Por sus anónimos los conocereís

El cuate seguramente es un disléxico apenadísimo de sí mismo, habla de estrofas, cuando en realidad son párrafos deshilvanados; al parecer, domina con precariedad un reducido lenguaje de aldeano, y sus rústicas palabras hacen pensar que se encuentra encerrado en los usos y costumbres de un autoritarismo antidemocrático, al cual le causa cierta molestia una crítica tan débil como la del artículo PRI de lo mismo...

Como estoy de humor, como cuento con tiempo suficiente para descodificar el lenguaje de esa especie de lacayos de librea, y por el gusto de no menospreciar cualquier opinión de esos matraqueros de albarrada, posteo los siguientes dos anónimos.

El primer comentario del anónimo, es un argumento ad hominem:

a).- "NO LEI, EMPEZE A LEER LAS DOS PRIMERAS ESTROFAS. AHI ME DETUVE... ESCRITO POR UN LOCO EN SOLITARIO QUE PRETENDE HACER NADA CON SU MISERABLE VIDA. POETA???? NOOOOO PUTITO DIRIA. SALUDOS. EL RECHONCHOLIS".

El segundo comentario del anónimo, señala que pertenece a un bullicioso grupo de priístas que se dicen que han cambiado (¿han cambiado sus escamas?):

b).- "jajaja nooo mano, con razon dicen que estas tarado. aqui se comprueba que si. luego luego en la cara se te ve. ajajajaja. saludos de revolucion juvenil. y recuerda cuando el rio suena es que piedras trae".

Aclaro dos cosas. Tengo demasiado huevos, como para hablar donde se me plazca. La crítica seguramente caló honda en el alma jurásica de ese mamarracho simplón. Y al que le quedó el saco, que dé sus generales y que se apersone frente a este su servidor, que aunque me muevo en el nivel del discurso de los civilizados que utilizan las ideas, bien que bien puedo bajar al abismo de la generalidad de petuleños (un nivel, digamos, de horca y cuchillo, de broncas de cantina y machismos que encantan mucho a las hembritas de por allá).

Por otra parte, si se contrasta el zafio nivel de este mamarracho de anónimo, con la civilizada opinión, la hombría y la honestidad de mi amigo Francisco May, veríamos que Pancho, obviamente, no debería pertenecer a ese grupo de confeti y matraca, que más que grupo adocenado al hueso, parecieran simplemente un grupo de borregos de establo. En efecto, Francisco May, firmando su opinión en el que comentaba otro artículo (deshilvadano también), me señalaba sus discrepancias de una forma correctísima de dialogar, inquiriéndome que me diga mi postura y solución ante ciertos temas:

a).- "Por los actos de otros acotores no podemos comprometernos a solaparlos, ni mucho menos encubrirlos, sus acotos deberán ser juzgados por las autoridades correspondiente (en el mejor de los casos), sin embargo, un grupo naciente no puede resolver tan grande problema de un tajazo. Lo que te comento, es que los principios y la ética social que poseemos (algunos) no permitirá que nos corrompamos ante tan grandes y desonestas fallas. ¿Cuál es tu postura mi estimado Tax? ¿Qué solución real tienes? Saludos, de Francisco May...

En aquella ocasión, no respondí al comentario de Francisco, pero ahora lo hago en sus dos preguntas finales.

a).- ¿Me preguntas cúal es mi postura, FAME? R: Mi postura, política, social, cultural, es de izquierda democrática, de democracia radical...Puedo platicar contigo, pues porque me parece que estás a mi nivel discursivo, no así con los mamarrachos de ese grupo en el cual desentonas en demasía. ¿Te entienden esas bestias, Pancho? ¿Saben que la política, no es la que comieron con sus ignorantes progenitores, sino todo lo contrario a lo que actualmente se ha hecho en la tribu nuestra?

b).- Inquieres, Pancho, que cúal es mi solución al desmadre de la aldea...Para empezar, primero habría que trabajar desde abajo y, porque también cuento con mi vena autoritaria, una solución radical sería la indiferencia ante la quema de esa Troyita peninsular. No hay solución, Pancho, la solución no vendrá de tu grupo, o de mi solitario parecer obstinado, mientras que esta población siga enquistada en los rezagos sociales, económicos, políticos, educativos, culturales...Mientras que esta población no intente tan siquiera salir de su letargo autoritario, de su conchudez de no independizarse de su martirologio de siempre...