontera política entre México y Estados Unidos. La “muralla de la ignominia” es el más claro signo de los malos augurios que “del otro lado” se hacen sobre el futuro de México. La “frontera amurallada significa, hasta dónde quieren llevar al país –y con él y Colombia- a América Latina, y cómo esperan reacciones sociales de gran violencia, y éxodos de inmensas multitudes de miserables que la Frontera ayudaría a detener, como en Palestina. Quienes la levantaron bien saben que todas las políticas que con sus asociados y subordinados están aplicando en América Latina, “van a verse obligados” –sigue “la carga del hombre blanco”--, tarde o temprano, a asumir el mando militar de la inmensa región tantas veces subyugada y depredada, en la que sustituirán a presidentes más y más desprestigiados por otros que representen una “verdadera transición a la democracia”, por supuesto al estilo de Irak o de Afganistán. Si aquí y allá están totalmente equivocados en su cruel y necio triunfo no por eso dejan de ser temibles en sus empresas intervensionistas. Si varios países de América del Sur han pasado a la ofensiva, no por eso van ellos a limitarse a la defensiva, y menos cuando cuentan con fuertes aliados y subordinados como México y Colombia, en los que pueden intervenir cada vez más y con más fuerza.

Para el Imperio, México da visos crecientes de ser un “Estado Fallido”, y todo indica que en la solución de sus problemas, el gobierno de México opta cada vez más por el uso de la violencia y la violación de los derechos humanos, lo que quiere decir que para pronto también caerá en la categoría que sus padrinos y jueces aplican: la de “Estados Canallas”. Semejantes “conclusiones” de “políticas” supuestamente “no buscadas”, confirman que el Imperio busca hacer de nosotros y de Nuestra América, su “Patio Trasero” y un puente más de la conquista del continente, y de la reconquista de Brasil, Venezuela, Bolivia, Cuba.

Por todas esas y otras razones el problema prioritario a vencer es el imperialismo compartido por las oligarquías criollas avasalladas, que ¡no conocen al pueblo mexicano! En las condiciones actuales, para los insumisos y la izquierda el recurso ineludible a forjar, desde las movilizaciones sociales o desde las luchas electorales, es la organización y articulación de pueblos y trabajadores, para una lucha pacífica, como el pueblo mexicano quiere, pero en la que su capacidad de defenderse aumente hasta triunfar. El triunfo se logrará si desde los colectivos hasta las vanguardias se impone una moral de lucha que fortalezca la dignidad y el coraje de los pueblos. Moral social y nacional frente a la corrupción del capital, moral de lucha frente a la intimidación del imperio. Sólo el fortalecimiento de la dignidad, de la voluntad y la lucidez en colectivos que no pretendan instrumentar a los demás permitirá defender los intereses de la nación y de los trabajadores. Respetuosos de las políticas en que los colectivos difieran, y a partir de sus distintas posiciones de lucha lograrán la unidad y la fuerza. Pero ésta sólo se preservará para consolidar el triunfo si los pobres de la tierra y quienes están con ellos se organizan en formas autónomas, como hermanos y compañeros a los que se respeta en su dignidad y en sus decisiones emancipadoras.

Si la izquierda quiere encontrar su camino tiene que respetar a los pobres de la tierra. Está obligada a adquirir un compromiso a la vez moral y político y comprobar que cumple en cada uno de sus pasos. No esa hora de recriminaciones, sino de convocatoria a una nación como la mexicana donde la inmensa mayoría de la población es de ciudadanos pobres. Es un llamado a respetar y apoyar otros movimientos emancipadores como el de Cuba, Venezuela, Ecuador, Brasil, Paraguay que tienen el camino abierto para profundizar y extender el poder de sus pueblos cada vez más organizados, educados, informados y creadores. Que el camino no esté asegurado nos induce a fortalecernos con los caminantes organizados en múltiples redes y crecientes vanguardias.

La lucha emancipadora entrañará una fuerza capaz de re-nacionalizar, capaz de des-privatizar a una nación y a una sociedad saqueadas y oprimidas por el más despiadado proceso de acumulación primitiva, de macro-robos legalizados e ilegítimos.

En la nueva historia participarán pueblos y trabajadores experimentados y entrenados en luchas anteriores por la Patria, la Paz y la Humanidad, por “El socialismo” que será el del siglo XXI e irá más allá del socialismo parlamentario y del socialismo burocrático.

En la nueva historia participarán los militares patriotas y democráticos que tantos precursores tienen en México desde Allende y Aldama, desde Juan de la Barrera y los jóvenes héroes de Chapultepec, desde el General Zaragoza, desde el general Ángeles, desde el general Lázaro Cárdenas: todos irán más allá del nacionalismo revolucionario que se aburguesó y liquidó.

En la nueva historia participarán los cristianos que han vivido la “reconversión” y que irán más allá del paternalismo y de la caridad que no resuelven los problemas de los pobres, que antes humillan su dignidad y hasta los llevan a practicar una humildad enajenada.

En la nueva historia participarán los herederos de Hidalgo y de Bolívar, de Juárez y de Martí, de Flores Magón y de Zapata.

La lucha emancipadora entrañará un nuevo pacto social que vaya más allá del estado benefactor, populista, o burocrático-socialista, hacia una democracia en que las avanzadas recuperen, con el país, el proyecto de la emancipación humana.

En la creación histórica necesaria y posible será válido para todos, y no sólo para los nuevos zapatistas, el grito de “Libertad, Justicia, Democracia.”

Tejer en formas concretas la unidad de los pobres de la tierra y de quienes estén con ellos, y organizar redes de colectivos que incluyan a los excluidos y explotados, definirá nuestra posición en la creación de un mundo capaz de sobrevivir y de dar un paso inmenso en la lucha por la emancipación humana.

Es necesario comprender que pronto va a sonar el otro grito de la Independencia. Los pueblos y los trabajadores organizados, informados y conscientes, abrirán el camino de la victoria. ¡Viva México! ¡Viva la vida! ¡Viva la jornada que nos espera!
.

Archivo del blog