Can academics speak? Eso es lo que me preguntan los "que no hablan", los "sin historia": Can academics speak? Spivak tal vez comience a farfullar...
La "recuperación de las voces silenciadas", como elemento metodológico de los estudios postcoloniales...
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¿Silenciadas por quién?, ¿por quiénes? Me parece que esa frase pomposa y rimbombante "recuperación de las voces silenciadas", a pesar de sus ínfulas de querer ser "postcolonial", de tratar de deconstruir las epistemologías y los discursos hegemónicos, sigue en la misma tónica señalada por Edward Said en
Orientalismo: miran, escuchan, observan, historizan o fabrican discursos "postcoloniales" desde su posición "letrada", de ser miembros privilegiados de los campos culturales, de los nichos académicos de la ciudad letrada: los postcolonialistas estudian e interpretan y “recuperan las voces silenciadas" desde sus campos restringidos de acción e interacción dialógica, y en esa recuperación "postcolonial", dan a la luz la maravilla de que los campesinos “tienen historia”, hacen "política", "baja política" pero al fin y al cabo, política: recuperan "tradiciones" soterradas -rituales agrícolas, genésicos, situaciones de poder comunitario- para deleite del paladar exquisito, pero postcolonial; discursean sobre los procesos históricos del pueblo, veranean entre los buenos salvajes para ser un poco salvajes, diseccionan las visiones y representanciones desde la actitud civilizada de ser un ciudadano postcolonial de la metrópoli del poder...Para los postcolonialistas, los indios y los campesinos (en mi caso de estudio, los ejidatarios o viejos chicleros de una sociedad rural del sur de Yucatán) tienen voces, y esas voces se tiene que registrar, grabar, transcribir, almacenar en memorias y bibliotecas, entomologizar: porque es la memoria y la historia de los que sí han tenido y tienen historia.
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Sin embargo, la objeción a los estudios postcoloniales, dicha en síntesis provocativa líneas arriba estriba en lo siguiente: lo postcolonial, o el vitriólico discurso postcolonial, no quita lo colonial de sus afirmaciones…Para los campesinos, su voz nunca fue soterrada, nunca fue silenciada, nunca estuvo perdida: ellos la han almacenado día con día mediante la correa de transmisión oral, mediante esa historia oral donde no importa lo exacto de las fechas sino lo verosímil de sus aserciones, y a veces, la verosimilitud raya y bordea la equívoca palabra del mito. No hay nada que recuperar…
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