lunes, 25 de junio de 2012

Solitario George

La muerte del Solitario George me ha puesto triste.Conocemos del solitario George, un quelonio nativo de la isla Galápagos y contemporáneo del gran Darwin. Su muerte le resta vida a la naturaleza, la vuelve menos fuerte, menos reptileana. Pero esa es una muerte que se ha registrado, que se ha contabilizado. No quiero ni imaginar el número de muertes que se dan todos los días de otros tantos solitarios Georges de otras especies que se extinguen como los cigarrillos fumados..Sin duda, la bestia humana (esa bestia rubia, pero también bestia negra, bestia amarilla, bestia india y bestia mestiza) y sus creaciones culturales (su "cultura" y "civilización", su "Historia" y sus dioses, sus meretrices y rameras del pensamiento, su orgullo etnocéntrico, su vulgaridad de creerse hijo de un dios) es la que debería morir, pudrirse y desaparecer de la faz de la tierra por ser hijo de una raza maldita, de una raza condenada, de una raza enferma y obsedida de sangre: de sangre de sí misma y de sangre de otras tribus, de sangre de riquezas, de sangre de vanidades y de sangre de otras especies..Como el marxista Kosik, para mí el futuro no deseo que pertenezca a nuevos renuevos, a nuevos cachorros de la bestia humana. Sería mucho mejor que perteneciera a las pulgas...

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