domingo, 23 de octubre de 2011

Censura universitaria

En Quintana Roo, estoy convencido de ello, se necesita una Universidad libre de cualquier prejuicio partidista...Y eso solo será posible con la autonomía universitaria...Malhaya para esas personas que crean zombis universitarios satisfechos con su status quo autoritario. Esto lo digo porque, en un acto reciente de censura hecho por una colega -y es que me atreví a señalarle el logo priísta de su alma mater, al principio me sentí incómodo, pero luego comprobé mi hipótesis de trabajo: en la Universidad de Quintana Roo se cuecen, no habas-estudiantes, sino autoritarios. Y con la tranquilidad que me da el conocimiento de que las polémicas entre amigos sólo quedan como llamaradas de petate, le
señalé lo siguiente: "Un acto de censura es un acto inquisitorial, deleznable, indigerible como se vea. Llamar al pan, pan, y que se sonroje la de enfrente, es un problema para la de enfrente. Adjetivar Universidad Priísta a la Universidad de Quintana Roo, no es decir gran cosa, sino señalar un lugar común, un cliché avinagrado, para las personas con sentido común. Por cierto, nos hace falta la autonomía universitaria, sí, pero me parece mucho más importante abogar por nuestra autonomía de pensamiento, y ya no digo pedirles "libertad de cátedra" a los que no saben sentir la palabra libertad.

viernes, 21 de octubre de 2011

Y es que en este mundo desbocado que morimos...


Aunque Kadafi haya sido un sátrapa, el vídeo que apareció días después de su muerte en los portales de noticias es indignante, amoral, inhumano y provoca la tristeza. Tristeza no por el tirano, sino por el hombre, por lo humano que hay hasta en la más miserable y criminal vida humana. Nada bueno promete, para Libia, una turba de salvajes bañados en la sangre de un cadáver que no puede defenderse...
Hay razones de sobra para execrar a ese país de la barbarie militarista que es Libia. En su momento final, en su dantesco momento final, Kadafi pagó con su tortura y muerte brutal sus cuarenta y pico de años de ejercer la satrapía seudosocialista en dicho país...Y con ese asesinato con tintes paleolíticos, los "libertadores" de Libia se han convertido en pequeños y mediocres Kadafis.
Y es que en este mundo perro y desbocado que vivimos y morimos, ya ni se guardan las formas jurídicas más elementales de antaño...Hace más de medio siglo, al caer Berlín en manos de las tropas del ejército rojo, hubo al parecer un último acto de presencia de la "civilización" europea y gringa con el tribunal de Nuremberg...Hoy, esas pequeñas formalidades no se destilan. Se procesa a Hussein, solo para burlarse de su cadáver exponiendo mundialmente las fotos de su ahorcamiento. Y con Kadafi, no obstante ser un sátrapa criminal de guerra, aún así merecía un proceso justo, imparcial, con una sentencia y condena fincada en el derecho internacional. Pero eso no fue así, lo mataron de una forma que indigna a los que todavía guardan un rastro del sentido de la justicia humana; bailaron con su cadáver y, podría decir que hasta bebieron de su sangre esos "valientes libertadores" teledirigidos por Washington y haciéndole el juego sucio a los "civilizados" europeos...Hoy el mundo, como nos recordaron hace un tiempo, es más "justo" y bueno, pues ha muerto un enemigo más de los "buenos".

viernes, 7 de octubre de 2011

Los grandes problemas nacionales


En 1909, el abogado, etnógrafo, historiador, agrarista de primera hora e "intelectual pueblerino formado por su propio esfuerzo", don Andrés Molina Enríquez, publicaba un libro profético que presagiaba la gesta revolucionaria de los múltiples Méxicos que se levantarían en armas para derrocar la dictadura vitalicia del gerontocrático Díaz: Los grandes problemas nacionales. En palabras más, palabras menos, la tesis central de ese libro que sirviera como de tea ardiente para los agraristas más radicales, ponía a la pobreza del campo y la concentración de la riqueza feudal, como mecanismos para una disrupción violenta del "orden y progreso" porfiriano. En estos tiempos "neoporfirianos" actuales, gobernados por una derecha merceneria a los intereses del Gran Capital y de los señores de la guerra, los grandes problemas nacionales siguen siendo la concentración desmedida de riqueza por un lado, y, por el otro, la violencia y la pobreza de las mayorías descalzas. Por eso es un deber ético pensar en un cambio de rumbo...

Archivo del blog