lunes, 27 de octubre de 2014

FINADOS




Son días de finados. 

Ya se siente en el aire  


el olor inconfundible

de estos santos días


recorre las calles del pueblo.


Son los muertos que regresan

nuestros muertos, 

más vivos que nosotros,

y dejan tras su paso


el sabor  de su recuerdo.


Huele a finados, decía mi abuelo.

En el silencio que me dan estos días,

le respondo desde un más acá lejano:


Huele a ti, abuelo, 


huele a ti, padre mío. 

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