"Si eso de los ejidos es reciente"
Los campesinos mayores de 70 años de la villa de Peto ven en el difunto Juan Moen Castillo - nacido en 1938,comisario ejidal por dos periodos en los años 70 del siglo pasado- como a uno de sus líderes, sino es que el único líder genuino que vino a abrir las mensuras de un ejido "de membrete", de "así no más"....En 1929, al pueblo de Peto se le dio la primera dotación de 11,850 hectáreas, y en los años 50 hubo la segunda ampliación...Más de 40 años después, el ejido nunca fue mensurado, nunca se sabía hasta dónde llegaban sus tierras, y los campesinos me señalan que esto se debió a que antes de Juan Moen Castillo, la comisaría ejidal de Peto era dirigida por los comerciantes, por los pequeños propietarios, ¡vaya!, por aquellos "notables" de pueblo que creían –y que creen todavía- que el mundo entero es su aldea...Ellos ponían y quitaban a los comisarios ejidales, para que sus intereses no fueran afectados...Luego, en los años 70 sale de lo más hondo de la tierra del sur, don Juan Moen Castillo, oriundo de Tahdziu...El 21 de junio de 1972, Moen Castillo como presidente del comisariado, Diodoro Naal Yah como secretario, y Eliseo Yah como tesorero, escribían al gobernador de ese entonces esta siguiente carta:
“De la manera más atenta y respetuosa, nos dirigimos a Ud. como primer mandatario de nuestro Estado de Yucatán, para que intervenga ante la Delegación de Asuntos Agrarios en Yucatán, para que mande el personal necesario para deslindar los terrenos que corresponden a nuestro ejido. Pedimos su intervención, en vista de que hace 43 años que se dotó nuestro ejido y hasta la presente fecha no se han llevado a efecto los deslindes. Pedimos lo anterior, porque a últimas fechas otras gentes han venido a establecerse por estos lugares y no sabemos si invaden o no los terrenos que nos corresponden. Los ejidatarios de este lugar están en la mejor disposición de cooperar para que sea realidad un anhelo de hace mucho tiempo. Únicamente queremos que personal del D.A.A.C nos ayuden para llevarla a efecto”.
Esta era una promesa que Juan Moen Castillo, al ser elegido como presidente del comisariado ejidal, le dijo a los campesinos:
"Bueno, ahora ustedes me eligieron, y quiero que ustedes me sigan, quiero que vayamos, no en México, sino en Mérida, para hacer las gestiones para que nos traigan a un agrimensor con su teodolito, para que abramos las mensuras y tengamos nuestro plano definitivo".
En el imaginario de los campesinos del pueblo, el hombre que les dio la tierra, o el que les regresó la tierra, fue Juan Moen Castillo, y esa idea clarifica la frase del viejo ex chiclero y milpero don Raúl Cob, al decirme que "eso de los ejidos es reciente". ¡Claro que es reciente!, porque a pesar de las dotaciones de los años 20, el ejido de Peto, antes de Moen, no fue al cien por cientos de los ejidatarios, porque Juan Moen Castillo hizo lo que los petuleños no hicieron en más de dos generaciones, y fue el darle los planos del ejido a los campesinos del pueblo. En el discurso de los campesinos, los planos vienen siendo similares a esos famosos "títulos primordiales".
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Luego, Moen volvió a hacer comisario, terminó el "mercado ejidal", siguió con la casa ejidal, y en 1979 lo vemos como secretario de la presidencia municipal...Los campesinos me dicen que Moen era “el bueno”, que don Juan Moen Castillo, un hombre de la milpa que había salido de sus filas, ya era tiempo de que tomara el poder, tomando el poder del pueblo los campesinos.
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Al ver el crecimiento político de Juan Moen, los "señores", me dicen los campesinos refiriéndose a los "notables" del pueblo, empezaron a intrigar para sacarlo del escenario político pueblerino, y recurrieron al cacique del pueblo...Como Juan Moen Castillo era del PRI, no decidieron eliminarlo físicamente, pero sí alejarlo de su bastión de poder, de su minita de oro...El cacique del pueblo -un cacique que había sido presidente municipal, luego sería diputado federal y lider agrario, etc, etc- habló con Juan Moen Castillo:
“Mira, Juan, ahí tengo una plaza de conserje en un Cebeta para ti, sólo que está en Tizimín, acéptalo, ganarás como un maestro”.
Juan Moen aceptó el cargo, porque el cacique era su amigo, y Juan Moen se alineaba, aunque pensaba regresar al pueblo. Los “señores” de Peto, es decir, como dicen los campesinos que me cuentan su historia, al fin respiraron tranquilos: Moen se había alejado, pero Moen no se alejó para siempre. Hubo una vez en que un conserje de Chunhuhub quería irse para el oriente, para Tizimín. Habló con Moen para hacer el enroque, y a Moen le pareció una idea excelente, ya que al fin regresaría de su destierro político…Al saber esto, el cacique del pueblo, aunque ya no viviendo en el pueblo sino en Mérida, calmó de nuevo los intereses de esos “señores”, hablando otra vez con Moen:
¿para qué regresas, Juan?, si ya tienes casa allá, no, no, tú estás bien donde estás…Quédate allá…Juan Moen, tal vez cansado de lidiar con el cacique y con los señores, nunca más regresó…La muerte lo sorprendió hace 5 años, y hoy, los campesinos de Peto extrañan a este hombre que en un arranque de lucidez y de decisión, les devolvió la tierra.
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