Esto solo sucede en la tierra de los Curvatos, Chetumal. Ver a un gato bonachón columpiándose en una hamaca. Habría, supongo, declarar la guerra a los textos foucaultianos para ponernos a retozar nuestra inactividad cerebral, como este
felis silvestris catus, que rumia su felinidad frente a las olas opacas de la tétrica bahía.
Excelente foto Gilberto, me pregunto de donde la habrás sacado?
ResponderEliminarSaludos!
Alejandra