miércoles, 30 de enero de 2013

Pequeño diálogo en torno a la microhistoria yucateca

Ayer conocí al profesor Gilberto Uitzil, secretario del Ayuntamiento de Umán. Lo conocí en la Biblioteca Yucatanense (antes Centro de Apoyo a la Investigación Histórica de Yucatán), y me dijo que está en eso de la historia universal de su terruño, que investiga sobre Umán: "hay que historiar sobre Umán", me dijo, convencido, y yo le creí, convencido también. Y me preguntó que qué hacía con un tomo gordo del periódico La Razón del Pueblo, del siglo XIX. Le dije, convencido: "Hay que historiar sobre Peto". Mi tocayo don Gilberto refunfuñó, y convencido, me dijo:
"¿Y por qué no eligió Umán?"
Contesté:
Por la sencilla razón de que usted no eligió a Peto...

MAL SUEÑO

No soporto recordar bien a bien la pesadilla que hizo que dejara de dormir a la 1 y media de la mañana y me pusiera, triste, a escuchar los quejidos de la ciudad dormida. Lo cierto es que ella -y la pesadilla, literal, siempre es femenina- me levantó con sus garras de humo, removió con su mefítica intrusión mi sueño mor, bañó con su helado vaho de fantasma mi cuerpo de muerto durmiente, y me hizo que me vaya tambaleando al baño para mirarme al espejo y descubrir que ahí estaba todavía, reflejado el rostro del que antes dormía...Para alejar malos recuerdos, o malas memorias del mal tiempo del mal sueño del mal ronco, me tomé un vaso de agua (o un vaso con agua, porque no sé como chingados se diga), recé un "Pater Noster, qui es in caelis, sanctificétur nomen Tuum", etc., y acerqué la biblia y traté de seguir con el salmo 125, pero Dios o su leviatán forzó a mi mano a escribir estas palabras de exorcismo: Sólo te pido una cosa, mal sueño, déjame dormir otro ratito, y ya tú si quieres concederme vivir entero hasta los noventa...

sábado, 26 de enero de 2013

“PERO NOSOTROS TAMBIÉN NO SOMOS TONTOS”: HISTORIA AGRARIA RECIENTE DE LOS PUEBLOS DE PETO

La historia agraria reciente es una historia que regresa, y regresa a ponerse sus ropajes neoporfirianos. Leticia Reina ha indicado que el actual neoliberalismo instrumentado por el gobierno desde 1982 (con efectos entre la población como son la violencia, el desempleo, la polarización social, los regionalismos, las fracturas sociales), tiene como antecedente el proyecto liberal modernizador del siglo XIX, en el que se pueden encontrar demasiados parangones. Tanto el liberalismo de ayer, como el neoliberalismo de hoy, son posibles de calificar como modelos (extranjerizantes) de desarrollo que las élites imponen al conjunto de la sociedad, al mismo tiempo que excluyen de sus beneficios a la mayoría de la población, en particular indígenas y campesinos. Esto es lo que está sucediendo en la región sur de Yucatán, al menos para los ejidos de mi caso de estudio. Me explico: en la región de estudio que voy analizando –partido de Peto en el siglo XIX, municipio de Peto en el XX-, las respuestas al PROCEDE fueron distintas en los 32 ejidos que contaba el municipio de Peto anterior a 1992.
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Recordemos que el PROCEDE, o Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares, y el PROCECOM, su equivalente en lo que se refiere a tierras comunales, eran los programas instrumentados por los vientos neoliberales, y que una vez eliminado en la reforma del 27 constitucional del año de 1992 el concepto de “propiedad social”, facilitaría la individuación e incorporación al mercado de las tierras ejidales y comunales, mediante mecanismos de concesión, compraventa, donación, o mediante la aportación de tierras de uso común a sociedades civiles o mercantiles, poniendo fin a los programas de redistribución de la tierra, además de liquidar el sistema ejidal y acabar con una de las principales herencias del zapatismo y la Revolución mexicana.
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Varios pueblos que no tenían una "vitalidad comunitaria" como Tobxilá o Uitzinah, en menos de 20 años fueron barridos de la historia agraria petuleña, y actualmente las tierras de esos dos ejidos -tierras muy feraces, las mejores de esta región por clasificarse como "akalchés"-, mediante el PROCEDE, fueron divididas en su ejido para que posteriormente varios ex presidentes municipales de Peto -priístas y panistas-, así como prósperos comerciantes, las compraran y así formaran sus "ranchitos". Hubo un proceso, diría Molina Enríquez, de pequeñas y medianas propiedades a costa de las tierras “improductivas” y “ociosas” de los campesinos "que no las podían trabajar" por la asfixia progresiva de recursos para el campo. La debilidad comunitaria de los pueblerinos de Uitzinah y Tobxilá hizo el resto que faltaba.
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La segunda característica agraria reciente, fue que en pueblos al oriente de la villa de Peto, igual se desestructuraron varios ejidos (de los "Nuevos centros de población ejidal" de los años 60 y 70, como el pueblo de "San Francisco", que tampoco tenían esa "fuerza comunitaria"), y nuevos propietarios no precisamente de la villa de Peto sino de otros lugares, incluso el execrable "Monzanto", a través de intermediarios, han estado comprando parcelas ejidales, y esto va para largo, que apenas comienza.
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La tercera característica que se logra observar, es la resistencia comunitaria ante el posible desmenbramiento del ejido posibilitado por las leyes agrarias actuales. Este caso de resistencia agraria, se hace prístino en el pueblo de Xoy, la comisaría más grande del municipio de Peto, que con más de 200 años de historia comunitaria, ha podido solidificar sus amarres comunitarios; y cuando llegó el PROCEDE le dijeron que no, que no dividirían el ejido, y que seguirían de forma colectiva en su uso. En una plática donde hasta yo me metí a opinar y a tomar partido, los de Xoy me dijeron sus motivos, y este es la transcripción literal de dichos diálogos realizados desde la Comisaría municipal del pueblo:
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Entrevistador.- ¿Oye, y cuando fue lo del PROCEDE, ustedes dividieron, o el ejido siguió siendo colectivo?
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Bernardino.- Es colectivo, de uso común.
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Entrevistador.- ¿No lo dividieron?
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Bernardino.- Sí entramos en el PROCEDE, pero no quisimos hacer PROCEDE.
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Entrevistador.- ¿Por qué no quisieron?
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Bernardino.- Pues antes teníamos, ¡bueno!, teníamos una idea de que nos estaban privando los derechos con esos derechos, de que nos estaban dando esos derechos por ese gobierno (derecho de dividir el ejido), pero actualmente estamos viendo que no es así. El gobierno ya nos pone a manos de los ricos, de empresas, de extranjeros. Si hubiéramos dividido este ejido, ya se hubiera desaparecido.
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Alfonso.- Hace rato se hubiera vendido una buena parte.
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Bernardino.- Pues como quien dice, estuvimos mejor así como estamos, que “emparcelados” (sic). Porque hemos estado viendo, analizando a través de otros grupos, de otras comunidades, de otros ejidos que se parcelaron ya, que se están vendiendo.
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Alfonso: ¡Mucha!, ¡mucha tierra se vende!
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Bernardino.- Están desapareciendo esas tierras. Entonces, como que ya como productores, nos viene afectando. Pues es cosa que hemos estado analizando, que no nos conviene emparcelar porque nos aprovecharían más fácil por los ricos, por las personas que tienen dinero…
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Entrevistador.- ¿Se los comprarían los ricos?
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Alfonso.- ¡Más fácil!
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Bernardino.- ¡Ajá!
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Alfonso.- Porque es la decisión de él, no es la mía. Teniendo mi parcela de 15 hectáreas, o 14 por decir, un rico que diga: “Me interesa”, pues es fácil que se lo pague: “¿A ver, cuánto?”, “¡Tanto!”, “¡No, no, no!”. Te lo pueden pagar pues ellos saben qué negocio poner, por ejemplo, ese famoso crucero (de carreteras) que está cerca de la CDI (de Peto).
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Entrevistador.- ¡Sí, sí!
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Alfonso.- Pues está en nuestro ejido y varias gentes ya vinieron desde Mérida. Una gasolinera, no sé qué tantas cosas, un restaurante, algo ahí que están queriendo comprar las 12 hectáreas. Pero la bronca es, que como no está emparcelada, pues no podemos vender, pues es colectivo el ejido.
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Bernardino.- Mientras no haya consenso al cien por ciento, pues no se puede vender aunque haya mayoría, no se puede vender.
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Entrevistador.- ¡No lo vendan, no lo vendan!, y consigan un crédito y hagan ustedes como ejido su propio negocio. No los vendan, saben ustedes, que lo renten.
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Bernardino.- Siempre corremos un riesgo en rentar porque hemos tenido unas pláticas con abogados del oficio (abogados dedicados al derecho agrario), o sea capacitados en diferentes tipos de tierra, cómo manejarla, pues hay gente que no tiene experiencia y la puede vender.
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Alfonso.- Pues así como estamos, los chavos que están en el COBAY (Colegio de Bachilleres de Yucatán), por ejemplo, tienen ideas de seguir estudiando, hijos del pueblo, digo hijos del pueblo porque son de la comunidad de Xoy. Pues así entre todos hemos platicado de apoyar al papá de ese muchacho económicamente con poco lo que se pueda y que estudie leyes, que sea un abogado, que sepa de derechos, porque rentar esos terrenos nos complicarían a nosotros mucho, mucho, no sabemos manejar derechos, qué trámites se podría hacer. Entonces, habiendo uno del mismo pueblo que conoce ya de leyes y de esto, pues ya más prácticamente se hace, nos podíamos asociar con un rico y rentar ese terreno porque sabemos quién va a llevar las cuentas.
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Entrevistador.- Una pregunta, ¿me han dicho que han venido personas a querer comprar esa parte del terreno donde está el crucero?
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Alfonso.- Sí, hay varios. No sé si son los Hernández o Fernández de Mérida.
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Entrevistador.- Hernández.
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Alfonso.- Hernández entonces. Pues vinieron hasta hacer sus reuniones acá. Unos muchachos altos, puro dzulito, pues dijeron: “¡Queremos comprar!, ¿Cuánto dicen y les pagamos?” Pues no todos quisieron vender. Hay gente que sí, y hay gente que no.
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Entrevistador.- ¿No les dijeron qué quieren hacer?
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Alfonso.- Una gasolinera, es un buen negocio.
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Bernardino.- Por qué no habla el rico y diga: “Saben qué, vamos a asociarnos. Su ejido y nosotros”. ¡Allá sería otra cosa!
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Alfonso.- ¡Claro!
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Entrevistador.- Lo que quieren ellos es de forma individual.
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Bernardino.- ¡Ándale! Lo quieren nada más para ellos, pero nosotros también no somos tontos, porque si los rentamos o lo vendemos, ya se nos acaba; en cambio, si nos asociamos, le va a fluir algo al ejido. Nosotros vamos a aportar tierra, y ellos que aporten capital.
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Entrevistador.- Pues está bien así: ¡Tierra y capital!, pero ellos quieren la tierra sin el capital, ¿no?
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Alfonso.- Es que ellos quieren todo para ellos…

viernes, 25 de enero de 2013

POST SCRÍPTUM A "BAILAR JUNTOS PERO NO REVUELTOS": HABLA ECHEVERRÍA

En una de esas largas charlas que siempre he sostenido con mi amigo Echeverría en su tendejón, frente al mostrador, salió el tema de la división que se daba en los bailes pueblerinos del Peto de los años 40 del siglo pasado (Véase mi artículo Bailar juntos pero no revueltos). Como descastado profesional de las costumbres pueblerinas que soy, Echeverría me preguntó que “¿a cuántos bailes de aquí has asistido?”. Hice mis cuentas con una mano, y le señalé que, haciendo todos los cálculos necesarios, resulta que en mi vida he asistido a un cuarto de medio dedo meñique, es decir, ¡a ninguno! El hombre, con cara de entre incredulidad y conmiseración hacia mi humanidad que rehúye al baile pueblerino, nomás me veía al momento de percatarse de que traía una libreta negra entre las manos. Me dijo: “Apunte estos pareceres sobre el baile, mi buen “doctor”, que le daré clases de costumbres dancísticas pueblerinas”. Ruego que no se molesten si observan que el discurso de Echeverría está plagado de prejuicios, de oscurantismos pueblerinos, de algunos deslices discriminatorios, etc., pues no quise quitarle la “carnita” discursiva, y en esta decisión seguí las ideas que las lecturas del imaginario y la cosmogonía de Menocchio –molinero medieval del libro El queso y los gusanos, de Ginzburg- me han participado. Subrayo en esta introducción el hecho de que, como dijera Redfield en su momento, las divisiones por las vestimentas (“gentes de vestido”, o “catrines”; y los “mestizos” trajeados distintos de la manera “occidental”) todavía persisten, pero con cambios propios de un pueblo expulsor de migrantes desde la década de los 80 del siglo pasado (Echeverría hablará del “sistema americano” de vestir que gustan las “clases proletarias”); y subrayo también que, como lo ha manifestado la escuela francesa de sociología y de historia (Francois Xavier Guerra, Bordieu, entre otros), en sociedades patriarcales o matriarcales, como buena parte del México premoderno, valen más las relaciones sociales (el “capital social”, pero no descarto el capital “étnico”, por eso del “blanqueamiento” que las élites pueblerinas petuleñas siempre han deseado y puesto en práctica) que los méritos propios (“en Peto, aunque uno pueda tener mucho dinero, dice Echeverría, necesita estar, tener relación familiar o social con una élite específica”). Estas siguientes líneas son las transcripciones literales de los pareceres del buen “Chito” sobre los bailes pueblerinos:
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Entrevista con Víctor Manuel Echeverría Amador, alias “Chito”, 34 años (me dijo que no omita su edad), tendero de pueblo, intelectual “lírico”, curador de vacas, vaquero, “investigador por su propia cuenta” y amigo mío, realizada el 24 de enero de 2013, es decir, ayer apenas.
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"Todavía sigue siendo el mismo sistema de baile del que me cuentas que sucedía en los años 40 (del siglo XX), cuando esa señora vieja que te contó aquello estaba joven todavía. Sólo que ya no existe la división por medio del templete o tarima de músicos. La división actual, más que racial, es “moral”, y son divisiones que no tiene mucho que ver la economía, son morales, porque puede haber alguien que se considere de la “élite”, y esté peor que un perro uixado. Porque hay que pensar, tener en cuenta, que algunas “élites” de este pueblo zarrapastroso han sucumbido a la economía, pero aún las siguen considerando parte de la burguesía pueblerina porque se relacionan entre ellos, y esto se ve mucho en un baile de “realce” cuando viene “Flash Gordon” o Junior Klan o cuando vino hace dos diciembres Bobby Pulido.
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La división no es, como te digo, de izquierda a derecha, sino que actualmente la división en los bailes se da por grupitos. Hay un grupito que está más adelante, algunas morritas buenas que no son parte de la clase proletaria, blanquitas, de altura normal, que se considera élite, y sus formas de vestir es menos “chola”, más de vestir; y más atrás, lejos del grupo musical, están los de las clases bajas, los jodidos, y también hacen sus grupitos y bailan entre ellos, creo que más sabroso, porque las que bailan en el primer grupo como que son más frívolas, parecen marquetas de hielo al bailar. Cuando un burguesito del primer grupo sale de ese grupo y quiere sacar a una muchacha del último grupo, es cuando se arman los putazos, y por eso rara la vez bailan entre grupos: un grupo aquí, y otro grupo allá, y nadie se mezcla…
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Los del primer grupo, los que se consideran parte de la élite, son los menos bombardeados por el sistema americano, visten formal, etc. Sólo las clases proletarias, hijos de ex campesinos que se fueron a California, emigrados a Estados Unidos, son los que adoptan la vestimenta gringa, porque no tienen estudio y no tienen cultura.
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Los de la clase social que se dicen de élite –aunque están para el perro- tienen un color definido: el color negro, el color café, el color gris, colores acentuados, “normales”; y los de las clases proletarias llevan o visten colores muy vistosos, muy llamativos, de “mírame a huevo”. Ejemplos: los proletarios del campo gustan de pantalones morados, rosados, azul turquesa, azul claro en pantalones de tela como esos señores que vienen del monte y no han salido completamente de su selva. Ejemplo: pantalón azul cielo y camiseta verde diarrea para llamar la atención, y esto porque no tienen nivel cultural. Esto lo relaciono con sus hijos migrantes, que vienen como “cholos” porque piensan que al traer las bajezas gringas de vestir, resaltarán de la plebe".

jueves, 24 de enero de 2013

GEORGE

La frase más nociva para la lectura la escribió Cervantes en su Quijote:
"En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio".
El vulgo iletrado, sin haber leído al Quijote, se ha valido de esa frase para ir contra la lectura. Recordemos que el Quijote, más que un libro, es un símbolo, una estructura mental y una presencia ubicua incluso entre los no-lectores. Los clásicos son así: su riqueza y vitalidad posibilitan que se encuentren incluso entre las sociedades iletradas. El vulgo iletrado –es decir, el vulgo que tiene un barniz de “letras” funcionales- piensa que, de mucho leer, a uno se le "seca el cerebro", lo que no es así.
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Yo conozco una anécdota de éstas que se remite directamente a las pésimas clases de "español lecturas" que los iletrados profesores enseñaban en la primaria, y es la siguiente.
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Había una vez un loquito que caminaba por las calles de mi pueblo, y era un loquito manso, gordito, un moreno con el pelo "mulix" blanquecino que vivía en una casona antigua de "La placita San Antonio". Al hombre le gustaba caminar bajo la lluvia y sentarse en cada banco a filosofar, o a hablar consigo mismo, o con Dios. La gente –es decir, el vulgo iletrado- decía que “George”, antes de quedar “zafado”, era un catedrático cargado de letras de una universidad que nunca me dijeron su nombre, y que George era dueño de una inmensa biblioteca pueblerina llena de libros difíciles, abstrusos y recónditos. George tenía mujer, hijos y era un sabio que, como el personaje de Cervantes, “se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio".
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George perdió no solamente el juicio, se fue la esposa, los hijos volaron, y su biblioteca, como la del Caballero de la Triste Figura, desapareció como por arte de encantamiento. Desde entonces, George comenzó a caminar por las calles del pueblo, pensativo y callado. Pasó el tiempo, y George encaneció y empezó a caminar bajo la lluvia. Yo lo vi varias veces yendo en silencio, murmurando frases y discursos que no tenían nada de disparatados. Una vez un señor me dijo que George llegó tanto en su conocimiento, que toda la carga que tenía entre sus sienes “le hizo secar el cerebro”. Cuando oí esa frase, supe inmediatamente que todo el pueblo le rendía homenaje a Cervantes sin leerlo.
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Pero llegó el día en que nadie supo más de George, porque George se esfumó, al igual que sus libros, como por arte de encantamiento.

MARIE MUUCH

Ese es el apodo que los xoyenses le pusieron a la francesa Marie Odile-Rivera, autora del libro "Una comunidad maya en Yucatán" (1976).
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A Marie la recuerdan como "una güera alta", según Alfonso Acevedo, compadre de la francesa; casada con un defeño", y que vivía entre el Centro Coordinador Indigenista (o la INI), de Peto, y la Comisaría municipal del lugar.
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Su apodo se debió a que Marie -una hija de la luna-siempre andaba persiguiendo sapos y diciendo "¡qué bonitos sapos!". Marie, dice don Alfonso, fue madrina de hetzmek de su hijo, y creía mucho en los aluxes...
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Entre plática y plática sobre el ejido, sobre el chachac, las fiestas, el "naal xoy", el "acaparamiento de tierras" debido al "Procede", la evolución económica del pueblo, el tren y los "yutzinoo'b, se pasaron las más de dos horas de entrevista que sostuve con cuatro ejidatarios del lugar...Y algo que me hizo decirles que volvería, fue que los de Xoy, "sujetos de estudio" de la francesa, nunca conocieron "el libro" pero que saben de él por "oídas". Les dije:
"En diez días se los traigo".

martes, 22 de enero de 2013

LOS PERDIDOS, NO EN EL TIEMPO, SINO EN SUS NUBES IDEOLÓGICAS: EN DEFENSA DEL "HORARIO DEL IMPERIO YANQUI".

En el face de La casa de los abuelos, leí la siguiente nota histórica de la primera vez que "impusieron" un "huso horario" distinto a esa parte oriental de la Península (la nota estaba presentada por la foto que engalana esta pequeña diatriba). Decía lo siguiente:
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IMPONEN NUEVO HORARIO A QUINTANA ROO
"HACE 80 AÑOS...El 22 de enero de 1932.- Muy a diferencia de lo ocurrido en 2001, cuando una medida similar provocó la inconformidad popular en el centro del estado, un decreto presidencial impuso nuevo horario a Quintana Roo. Un día antes el Periódico Oficial de la Federación informaba que por decreto a partir del 1 de abril de ese mismo año debería de adelantarse dos horas los relojes en Yucatán y en el ex Territorio de Quintana Roo que en ese entonces formaba parte de Yucatán. Ese adelanto fue impuesto por el gobierno federal para las costas del Golfo y en el Sureste pues en el resto del país solamente se adelantó una hora. La aparente calma con que se tomó la medida obedeció tal vez a la indiferencia de los quintanarroenses que apenas diez días antes, el 12 de enero de 1932 se habían enterado también que el congreso yucateco daba el nombre de Santa Cruz a este municipio y cabecera, una vez que había sido anexado el territorio a Yucatán. Apenas entraba también en funciones el consejo municipal que encabezaba como presidente el sr. Eligio Erosa Sierra".
Como me gusta siempre decir mis pareceres sobre tópicos que me atañen (yo estoy convencido que debemos cambiar a la de ya nuestro reloj, para ponerlo en sintonía con el verdadero huso horario que le corresponde), escribí esta pequeña opinión:
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No se de qué se quejan los quintanarroenses, si todas las "relaciones" que tejen ellos son con las cubanas de la Cuba jinetera de los Castro Ruz....Pero no es por eso que estoy en desacuerdo, sino porque en la secundaria aprendí a la perfección eso de los "husos horarios", y siempre me ha parecido una idiotez depender del tiempo del centro de México cuando somos de husos horarios distintos....En fin...
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Por el sólo hecho de hacer polémica, escribo estos pareceres del "huso horario" defendido en el vecino pueblo yucateco (enchílense los nativistas fuereños de Quintana Roo cuando digo que FCP es un pueblo yucateco):
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Sí, hay que saber de historia, y saber un poco de divisiones que tiene el globo terráqueo en cuanto a husos horarios distintos; y más, saber que nuestro horario actual -éste que pelean los viejitos como el de la pancarta rubricada con una astracanada- es el mismo del centro del país, que está a más de 2000 kilómetros lejos de donde planto el zapato. Es decir, defendiendo su "horario maya" (¿quiz eso?) contra el "horario yanqui" (Maimi y casi toda la costa este gringa está en el mismo huso horario de la Península, pero también la "Cuba comunista" está en el mismo estanco, y los "izquierdistas" tropicales jamás de los jamases osarían decir que la dictadura comunista de Castro tiene un "horario del imperio"), los deturpados y obsedidos en ir contra el mínimo sentido común, desembocan en una defensa -estólida, chabacana y sin haberse dado cuenta- del burdo centralismo mexicano. Me parece una idiotés -por no escribir la palabra pendejez- al por mayor, que cuando son las seis acá donde tengo plantado el zapato, ya es de noche y han salido las pinches estrellas. En esa misma hora, las 6 pm, en México City el sol -dios kin, según los terminajos sustancialistas- es un dios gordo, efusivo y rollizo...
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En una palabra, pregunto: ¿Alguien me puede explicar si existe coherencia geográfica en la astracanada de la defensa del "horario maya"? Por cierto, los astrónomos mayas, estoy seguro, con una media sonrisa entre desconcertada y extrañada, les dirían: "Tanto tiempo nos llevó contar el tiempo, para que vengan estos mestizos (sí, mestizos) a desmadrar nuestros cálculos astronómicos por el solo hecho de estar, todavía, perdidos en sus nubes ideológicas..."

viernes, 18 de enero de 2013

EL OLOR DE LA NARANJA

Si García Márquez, en esos diálogos que sostuvo con Plinio Apuleyo Mendoza, señaló que el Caribe colombiano se puede resumir en el olor de una guayaba podrida, yo digo que el sur de Yucatán se puede resumir en el olor de una naranja agria podrida, y ahora me explico por qué.
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He recorrido varios pueblos -pueblos pequeños y pueblos grandes- de esa parte de Yucatán , y los he recorrido a pie, sin auto, sin moto, a pata callejera, y en cada trecho, en cada sendero, en cada calle, calleja, trillo, sendero y senderillo abierto en plena laja, siempre el olor de la naranja agria podrida me seguía: me seguía entremezclada con los otros olores característicos de los pueblos rurales. En Chacsinkín la cosa es extrema: a cada instante, mi olfato fue bloqueado por ese astringente olor.
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Y eso, la hegemonía olorosa de la naranja agria, tiene una explicación gastronómica: la comida yucateca no sería lo que es sin el "agrio" de esas rugosas y malditas naranjas...

jueves, 17 de enero de 2013

"SE DESBORDARÁN DE LOS BOSQUES Y MONTAÑAS, COMO LAS AGUAS QUE INUNDAN LOS LLANOS"

El siguiente documento para el gobernador de Yucatán, fue firmado por los "notables" del pueblo de Tixmehuac el 29 de octubre de 1857, posterior de saberse los "sucesos" de Tekax, cuando los rebeldes de Santa Cruz bajaron de la sierrita Pucc vestidos como soldados campechanos, e iniciaron una matanza de blancos, saqueando el pueblo, quemándolo y casi destruyéndolo...El documento es rico por la circunstancia de que señala la merma económica que la región sur de Yucatán había sufrido desde 10 años anteriores al saqueo de Tekax. El sur se volvió una zona insegura tanto para el "blanco" como para el indígena
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"El sangriento drama que los várvaros (sic) ha reprecentado (sic) en la desgraciada ciudad de Tekax, los asiagos días 14 y 15 de Setiembre último indica que la patria agonizante implora la protección de sus hijos, para salvarla de la crisis desastrosa que atraviesa diez años há.
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Exmo Señor. La mano tiembla y el pecho de todo buen yucateco se contrista al mirar el horroroso cuadro, el triste estado, en que por desgracia yase (sic) esta infortunada Península. Una gran parte de su territorio antes poblado y productivo, está actualmente despoblado y criados han desaparecido, y de ellos solamente han quedado sus nombres, ruinas y escombros; la cría (de ganado), la industria, la agricultura, fuentes todas de la riqueza pública, se pierden lentamente porque la numerosa población de este infortunado Estado, ha muerto regando con su sangre las calles y los campos; y porque los pocos brazos que han quedado, han tenido que cambiar la azada con el fusil .
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Situación precaria y mortal, manifiesta que solamente el patriotismo, este vello (sic) instinto inherente al hombre, y el más moral de todos sus instintos debe ser la base, la verdadera áncora de nuestra salvación, y los que suscribimos, conmovidos por la exitación (sic) generosa que ha hecho a sus habitantes en 30 del mes próximo pasado, para que emprendan una campaña decisiva, nos cabe la satisfacción de ofrecer nuestra cooperación a pesar de la peligrosa posición que guardamos; al logro del exterminio de los enemigos de la umanidad (sic) y civilización convencidos de que obrando de este modo, llegará entonces la hora fatal en que no encontrando los várbaros (sic) recistencia se desbordarán de los bosques y montaña, como las aguas, que inundan los llanos ; y nuestra patria nublada, entre el humo y las llamas, que inundarán la retirada de los que puedan salvar sus vidas, quedará borrada del catálogo de los pueblos cultos.
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Tixmeuac, Octubre 29 de 1857.

miércoles, 16 de enero de 2013

BAILAR JUNTOS PERO NO REVUELTOS: DE LAS ÉLITES PETULEÑAS

Robert Redfiel, en Raza y clases en Yucatán, habla de las diferencias entre los conceptos “mestizos” (miembros de la clase baja, o mayas para ser exactos, que no usan ropa a la “occidental”) y “gente de vestido” (gente de “posición”) en la década de los 40 del siglo pasado. Actualmente, el concepto sigue siendo el mismo, y muy poco ha cambiado en los pueblos y "Villas" de Yucatán, salvo la diferencia de que, en vez de “gente de vestido”, se dice “catrina” a la que no usa el traje regional, no habla el maya, y aunque étnicamente puede ser maya o “mestiza”, nunca se considerá una mestiza. Es decir, estos conceptos, si los manejamos siguiendo las terminologías desde afuera de la Península, serán un laberinto de palabras que sólo son posibles de explicar en la jerga propia yucateca, que parte de la historia misma de la Península.
El lenguaje de cada sociedad -señala Redfield- tiene términos para designar las razas y clases de sus miembros, y en la evolución de tales términos puede descifrarse algo de la historia de esa sociedad…¿Por qué una palabra (mestizo) que ordinariamente se refiere a una persona de ascendencia racial mezclada, en Yucatán significa hoy, en diecinueve casos de cada veinte, un individuo que usa cierta clase de vestido. Esta pregunta nos sugiere otras: ¿qué ha sido de los indios?
La respuesta hipotética a esto estribaría en el hecho trascendental del siglo XIX yucateco: aunque en los documentos del siglo XX existe la palabra “indio” e “indígena” para referirse a la sociedad maya, la Guerra de Castas posibilitaría, en la práctica hegemónica discursiva tanto de las élites meridanas como las élites pueblerinas, la negación lexical de la palabra indio, y en la estructura jurídica inaugurada desde Cádiz (1812) y reforzada por los “bárbaros” del oriente de la Península: los indios que quedarían en el dominio yucateco en la segunda mitad del siglo XIX, poco a poco se irían convirtiendo en “mestizos” con sus trajes típicos, su lenguaje y sus costumbres. Estos, a su vez, se diferenciarían de las “gentes de vestido”, es decir, de los “catrines”. Los “kuch vestidos”, eran los que querían dejar el traje típico para ser “gente de vestido”. Hoy en Yucatán todavía existe esa diferenciación, aunque atenuada porque las nuevas generaciones de “mestizos” han optado por dejar las alpargatas y el traje blanco, por los tenis y la mezclilla, pero las palabras “mestizo” y “catrín” aún persisten para subrayar las diferencias no sólo de clases, sino étnicas, obviando la palabra “indio”.
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Por ejemplo, una señora de origen árabe pero nacida en la villa de Peto, de 85 años, me contaba que en sus tiempos mozos, ella observaba una regla básica que funcionaba en Peto en los años 40, y era una regla de división de "clase" mezclada con división racial: cuando los bailes se hacían en el "salón" (es decir, en los bajos del palacio municipal), éste era dividido en dos partes: en una parte -malla o tarima de por medio donde se subía la orquesta a tocar-, bailaban los "catrines" (es decir, los que no eran, o no se consideraba parte de los "mestizos", es decir, de la sociedad maya de la región); y en la otra parte bailaban -creo que más sabroso- los "mestizos", es decir, los que formaban parte de la sociedad maya sin decirlo (eran "mestizos", y ese vocablo connota y denota el antecedente del siglo XIX, posterior a la segunda mitad de ese siglo cruento en infamias. Connota la difuminación de las palabras indio o indígena, para así amestizar a todo la sociedad maya, diferenciándola de los rebeldes de Santa Cruz).
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Thompson, en su libro sobre Ticul (1974) trabajó estas palabras, y ese libro, ya lo he dicho en anterior ocasión, sirve para inquirir a los pueblos de Yucatán durante buena parte del siglo XX. En Peto, los viejos catrines de finales del siglo XIX (dueños de comercios, artesanos, administradores del "Ayuntamiento", algunos finqueros), siguiendo la “cultura en transición”, cederían buena parte de su antiguo poder político y económico menguado tanto por los cambios ocurridos con la Revolución y la "época del chicle" (años 20, 30 y 40 del siglo XX), que trajo, esta última, como la "hojarasca" en Aracataca narrada por García Márquez, a tuxpeños, "turcos", e incluso una árabe que dejó descendencia en Peto.
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Sobre el cambio, o la lenta modificación que sufrió la antigua élite pueblerina petuleña de los catrines (se casaban entre sí, hacían negocios juntos, explotaban a los pocos indígenas autónomos que se dejaban explotar en estas tierras de frontera), Elías Rivero representó ese cambio desde 1911, y es sintomático que dos viejos "catrines", Máximo Sabido y el "doctor" Juan Antonio Pérez Gálvez -dueños ambos de viejas fincas cañeras, Sunná el primero, y Santa Rosa el segundo-, posterior del levantamiento revolucionario de Rivero, fueran los que intentaran cortar de tajo las aspiraciones políticas de este último, mediante un "juicio" donde le dictaron sentencia de 3 meses en la "Penitenciaría Juárez". Entre la frase que Rivero dijo a un "catrín" secretario del Ayuntamiento cuando asaltó el cuartel militar de Peto (lo que sería, pasado los años, el "salón de bailes"), "Ya se acabaron esos tiempos", y las frases de desprecio hacia la población maya escritas por Máximo Sabido y Pérez Gálvez ("Elías Rivero...quien desde que quedó libre en virtud de la amnistía general, no se há ocupado más que en soliviantar á la gente ignorante de este Partido, creándose un círculo de esas gentes que sólo se dedican al alcohol...") existe un trecho histórico y semántico de diferencia.
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A la larga, Rivero se convertiría, lo ha señalado Gilbert M. Joseph, como correa de transmisión del Estado Postrevolucionario, y Máximo Sabido y Pérez Gálvez perderían el empuje ante las nuevas fuerzas económicas y políticas iniciadas por el chicle (turcos como Antonio Baduy, José Sogby o Antonio Teyer, ocuparían puestos de control político y económico). De hecho, Sabido sería afectado por el repartimiento agrario, y sólo en la década de finales de los sesenta y comienzos de los setenta, algunos "nietos" políticos suyos lejanos ocuparían la presidencia municipal. Pero entrado el siglo, y durante más de dos décadas, Rivero escalaría puestos de mando, siendo una influencia “socialista” en la región sureña (pueblos de Peto, Tzucacab, Chacsinkín y Tahdziu lo recordarían por largo tiempo). “Cabecillas” como Pedro Crespo en Temax, o el mismo Rivero, “fueron líderes que gobernaron mundos estratificados, fraccionados y locales, y que intentaron un equilibrio entre el nuevo estado centralizador, promotor de un proyecto de transformación capitalista, y sus propias clientelas locales, mientras trepaban los escalones del poder político…Gente como Crespo, o como Elías Rivero en Peto…fungieron como traductores entre las ideologías populares y las del estado…”.
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Durante todo el siglo XX la época caciquil, en Peto, sería recurrente y estaría unificado por familias que ocuparían puestos de mando en lo educativo, lo administrativo y lo comercial: durante la época del chicle, consideremos a los turcos y a Rivero. Durante la década de los setenta, a dos hijos políticos del viejo Máximo Sabido (Rubén Calderón Cecilio y César Ruiz), y de los ochenta a los noventa, el gobierno municipal se repartiría entre tres hijos de familias chacsinkeñas, uno de la vieja hacienda de Catmís, y otros “catrines” que, junto con los catrines profesorales, moverían las estructuras económicas y políticas de la región…El viejo Elías Rivero, estoy seguro, se revolvería en su tumba si comprobara que los apellidos que en su momento despreció –como los Sabido o los Calderón- serían, al final de cuentas, sus herederos. Porque la rueda del negocio de Peto se movió para estar otra vez donde siempre.
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Fuentes
Joseph, Gilbert M. (2002), “Para repensar la movilización revolucionaria en México: Las temporadas de turbulencia en Yucatán, 1909-1915”, en Gilbert M. Joseph y Daniel Nugent (compiladores), Aspectos cotidianos de la formación del Estado, México, ERA, pp. 143-174.
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Redfield, Robert (1977), "Raza y clases en Yucatán", en Enciclopedia yucatanense, Tomo VI, pp. 295-319.
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Thomposon, Richard A. (1974), Aires de Progreso: Cambio social en un pueblo maya de Yucatán, México, Instituto Nacional Indigenista.
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AGEY, Poder Ejecutivo, Milicia, Máximo Sabido y Pérez Gálvez enjuician a Elías Rivero, caja 742, 1911,

martes, 8 de enero de 2013

MARTHA LA NEGRA

Han entrado los wi’it’es al pueblo. Están ahora, en estos momentos, entrando los "wi'It'es al pueblo. Se oyen sus gritos –de ellos, de sus fusiles- desbastar las canteras de las casas viejas. Han prendido alguna lumbre, y resplandecen sus machetes con el resplandor de la luna.
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Martha la negra, desde su choza, en su hamaca de viuda joven, hace mover su bella mole africana para irse a parapetar en el atrio de la iglesia...Desde ahí aguarda con su ébano hermoso, con sus crespos de coribanta. Martha la negra aguarda, aguarda a los bárbaros...Ellos vienen del oriente, Poot es su caudillo, pero Martha la negra no le tiene miedo a ese hombrón, dice: "Que vengan esos bárbaros, yo aquí los espero". Martha la negra espera, espera la llegada inminente de los bárbaros...

sábado, 5 de enero de 2013

"Su religión es la católica y son militantes del partido oficial (PRI)"

Diagnóstico General del Poblado de Tahdziu, Municipio de su nombre
El Poblado de Tahdziu, Municipio de su Nombre, de esta Entidad Federativa, Estados Unidos Mexicanos, es cabecera Municipal y se encuentra ubicado al Norte de la Villa de Peto a 8 kilómetros de camino pavimentado. A este poblado se llega por medio de taxis, camiones de redilas y bicicletas. Su temperatura media anual es de 30 grados centígrados con una precipitación pluvial anual de 50 mm. Sus colindancias son al Norte, Terrenos Nacionales; al Sur ejido de Chacsinkín y terrenos nacionales. El ejido fue dotado con una superficie de 6,600-45-00 Has. Para beneficiar a 275 ejidatarios más la parcela Escolar y posteriormente se les concedió ampliación con una superficie de 3,648 Has., para beneficiar a 146 ejidatarios, haciendo un total de 10,245-45 has., para 421 capacitados más la Parcela Escolar. Actualmente con 616 ejidatarios con 6 vacantes. La fecha de Dotación es el 11 de abril de 1925 y la Ampliación es del 31 de Octubre de 1951. Sus Autoridades Ejidales son los C.C Máximo Manzanero Vera, Aureliano Escamilla y Paulino Yerves R. Presidente, Secretario y Tesorero respectivamente. El Presidente Municipal es el C. Eladio Vera Collí. La población total es de 1,365 habitantes de los cuales 327 no saben leer.
Con respecto a la Educación cuentan con un total de 10 maestros que imparten hasta el sexto año de primaria con 270 alumnos y nueve aulas. Cuentan también con preescolar con 3 maestros y 60 alumnos. Cuenta con un albergue en el cual duermen y comen 50 alumnos de primaria, con un director, dos auxiliares de cocina y una enfermera, y cuenta con un pozo con una bomba de kinobalate para riego de las Hortalizas que efectúan los alumnos y para prácticas de Agricultura. El ejido cuenta con 5 tiendas, Palacio Municipal, Comisaría Ejidal, una CONASUPO, un Centro de Salud, Parque, Iglesia, Cancha de Basket, Escuela. Cuentan con un total de 200 casas de las cuales 140 cuentan con servicio de agua potable y electricidad. Su religión es la católica y son militantes del partido oficial (PRI).
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Uno de los principales problemas de este ejido es de que cuando se fija alguna convocatoria para Asamblea Extraoficiales, no asisten ni el 20% de los ejidatarios, por lo que en este poblado se debe hacer una labor de convencimiento por parte de los promotores de la S.R.A.
SUGERENCIAS PARA ELEVAR EL NIVEL SOCIECONÓMICO DE LA COMUNIDAD
CONSTRUIR UN MERCADO y prestarle mucha atención a este ejido para organizarlos debidamente y orientarlos para que asistan a las asambleas.
Ejido de Tahdziu a 21 de Febrero de 1984.
Fuente: RAN, Mérida, Carpeta Organización, expediente 23/165, poblado Tahdziu.

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