jueves, 23 de mayo de 2013

CUANDO A ROMA FUERES, HAZ LO QUE VIERES

Allahu Akbar (Alá es grande, en árabe), decía un perro fundamentalista que mató ayer a un soldado británico degollándolo en plena calle en el distrito de Woolwich, en el sureste de la capital británica. Tenía un compañero que lo secundaba en su enfermedad cultural. Mientras proclamaba a todo pulmón que Alá era grande, al mismo tiempo blandía dos cuchillos de carnicero pringados con la sangre de su víctima...El negro, al parecer de Nigeria, defendía con toda tranquilidad sus ideas podridas de su podrida cultura con la frase Allahu Akbar....Sí, Allahu Akbar , Alá es grande, ¡ya lo creo!
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El otro día, ayer para ser preciso, leía la tesis de etnolingüística de Juventino Poot Canul, titulado El chicle y los mayas de Quintana Roo. La tesis se hizo bajo auspicios del programa de formación profesional de etnolingüistas SEP-INI-Ciesas, en el lejano año de 1982. Me interesa porque trabajo el chicle. En la lectura, a las dos frases apenas, apareció el fundamentalismo de un mayahablante de Quintana Roo. Poot Canul resultó un resentido, un fundamentalista, un idealista, un romántico de poca monta, en fin, esos tipos fundamentalistas que, sin ser el negro de la sangrienta imagen de este artículo, blanden enfermamente, no su cuchillo cebollero, sino su lápiz para ajusticiar al pasado. Lo cierto es que, lo mejor de la tesis de Poot Canul es cuando habla del chicle, y deja de dar sablazos a sus fantasmas históricos.
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Tienen razón algunos estadounidenses (ccomo el fenecido Huntington): los mexicanos que están en su país y siguen prendiéndole velas a la Guadalupana, y hacen sus fiestas folklóricas y no se integran completamente al país, son unos malagradecidos con su nuevo país (cuando yo llegué a Chetumal en el 2002, hice hasta lo imposible por conocer al dedillo la historia de esa región oriental de la península, no quería ser un ignorante del lugar que pisaba). Malagradecidos son esos hotentotes que llegaron a Europa en endebles pateras: ¿por qué si obtienen la nacionalidad británica, si viven y trabajan en ese país (o en otro de Europa), por qué no se integran totalmente?
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Un ejemplo práctico: si yo tengo un huésped, le diré a ese huésped que existen reglas insoslayables que hay que cumplir, que no me gustaría que convirtiera mi estancia en un cortijo, en un muladar, en un picadero o en una iglesia donde rinda culto a su bestialidad...Eso hay que dejarlo en la vida privada, porque mi tolerancia liberal no permitiría esas acciones: o te adaptas al país con sus costumbres, o simplemente te largas...Ya lo dijo el hombre de la Triste figura: "Cuando a Roma fueres, haz como vieres". Y si no, simplemente no vayas, quédate en tu lugar de origen con tus enfermos fantasmas actuales y del pasado, y a ver si algún día logras exorcizarlos...

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