miércoles, 25 de mayo de 2011

"El narcocorrido que yo defiendo"



Por Luis Omar Montoya Arias (estudioso del narcocorrido)

Recientemente el gobierno del estado de Sinaloa ha prohibido la difusión de los "narcocorridos". Esto incluye espacios cerrados como restaurantes, bailes masivos, antros, etc. Platicando con diversos especialistas en el tema como Ramírez-Pimienta, César Burgos, Alirio Castillo et al, nos hemos planteado la necesidad de reflexionar sobre el problema. Lamentablemente nuestros gobernantes están cerrados al diálogo. Como autoridad en el tema considero necesario realizar una serie de ejercicios reflexivos en torno a la prohibición. Este es un de ellos.

Al respecto veo diversas problemáticas.

Qué es el narcocorrido. Realmente no está definido, ni acotado. Si todavía no hay un consenso sobre qué es un narcocorrido (en sentido estricto) entonces cómo lo van a prohibir. Quién decidirá qué es un narcocorrido y qué no lo es, y por tanto qué tipo de corridos serán prohibidos. A partir de qué parámetros van a definir un narcocorrido. Desde dónde están definiendo un narcocorrido, desde la letra, desde la música, desde la instrumentación?

Qué pasará con los "narcocorridos" críticos como "Al filo del reloj", "El discípulo del diablo", "La Granja", etc. Qué pasará con las obras de Paulino Vargas y Teodoro Bello. No estoy de acuerdo con la prohibición del corrido, en general. Me parece que ésta prohibición es sólo un pretexto del gobierno para regular lo que los mexicanos escuchamos, y también para reprimir la música crítica. Con el pretexto de la prohibición del narcocorrido terminarán censurando todo lo que huela a crítica al sistema. Ojalá que pudieran generarse reflexiones en este sentido.

¿Acaso censurarán a Guillermo Velázquez, a Oscar Chávez y a todos los intérpretes críticos de México? ¿Querrán que todos los mexicanos terminemos escuchando a "Patilú", y toda esa mierda comercial?

El "narcocorrido" que yo defiendo es el "narcocorrido crítico", ese que señala la corrupción de los gobiernos, la marginalidad, la pobreza, la desigualdad. El narcocorrido que defiendo es el que tiene que ver con historias con compromiso social como las de Paulino Vargas y Teodoro Bello.

Justo ayer leía que el periodista deportivo Cristian Martinolli fue sancionado por llamar "energúmeno" a un tipo que se metió a golpear a un jugador de fútbol. Hoy leo una nota donde se prohíbe el uso de faldas en Navolato. Me parece riesgoso que se abuse de la prohibición. Considero que en el fondo hay un miedo terrible del gobierno a que la gente reaccione, a que la gente cuestione.

También me preocupa que se prohíba el "narcocorrido" porque en esa dinámica represiva terminarán afectando al corrido mexicano. México es una potencia mundial en el corrido, México es una de las potencias culturales de Latinoamérica, México es un referente cultural en Iberoamérica. Me parece riesgoso que nuestros gobernantes abusen de la represión para controlar lo que los mexicanos debemos escuchar, leer, ver. Si tanto les preocupa la basura que consumimos por qué no censuran tanta mierda de telenovelas que producen las televisoras, por qué no las obligan a cambiar su programación. Por qué no sancionan a las escuelas “patito” que han hecho de la educación un negocio. Si realmente les preocupamos tanto como dicen, por qué no censuran a otras músicas que también promueven la violencia, considerando que hay distintos tipos de violencias.

Hay muchos vacíos que identifico en la prohibición del mal llamado "narcocorrido", como que los políticos no se han percatado que la música que acompaña a algunos corridos es mucho más violenta que las letras mismas de las tragedias. Claro que difícilmente lo sabrán pues no entienden en su complejidad al corrido mexicano. Por eso, y con justa razón, Jorge Olegario Hernández Angulo (líder de Los Tigres del Norte) señala que “la diferencia es que nosotros vivimos el corrido, y los otros tratan de entenderlo”.

Parece que también ignoran que el origen de los hoy llamados “narcocorridos” está en el siglo XIX, y que durante la Revolución mexicana también se crearon y difundieron historias de narcotráfico. Por eso es tan importante conocer la historia. No juzguemos y crucifiquemos al “narcocorrido” sin conocerlo, mejor ocupémonos en documentarnos.

Me tomo el atrevimiento de compartirles algunos ejemplos de “narcocorridos críticos” (como el artículo está distribuido en correo electrónico, el autor anexa tres ejemplos de narcocorridos críticos, los tres de Los Tigres del Norte, mismos que son "El Gato Felix", "El Corrido" y" Al filo del reloj" ). Ojalá que algún día se den un chance de escuchar discos originales de Los Tigres del Norte, para que realmente conozcan la esencia del mal llamado “narcocorrido”. Me imagino que ahora mismo Monsiváis se está revolcando en la tumba por esta hondonada de medidas represivas. Monsiváis un apasionado y profundo conocedor de los “narcocorridos de crítica política”.

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