viernes, 12 de marzo de 2010

¿Sistema autoritario o dictadura perfecta? Rescoldos del ogro filantrópico (priísta)


El sistema político mexicano que gobernó a México de 1929 a 2000, ha sido conceptualizado con variados términos que van desde la "dictadura perfecta" de Varguitas Llosa, hasta el sistema autoritario de ejercer el poder. Este úlitmo es el que más cautiva a los politólogos que diseccionan la naturaleza del ornitorrinco priísta. Linz lo definió como:

“...aquella forma de régimen político con pluralismo limitado y no responsable y con baja movilización política en la fase intermedia de mayor estabilidad y poder detentado por una pequeña elite dentro de límites muy claros. En estos regímenes el pluralismo se limita por normas jurídicas o de hecho, puede estar restringido a pequeños grupos políticos y extendido a un mayor número de grupos de interés. Los líderes son responsables, más que ante los ciudadanos, ante los grupos que los sostienen. Otro componente relevante del pluralismo limitado suele ser el partido único; asimismo, los gobernantes, salvo en ciertas coyunturas, procuran la desmovilización y la despolitización; la ideología suele ser poco articulada".


El poeta Octavio Paz, en su libro Postdata, valiéndose de las premisas establecidas por Weber, lo calificó como "dictadura burocrática" donde el nacionalismo revolucionario amasó, integró, cooptó y gestionó el disenso y la crítica (y, cuando no era posible, las guerras de baja intensidad hacían las veces de reingeniería social, silenciando a los revoltosos, los gavilleros), en sus afanes de "forjar la patria" monolítica y homogenea: la de la gran familia revolucionaria (la de la reducidísima familia revolucionaria) que, en la ficción mayor de la política surrealista, algunos creen, hoy todavía, que representaba los afanes revolucionarios de Villa y Zapata, es decir, de la mayoría silenciosa.
El gra historiador Enrique Krauze, en su libro "La presidencia imperial", nos da un retrato ameno de los usos y costumbres de este régimen malsano, estatólatra, centrista, patrimonialista, irracional y antidemocrático que, algunos -esos jóvenes imberbes que se creen las olas rojas de la civilidad- intentan construir e impulsar nuevamente para 2012. Los faltos de memoria tienen que saber lecciones cívicas de la historia, porque ésta, la historia, ni nos condena y aprisiona, pero si que nos advierte sobre la irracionalidad de aquel régimen de marras donde se acunaron y medraron los Nazar Haro, los Gutierrez Barrios, los Díaz Ordaz, los Echeverría, los asesinos de Charras, el puerco de Cervera Pacheco, el narcogobernador Villanueva Madrid, el neocon y vende soberanías Salinas de Gortari y cuanti más alimaña brotada de esas siglas que representan el horror por una parte, y la pobreza de las mayorías sirviendo como clientes electorares para apuntalar el stablisment, por el otro.
Por mi parte, al régimen que gobernó 71 años al país como un "ogro filantrópico" (daba dádivas a los menesterosos, y propinaba macanazos a los que no le creían su parte filantrópica), no lo considero ni sistema autoritario ni presidencia imperial: para mí fue, sin más ni más, una dictadura, y coincido con Vargas Llosa: la más perfecta de las dictaduras perfectas...

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