Saldos de una auditoría a destiempo: ¿qué me dices de esto, bebesaurio?

El ejemplar del Diario de Yucatán del día de hoy trae, en su sección local, la buena (aunque atrasadísima) nueva de los saldos de la auditoría de 2008, que hizo la Auditoría Superior de la Federación con la Contaduría Mayor del Estado, a tres municipios yucatecos: Peto, Tekax y Umán. Esto es sólo el comienzo de la necesaria rendición de cuentas, pues faltan los resultados de las auditoría de 2009. En estos tres municipios se comprueba, con datos duros y numeraria contable de por medio, los significativos desvíos de recursos realizados por sendas administraciones emanadas del Partido Revolucionario Institucional.
Como nos interesa saber qué de bueno traería, para la pírrica y cuasi inexistente democracia petuleña, que el alcalde actual, así como sus regidores y demás directiva siniestra sean llamados a rendir cuentas de los dineros que no se comprueban, digamos que esto sentaría un feliz precedente para el trabajo de futuras administraciones (sean éstas del partido que sean): se rompería, o intentaría romper, el adagio autoritario del viejo régimen que desgobernó por 71 años al país, inmovilizando a la sociedad civil, y definiendo sus actuaciones políticas según la discrecionalidad y el voluble parecer de sus hombres fuertes, quienes veían la cosa pública bajo el más fiero patrimonialismo silvestre: el erario público era, para ellos, indefectiblemente su bolsa familiar y su forma de escalar más rápidadamente el pináculo social. A saber, se estaría objetando, en la praxis, la sentencia de Miguel de la Madrid Hurtado, en el sentido de que

la impunidad es condición necesaria para que la maquinaria siga funcionando.

La población petuleña, callada, silenciosa, a veces con miedo, murmurante, pero casi siempre consciente de que ha sido agraviada, burlada, tanto por la administración actual, así como el PRI municipal, que ha solapado, con su silencio e indecisión (ni siquiera hizo el PRI municipal lla formalidad de expulsar de sus filas a Domínguez Canto y a casi todo el cuadro administrativo; y actualmente, muchos de esa administración, cierran filas con el candidato actual de ese partido, indiferenciados o mezclados con los bebesaurios de Revolución Juvenil, compartiendo experiencias y objetivos políticos, en franca camaradería jurásica), las salvajadas y los abusos de esta fúnebre administración que al fin termina, estaría siendo, después de añares de espera, al fin saciada de, como dijera Colosio, su “hambre y sed de justicia”: Proceso Penal a Domínguez Canto y compañía, en dado caso de que éstos no llegasen a comprobar el fuerte dinero que falta.
En efecto, según la nota que comento, el Diario informa cuánto es lo que falta en la cuenta municipal de 2008. Lo transcribo a continuación:
En la nueva tónica de la rendición de cuentas y la transparencia respecto a la forma en que se manejan y conducen los impuestos de los contribuyentes (esa es la democracia administrativa), la administración actual priísta petuleña, desencabezada por un dipsómano y una administración somnolienta, estaría en la obligación de devolver tres millones de pesos a la federación (respecto a 2008 solamente) por malos manejos, así como reportar, eso sí que en el colmo del cinismo, 20 obras fantasmas (¿20 obras fantasmas que significan “Bunkers”, "lienzos charros", trata de menores de edad, o compras de camionetas y diversos artículos de charrería suntuaria?). Desglosadas, éstas son las cifras:
a) La nota del Diario indica que las pesquisas de la auditoría federal detectaron que hay saldos de deudores diversos por $188, 700 pesos no soportados con comprobantes fiscales.
b) $1. 781,800 (un millón setecientos ochenta y un mil ochocientos pesos), dice la nota, “fueron aplicados en rubros o programas no contemplados en la Ley de Coordinación”, como es la manita de gato a la Biblioteca Municipal, así como la risible poda al ceniciento parque de la “Benito”, además de la construcción de aceras en la calle 30 x 9 y 19.
c) Además, la cantidad de $1. 910, 600, dice la nota, no se ajustó a los programas contemplados por la Ley de Coordinación Fiscal. Esto es muy importante, pues la Federación considera, en la distribución de recursos a los estados y municipios, un cierto monto de dinero para invertir en programas sociales o de infraestructura necesaria, con el fin de ayudar a sectores rezagados. A la flamante y estúpida administración de los priístas les valió esto, y decidieron dilapidar casi dos millones de pesos en programas y compromisos distintos a lo acordado. Esto es lo que tuvimos en tres años de irracionales estropicios de unos individuos anclados a un bufo y desfasado autoritarismo: una administración estúpida para invertir con inteligencia lo que otorga la federación, con el fin de paliar las horrendas desigualdades sociales que cunde en el municipio.
d) A todo esto, la nota del Diario establece que otras 16 obras no fueron validadas por las dependencias normativas, respecto a los estudios de impacto ambiental. Es decir, a los viejos priístas -¿sucede lo mismo con los novísimos priístas de confeti y matraca, llámese Fuerza o Revolución no se qué?- les importa un soberano carajo la ecología y el ambiente.
e) También que ocho obras valuadas en $ 907, 500 no cumplen con la Ley de Obra Pública y Servicios Conexos del Estado, y se determinó que existen 20 OBRAS PAGADAS PERO NO EJECUTADAS por $ 410, 800 pesos.

Después de leer toda esta sangría del erario municipal, sólo nos resta preguntar: ¿dónde está lo que falta, señor presidente y ayuntamiento del carajo? ¿qué se hizo, qué hicieron con los dineros que faltan?, ¿en qué lugar lejano, fiesta guarra, bien inmueble, debilidades sexuales, debilidades charras, fijezas automovilísticas, se gastaron, gastaron, los recursos que se destinaron para el municipio? Si la primera auditoría de 2008 establece a las claras los brutales desvíos de recursos, ¿no estamos ya -para qué prorrogarlas con formalidades burguesas-, en condiciones sustantivas de encausar penalmente a Domínguez Canto y a su camarilla cleptómana, con el fin de que el “hambre y sed de justicia” de la población petuleña, al fin sea satisfactoriamente saciada?

Y respecto al PRI local, tanto de la sarmentosa generación de Domínguez Canto, como de la boba generación que canta su condición de “joven revolucionario” a diestra y siniestra, pregunto: ¿qué dicen a todo esto?, ¿fijarán una postura de repulsa, o fingirán que no se dieron por enterado, argumentarán imbécilmente “que no se le cree nada al Diario de Yucatán, o beberán su desvergüenza pública de amoldarse a la disciplina lacayuna del partido, y callarán, a cal y Canto, la verdad evidente de que el pueblo de Peto ha sido agraviado, burlado, robado? ¿Qué dices tú, Revolución Juvenil? ¿qué respondes a esto, Fuerza Joven? Aclaro que las preguntas de esta nota deshilvanada, y mi repulsa olímpica a todo acto de rapiña y autoritarismo, no es, como dice el bolero, nada personal, ni es cuestión de partidos o de distintas ideologías solamente: Es cuestión, sí, de principios éticos, ciudadanos. ¿Tendrán ustedes algún principio que no sea el principio disciplinario, el principio del partido?