sábado, 6 de abril de 2013

CANCIÓN A LA HORMIGA ROJA CHIQUITA QUE COME MIS GALLETAS

Alguien, con ínfulas de entomólogo, me ha dicho que las hormigas donde habito son de esas "rojas chiquitas que sacan ronchitas" cada vez que pican (o muerden, ¡qué más da!). Hoy le doy la razón, porque escribo desde los estragos causados por una de ellas, y en un intento de canción, le compuse a esa rojita chiquita que saca ronchitas con amor, estos malos versos (todos mis versos son malos versos de amor) con pasión:
Una hormiga,/ roja chiquita/ sin que yo la viera,/ agazapada estaba/ en mi pobre y triste galleta/. Comí, o hice el intento de comerla,/ y la hormiga nenita/ atenazó labios y lengua/, defendiendo su usufructuaria posesión/
¡Pinche hormiga pendeja!,
dije emputado/, emputadísimo por dejar la galleta/ en el camino de ella/. Hoy mi vida es una desdicha perpetua,/ pues tengo el labio cadavérico,/ y la hormiga salió con su gusto,/ adueñándose del "suncho"./

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